Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

«Il cattivo poeta»

En Italia se esperaba con ansiedad el estreno de ‘Il cattivo poeta’ (2021), retrasado por culpa de la pandemia, hasta que por fin ha llegado el 20 de mayo. Poco después, el 18 de junio, podremos ver aquí la película de la mano de su distribuidora Alfa Pictures, con el título para la versión doblada de ‘El poeta y el espía’. A diferencia de la denominación original, que hace referencia en solitario a la figura estelar de Gabriele D’Annunzio en la interpretación de Sergio Castellitto, en esta otra se coloca a su mismo nivel al coprotagonista Giovanni Comini, encarnado por Francesco Patanè.

Y es que la definición genérica de la película se presta a esa doble condición, porque puede ser vista tanto como un biopic histórico como un drama de encuentros entre personaje famoso y otro complementario, que no es tan conocido. El viejo D’Annunzio coincide en 1937, un año antes de su muerte a la edad de 74 años, con el joven Comini, recién nombrado ‘federale’ a los 29, lo que le convierte en el más precoz en ocupar ese cargo. Un choque generacional que representa la muerte de los ideales del poeta y militar a las puertas de la II Guerra Mundial, frente al avance de la Italia fascista que supondrá el ocaso de la nación.

Desde el punto de vista italiano, D’Annunzio simboliza lo mismo que Yukio Mishima para los japoneses, en cuanto gran escritor atraído por el sentimiento nacionalista y la épica militarista. En lo ideológico sucede algo parecido a lo que ha querido reflejar en los últimos tiempos el cine en el Estado español con Unamuno, abriendo el debate sobre si fue un colaborador involuntario del fascismo o una víctima de sus manipulaciones.

El Vate, el poeta profeta del decadentismo literario, como era nombrado con reverencia D’Annunzio por sus compatriotas, que le recordaban como el heroico y condecorado piloto que sobrevoló Viena en la Gran Guerra, se jactaba de Mussolini y de Hitler, de los que decían que eran unos malos imitadores que habían copiado fatal su ideario e imagen. A su vez, D’Annunzio había tomado como fuente de inspiración a Friedrich Nietzsche, otro autor del que el fascismo hizo una lectura interesada y tergiversadora.

La existencia de El Vate, al igual que su influyente popularidad, resultaban incómodas para El Duce, que tenía miedo de que le perjudicara en su alianza con la Alemania nazi. Por eso le puso vigilancia, enviando a su residencia la Vittoriale a Comimi, quien pondrá en riesgo la misión llevado por su admiración hacia el escritor y su rica oratoria. Este era el protegido de Achille Strace, a quien da vida en la pantalla Fausto Russo Alesi, y a quien se le consideraba como el número dos del partido fascista. De él dependía, en definitiva, la ascensión política de su pupilo.

La Vittoriale es el tercer gran protagonista de este relato terminal y, debido a su buena conservación, permitió que el rodaje transcurriera íntegramente en dicho escenario real. Es una monumental ciudadela construida entre 1921 y 1938 por el propio D’Annunzio y el arquitecto Giancarlo Maroni, encarnado por Tommaso Ragno. Está en Gardone Riviera (Brescia), a orillas del río Garda, y su nombre se refiere a Vittoriale degli italiani (victoria de los italianos), por ser un homenaje a los héroes de la Gran Guerra.

El guion y la dirección de ‘Il cattivo poeta’ son obra del debutante Gianluca Jodice, un profesional napolitano formado como asistente de dirección de Paolo Sorrentino, debido a lo cual fue el encargado de realizar el documental ‘Cercando la grande bellezza’ (2015), una especie de making of de la película protagonizada por Toni Servillo. En el cine italiano destaca la adaptación que de una novela de D’Annunzio hizo en su última realización ‘L’innocente’ (1976) Luchino Visconti. El mismo Vate contribuyó a la grandeza del cine mudo italiano, escribiendo el guion del peplum de Giovanni Pastrone ‘Cabiria’ (1914).