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Encarcelado el ertzaina detenido por 862 kilos de cocaína con destino Euskal Herria

Los tres miembros, entre ellos un ertzaina, de un grupo dedicado al narcotráfico detenidos el pasado mes de mayo se encuentran en prisión por orden de un juzgado vallisoletano. La Policía incautó 862 kilos de droga, valorados en más de 30.000.000 de euros, y tenían como destino final Euskal Herria.

Parte del carbón con cocaína que fue hallado en una nave sita en Medina del Campo (Valladolid). (HANDOUT/EUROPA PRESS)
Parte del carbón con cocaína que fue hallado en una nave sita en Medina del Campo (Valladolid). (HANDOUT/EUROPA PRESS)

Los tres detenidos, entre ellos un miembro de la Ertzaintza, por la aprehensión de 862 kilos de cocaína el pasado mes de mayo en Valladolid se encuentran ya en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 1 de Medina del Campo. Se ha confirmado hoy en una rueda de prensa de responsables gubernamentales y policiales.

Esta población vallisoletana era un lugar de paso, ya que el destino final de la droga, importada desde Colombia, estaba fijado en Euskal Herria, tras un sofisticado sistema para ocultar la cocaína en carbón vegetal prácticamente imposible de detectar por los perros adiestrados.

La Policía  española y la Judiciaria de Portugal han desmantelado este grupo dedicado al narcotráfico con la detención de tres personas y la aprehensión de 862 kilos de cocaína, droga que ocultaron en carbón vegetal cárteles mexicanos y colombianos mediante un complejo proceso químico, según han detallado.

El delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, y mandos policiales de los dos países han dado a conocer en rueda de prensa el alcance de la operación tras la aprehensión de la cocaína, que podría haber alcanzado en el mercado un precio de 30.170.000 euros si se calcula el valor de cada kilogramo en unos 34.000 o 35.000 euros.

Fue en Medina del Campo (Valladolid) donde los agentes localizaron contenedores con al droga en una nave, en una operación denominada Carvao que comenzó a principios de 2020, contó con medio centenar de agentes del Estado español y Portugal, y que abarcó el arresto de las tres personas, una de ellas un «histórico» narcotraficante vasco.

El líder de la organización, sin antecedentes en el Estado español pero que sí permaneció en prisión en Bolivia, contaba con otro de los arrestados como lugarteniente y una tercera persona también detenida que le suministraba la logística. Los agentes, integrantes de las Brigadas de Estupefacientes UDYCO de Badajoz, Valladolid y la CAV, además de Portugal, observaron que esas empresas movían en su conjunto un importante volumen de importación, sobre todo a través de un puerto portugués, y trabajaban en ocasiones con mercancías que poco o nada tenían que ver con su objeto social.

Los policías, que dentro de la operación practicaron registros en domicilios de los detenidos situados en Euskal Herria, averiguaron que la localidad vallisoletana de Medina del Campo no era el lugar de distribución, sino un punto intermedio. La finalidad, tras haber obtenido la droga, consistía en llevar los treinta sacos con el carbón impregnado de cocaína a otro lugar, donde un laboratorio extraía la sustancia, para distribuirla posteriormente por el Estado.

La identidad de los tres arrestados, quienes se encuentran en prisión provisional, corresponde a la iniciales J.A.P.A., líder de la organización y nacido en 1961 en Bilbo, G.M.G., nacido en 1965 y A.M., en 1969.

El Departamento prometió «máxima contundencia»

Cuando trascendió la noticia de la redada, hace casi un mes, fuentes del Departamento de Seguridad se limitaron a señalar que el Gobierno de Lakua «ha tenido conocimiento de la detención de un agente de la Ertzaintza» y aseguraron que el Ejecutivo autónomo y la Policía autonómica «desconocen» los detalles de la misma.

El departamento añadió que el Gobierno y la Ertzaintza actuarán «con la máxima contundencia» una vez se aclaren «los motivos de la detención, se conozcan los detalles de la operación policial y judicial y en el caso de confirmarse la participación de un agente de la Ertzainza».

Según indicaron, tanto el código deontológico de la Ertzaintza como su régimen disciplinario «no toleran y son tajantes con respecto a ese tipo de conductas».