Iraide Ibarrondo

Caminando desde Laudio a Bilbo, en busca de la nulidad de los despidos

En el día 132 de la huelga indefinida, cientos de trabajadores de Tubacex se han concentrado en frente del TSJPV en el segundo juicio para dirimir los EREs. El comité de Tubacex exige que los 128 despedidos vuelvan a ser readmitidos y espera que la sentencia sea nula.

Los trabajadores de Tubacex, frente a la sede del TSJPV. (Iraide IBARRONDO)
Los trabajadores de Tubacex, frente a la sede del TSJPV. (Iraide IBARRONDO)

Con paso decidido y aclamados entre vítores y aplausos de sus compañeros, medio centenar de miembros de la plantilla de Tubacex han llegado a los jardines de Albia sobre las once de la mañana. Ni los veinte kilómetros que separan Laudio de Bilbo, ni la lluvia, ni el peso de sus mochilas han sido capaces de detener la marcha de trabajadores que ha venido a pie desde Laudio. Los trabajadores, que han caminado desde las seis de la mañana, se han colocado en frente del Palacio de Justicia con una firmeza y fortaleza reseñables. Bajo el lema «En Tubacex no sobra nadie», con tambores y bengalas, cientos de empleados han manifestado su deseo de que la sentencia del juicio que se desarrolla en la sede judicial, el de Aceralava, sea nula.

Julen Cicero, delegado de ELA de Tubacex, ha expresado su voluntad de que los tribunales se decanten a su favor: «Esperamos que la justicia nos dé la razón, dé la nulidad a las sentencias de estos juicios para acabar con el despropósito que nos ha preparado la dirección con estos EREs injustificados». Además, Cicero ha explicado que el comité ha intentado hacer ver a la dirección «por activa y por pasiva» que están ante una situación coyuntural provocada por la pandemia y que las medidas han de ser «coyunturales y no estructurales».

Ibon Caballero, trabajador de Tubacex y miembro del comité, sostiene que los EREs no tienen ninguna justificación: «Llevo veinte años trabajando en esta empresa y llevan veinte años teniendo beneficios. Han tenido pérdidas en 2020 como la mayoría de empresas del mundo. Pero solo por ese motivo no creemos que los despidos sean correctos».

Y es que aunque la plantilla esté unida, ya van 132 días de huelga indefinida y el desgaste emocional y económico se empieza a notar. Cicero confiesa que el estado de ánimo actual de los trabajadores es «como una montaña rusa» y que hay «días en los que estás bien y en los que estás mal». Aún así, el delegado señala que frente a toda adversidad los trabajadores siguen fuertes y dispuestos a continuar con la lucha.

Así, en caso de que la sentencia no fuera favorable, Cicero ha adelantado que recurrirán al Tribunal Supremo y que están dispuestos a continuar con la huelga. De hecho, respaldando el lema «borroka da bide bakarra» que han coreado sus compañeros como para que todo Bilbo lo oyera, Cicero ha confirmado que «siempre seguirán luchando».

Propuestas sobre la mesa

En la vista que se celebró ayer, la jueza propuso un acuerdo de conciliación entre las dos partes. La propuesta consistiría en que el ERE se prolongase hasta setiembre y que después los trabajadores volvieran a sus respectivos puestos de trabajo. Durante los próximos dos años, la empresa no podría despedir a nadie. Tubacex ha rechazado la oferta.

Presencia policial

Como ya empieza a ser de costumbre en las movilizaciones de la clase obrera, la Ertzaintza ha estado presente en todo momento. Tres furgonetas de antidisturbios y otros tres coches han custodiado el Palacio de Justicia. Sin embargo, esta vez no han provocado ningún momento de tensión con los trabajadores.