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Alerta ante la posibilidad de que París deje de considerar a la pelota deporte de alto nivel

El Gobierno francés podría retirar a la pelota su estatus de deporte de alto nivel, lo cual supondría un duro varapalo a su presente y a su futuro. Esta cuestión llegó ayer al Senado de la mano del senador vasco Max Brisson, quien recordó que el próximo Mundial será en Biarritz el año que viene.

Partido de parejas en el trinkete de Irisarri. (Guillaume FAVEAU)
Partido de parejas en el trinkete de Irisarri. (Guillaume FAVEAU)

El senador vasco Max Brisson dio ayer la voz de alarma en la Cámara Alta francesa, al preguntar al Gobierno de París sobre una posible decisión de retirar a la pelota el reconocimiento de deporte de alto nivel en las especialidades que se practican internacionalmente, según ha recogido este martes Raphaël Quesada en Mediabask.

Brisson remarcó que la pelota es un deporte en el que existen «310 clubes, 20.600 licencias y alrededor de 60.000 practicantes» –se entiende que a nivel global–, pero que su futuro en Ipar Euskal Herria estará «seriamente amenazado» por una posible retirada de su reconocimiento como deporte de alto nivel, ya que supondría una importante merma en las ayudas tanto al impulso de la modalidad como a los deportistas.

Su interlocutora, Nathalie Elimas, secretaria de Estado de Educación Prioritaria, expresó el punto de vista del Gobierno sobre el tema. Elimas repasó las condiciones necesarias para que un deporte se califique de alto nivel. Según se recoge en la web del Ministerio de Deporte, todas las disciplinas del programa olímpico o paralímpico serán reconocidas con dicho estatus. La pelota no cumple ese requisito.

Más allá de eso, las disciplinas «también pueden llevar la imagen de Francia y, por lo tanto, ser reconocidas a un alto nivel», siempre que «sean de carácter universal, es decir, que un número importante de naciones participe en competiciones mundiales de referencia». En el último Mundial, el celebrado en Barcelona en 2018, participaron 14 selecciones.  

Elimas indicó que esta cuestión no será abordada antes de finales de este año y apuntó que el caso de la pelota tiene matices porque constituye «una parte de la identidad, la cultura y patrimonio de este territorio».

Brisson defendió la necesidad de mantener el estatus de la pelota y recordó que el próximo Mundial, que se disputará en octubre del año que viene y en el que la selección bajo bandera francesa defenderá el primer lugar en el medallero obtenido en en 2018, tendrá lugar en Biarritz.