Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión
Elkarrizketa

«La calidad de esta edición está muy por encima de cualquier polémica»

Nacido en Errenteria en 1961, José Luis Rebordinos es miembro de la European Film Academy (EFA) y este 2021, el Ministerio de Cultura del Estado francés le nombró Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras. El 1 de enero de 2011 asumió la dirección de Zinemaldia.

José Luis Rebordinos, director de Zinemaldia. (Gorka RUBIO/FOKU)
José Luis Rebordinos, director de Zinemaldia. (Gorka RUBIO/FOKU)

Johnny Depp, paridad en los galardones interpretativos y las limitaciones derivadas de la pandemia han polarizado el arranque de un Zinemaldia, que tampoco este año se ha librado de titulares que poco tienen que ver con el contenido de una Sección Oficial que este año se presume muy interesante. Curtido en mil entrevistas, José Luis Rebordinos no se muestra molesto en torno a la polémica generada en torno a la concesión del premio Donostia a Depp, ni en lo relativo a una paridad que el director de Zinemaldia considera «como algo que poco tiempo será casi generalizado en todos los certámenes. Los tiempos están cambiando mucho en este sentido y ya no debería extrañar a nadie que, al igual que se concede un premio a la dirección o guion –sin especificar género alguno–, ocurra lo mismo en el apartado interpretativo».

Otra cuestión bien diferente es la relacionada a los protocolos sanitarios que, un año más, van a dictar la hoja de ruta de la alfombra roja. En relación a relación a ello, Rebordinos señala que «es una lástima que parte de esa fiesta relacionada con el cine y que posibilita cierto contacto del espectador con las personalidades del cine que nos van a visitar no sea tan pleno como hubiésemos querido. Las medidas sanitarias son las que han sido establecidas y ahora un cambio decretado por el LABI no nos afecta porque es inviable para Zinemaldia reprogramar de nuevo las salas. Eso sí, espero que las nuevas medidas relativas al aforo sea en beneficio de las salas comerciales, porque los meses de octubre, noviembre y diciembre están plagados de grandes títulos».

¿Cuántas veces ha escuchado el nombre de Johnny Depp durante estas semanas?

Muchas, tal vez demasiadas –lo dice sin dejar de sonreír–. Estos días se están diciendo muchas cosas que nos son ciertas y es algo de lo que Zinemaldia no va a seguir hablando. Es muy triste que muchas entrevistas empiecen con este tema cuando hay 170 películas, decenas de actividades y muchas otras personalidades que van a venir este año. En el caso Depp nos limitamos a lo que ya expusimos con anterioridad: Johnny Depp no ha sido denunciado ni detenido por cuestiones relativas a maltrato. Sería un error olvidar algo tan obvio como la presunción de inocencia. Nosotros le otorgamos el premio por su carrera profesional, su filmografía lo ha convertido en un icono cinematográfico.

Da la sensación que esta polémica ha eclipsado un tanto el premio destinado a Marion Cotillard.

No lo creo y pensar eso sería un grave error. Tal vez el eco mediático ha incidido más en Depp, pero Marion Cotillard es una de las grandes actrices del momento. Creo que lo más importante es que todavía es muy joven y ya cuenta con una obra de gran envergadura a sus espaldas. Su futuro es increíble.

Una mirada a la Sección Oficial nos descubre una programación muy variada que coquetea con muy diversos géneros como la comedia, el terror, el drama y el thriller.

El año pasado nos vimos ‘beneficiados’ porque Cannes no estuvo en activo. Y eso, en mi opinión, fue terrible. De hecho, fue una gran noticia que este año se celebrara, porque determinó la vuelta a la normalidad en el circuito de festivales. El año pasado triunfó en Donostia ‘Beginning’, un film que hubiese sido premiado sin problema alguno en Cannes. Este año contamos con películas que llegan de 2021 y parte de 2020 que no pudieron ser terminadas. Las ediciones de Cannes y Venecia de este año han sido espectaculares, ha habido más películas que nunca. Lo mismo ocurre en Zinemaldia, donde su Sección Oficial acoge películas muy buenas porque la pandemia ha provocado que haya habido un mayor número de filmes para elegir. En nuestro caso ha sido muy interesante, porque hemos tenido que decir no a la presencia en la Sección Oficial de algunos trabajos filmados por nombres muy conocidos porque, esto es lo realmente interesante, hemos apostado por traer filmes de dos cineastas muy jóvenes, una danesa y otra rumana, que nos han sorprendido mucho. Tanto fuera como a concurso, la selección de títulos es muy interesante. La nueva película de Zhang Yimou, la de Laurent Cantet o la de Claire Simon, que aporta una interesante mirada en torno a Margueritte Duras. Paco Plaza aporta su muy personal y original visión del terror con ‘La abuela’, Icíar Bollaín seguro que inspira más de un debate con ’Maixabel’ y León de Aranoa aportará su saludable grado de alegría con ‘El buen patrón’. A ellos habría que sumar nombres de otros pesos pesados como Terence Davis.

En su conjunto, dentro de Zinemaldia, también destaca la gran presencia de mujeres cineastas.

Es una realidad incontestable el talento que están demostrando muchas mujeres detrás de la cámara. ‘Beginning’, de Dea Kulumbegashvili –este año preside el jurado de la Sección Oficial–, es un claro ejemplo cuando logró algo que nadie había conseguido en Zinemaldia, alzarse con los cuatro galardones el año pasado. Este año tenemos dos casos similares dentro de la Sección Oficial con la rumana Alina Grigore y la danesa Tea Lindeburg.

¿La unificación en los galardones será algo habitual en todos los certámenes?

Sin duda. Lo hicieron en Berlín, Mar de Plata y Huelva. La Academia holandesa también ha apostado recientemente por esta vía en la entrega de sus premios cinematográficos. En cuatro o cinco años esto será algo habitual en todo el mundo. Los motivos están ligados a una cuestión de lógica, si no hay premios destinados, entre otras categorías, a director o directora, no tiene sentido que haya actor o actriz. Creo que muchos de los temores relacionados con esta paridad están vinculados a que se crea que tal vez no haya excesivos papeles importantes para las mujeres y que los hombres acaparen los premios. A modo de ejemplo, este año en Zinemaldia encontramos papeles más potentes de mujeres que de hombres. Hay una cosa clara y es que la opción de destinar un premio a un actor y a una actriz estaban más relacionados con la cuestión del glamour y con tener más estrellas rutilantes en el palmarés.

Otra iniciativa a tener en cuenta son los encuentros que mantendrá Zinemaldia con la asociación de mujeres del sector audiovisual vasco, (H)emen.

No es algo puntual, con (H)emen trabajamos habitualmente y lo mismo ocurre con la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales a nivel estatal –CIMA–, con las que hacemos desde la guardería hasta el informe de género. Creo que estos encuentros son muy positivos porque se ponen sobre la mesa diversos temas que deben ser tratados y desde visiones que, en ocasiones, pueden ser diferentes. Aquí nadie tiene la verdad absoluta y creo que a nosotros, como festival, nos corresponde aprender para evolucionar. Por otro lado, y en lo relativo a polémicas como la relacionada con Depp, creo que es necesario que ese tipo de debates queden fuera de las redes sociales y de los titulares de los periódicos.

La presencia del cine vasco ha dejado de ser algo anecdótico.

Recuerdo cuando la presencia de ‘Loreak’ en la Sección oficial a concurso fue tratada en algunos círculos como algo casi anecdótico, una producción vasca y en euskara. Este año contamos con ‘Maixabel’ de Icíar Bollaín, que forma parte de la Sección Oficial a concurso y que –protagonizada por Blanca Portillo y Luis Tosar– se inspira en las vivencias de Maixabel Lasa, viuda del político socialista Juan María Jáuregui, y ‘Hondalea: Abismo Marino’ de Asier Altuna, que se proyectará en la Gala del Cine Vasco y que está dedicada a la obra escultórica que la artista Cristina Iglesias ha creado para la isla de Santa Clara de Donostia. A ello se suman los 17 títulos que pueden ser disfrutados en otras secciones como Zinemira.

Buena parte de la culpa de todo ello la ha tenido Kimuak.

Sin duda, y por esa razón para mí supone un motivo de alegría entregar a Kimuak este reconocimiento en nombre de Zinemaldia y de las asociaciones de productores. La labor de este proyecto ha sido impecable y muy dura. Tuvo unos comienzos no muy afortunados, pero reorientó su línea y ha logrado consolidarse como lo que es, una cantera de grandes cineastas vascos jóvenes. Está claro que los tiempos están cambiando y que hay otro tipo de opciones relacionadas con la posibilidad de rodar cortometrajes, como es el caso de los jóvenes que participan en los laboratorios creativos de Tabakalera.