
A la generación de Daniele Luchetti le ha tocado luchar contra el prestigio inalcanzable de los grandes clásicos del cine italiano, y ya se han convertido en veteranos sin terminar de consagrarse.
Esto no quita para que sea un habitual de los premios David Di Donatello, que ha ganado con películas como ‘La voz de su amo’ (1991), ‘La scuola’ (1993), ‘Mi hermano es hijo único’ (2007) o ‘La nostra vita’ (2010), también premiada en Cannes.
A todo esto hay que añadir la oficialidad vaticana que le confiere el haber rodado ‘Llamádme Francisco’ (2015), con el actor argentino Rodrigo de la Serna en el papel del Papa Bergoglio.
Pero la vida sigue y en ‘Lazos’ (2020), película que inauguró la 77 edición de la Mostra de Venecia, adapta una novela de Domenico Starnone sobre una saga familiar de gente corriente, la cual abarca a dos generaciones a lo largo de tres décadas, que van de los años 80 a bien entrado el nuevo milenio. Durante ese tiempo se muestran las idas y venidas de la pareja formada por Aldo (luigi Lo Cascio) y Vanda (Alba Rohrwacher), desde su juventud en Nápoles hasta su vejez romana.
Puede parecer una película muy localista, pero más allá de sus localizaciones, busca un eco universal. Se nota la influencia en la narración del melodrama de Robert Benton ‘Kramer contra Kramer’ (1979), en la forma en que va alternando los puntos de vista de ella y de él.
Del maestro Ingmar Bergman toma el tono confesional de ‘Secretos de un matrimonio’ (1979), e incluso el esquema de reconstrucción de la vida matrimonial conecta con la reciente realización de Noah Baumbach ‘Historia de un matrimonio’ (2019).
Hablan mucho entre sí, dado que Aldo es locutor de radio, pero a la postre se callan lo importante y son los silencios los que expresan lo esencial. El amor no es lo que les une, son otras cosas relacionadas con la convivencia.

La autopsia confirma el crimen machista en Barakaldo; detenido un hombre de 27 años
‘Gutun bat Kottori’: «Gazteoi dagokigu gai hau bertze modu batera lantzea»

EH Bildu ganaría en la CAV y subiría en Nafarroa, según un sondeo de Aztiker

Una monja de Urduña sigue hospitalizada y prohíben a las de Belorado contactar con ellas

