Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / redactor de opinión, especializado en economía

Financiarización

Al final han conseguido que para utilizar un suministro básico miremos antes a lo que ocurre en los mercados mundiales. Eso es la financiarización

Es una palabra muy fea, sin embargo, su importancia no deja de crecer. Los primeros en darse cuenta de lo que significaba fueron los campesinos de todo el mundo cuando bancos, fondos de cobertura, de inversión o de pensiones empezaron a comprar tierras y a especular con los precios futuros de los productos agrícolas. La subida fue inmediata, pero no repercutió en unos mayores ingresos para los campesinos que los cultivaban: se encarecían para la gente que los compraba, pero los beneficios se los quedaban los especuladores de esos fondos.

Algo de eso está ocurriendo con los precios de la electricidad. Los especuladores han olido negocio y han entrado en tromba a lucrarse con todo lo relacionado con la energía. En este caso juegan con más ventaja todavía. El sistema liberalizado impuesto por la Unión Europea ha sido implantado en su forma más salvaje en el Estado español. En Portugal, por ejemplo, todavía no tienen que mirar en qué hora viven para encender la tele. Y en Alemania, vanguardia europea, aún funcionan los viejos contadores. En el Estado, sin embargo, pusieron unos de última generación para que se pudiera medir la electricidad consumida casi instantáneamente. Ahora ya saben hasta cuando ponemos la lavadora. Tienen mucha más información, pero no se usa para optimizar la producción, sino para acrecentar los beneficios, forzando el incremento de los precios en las horas clave. Y eso es posible porque hay tres empresas que dominan todo y que, además, son a la vez compradoras y vendedoras; eso sí, con nombres distintos que si no queda muy feo. Al final han conseguido que antes de encender nada pensemos en qué franja horaria estamos y si el precio es de récord o no. Es decir, que para utilizar un suministro básico miremos antes a lo que ocurre en los mercados mundiales. Eso es la financiarización, convertir hasta la cosa más cotidiana en un activo financiero con el que poder especular.

En este contexto no es extraño que PNV y PSE se empeñaran en construir una incineradora en Zubieta. Sus dueños se tienen que estar forrando.