BAXI MANRESA 74 - SASKI BASKONIA 67

Perder 22 balones suele ser sinónimo de derrota y así le ha sucedido a Saski Baskonia este domingo, por lo que ha encadenado su tercer tropiezo seguido, tras los sufridos en Badalona y Atenas. Ante un aguerrido Manresa, los de Dusko Ivanovic han competido hasta el final, pero han dado demasiados regalos a un rival que, pese a no brillar en ningún aspecto, ha sabido ir a por el partido.

«Ha sido un encuentro cerrado que se ha decidido en los cinco últimos minutos por culpa de nuestras pérdidas», ha resumido Dusko Ivanovic en sala de prensa, menos enojado que hace una semana en Badalona, pero igual de molesto con tanto regalo. «Son demasiadas pérdidas; venimos de perder 21 en Atenas y 22 hoy. Es algo en lo que debemos trabajar», ha insistido, al punto de añadir que «es hora de hablar poco y trabajar mucho, aunque no haya mucho tiempo para ello, porque tenemos partidos, partidos, partidos... El sacrificio de los jugadores debe ser enorme porque deben trabajr, preparar los partidos y jugarlos».

En cuanto a los fríos números, el propio Manresa no ha jugado su mejor partido: 8 de 31 en triples, 14 de 21 en tiros libres y 16 balones perdidos. Ante ello, pese al 12 de 27 en tiros de dos y 13 de 19 en tiros libres, el 10 de 21 en triples de los gasteiztarras ha podido ser un activo en el camino de la victoria, con jugadores como Marinkovic y Fontecchio recuperando al fin parte del acierto perdido.

No obstante, atendiendo solo a los números, el Manresa ha capturado 14 rebotes en ataque, ha recuperado 11 balones y ha repartido 16 asistencias. El joven alero finés Valtonen ha superado a todos los pares que le ha puesto Ivanovic y a sus 16 puntos se les ha sumado los 15 de Moneke y los 13 de Yankuba Sima, que además se han  hinchado de coger rebotes en ataque.

Y es que el Baskonia lleva en su pecado su propia penitencia. La estrategia de cambiar de asignación en todos los bloqueos ha asfixiado en muchas ocasiones a los bases Dani Pérez y a un hiperactivo Sylvain Francisco, pero la cruz de esa moneda ha dejado muchos emparejamientos «desparejos», con hombres grandes del conjunto del Bages ganando la posición ante defensores «pequeños» del Baskonia. De ahí ha llegado en cierta medida la superioridad reboteadora manresana.

Emulando a Sísifo

Después de llegar al descanso con 37-33 para los de Pedro Martínez, Saski Baskonia se ha adelantado 39-40 en el arranque del tercer asalto, luego de un parcial de 2-9. Nadie lo sabía entonces, pero ha sido el último instante de liderato gasteiztarra.

Como si fuera un émulo del mito de Sísifo, cada vez que los baskonistas se han arrimado a la altura del Manresa han cometido una pérdida, han cedido un rebote y una vez más, con el canto rodado yéndose ladera abajo, el conjunto catalán ha logrado abrir brecha. Concretamente en este tercer cuarto, Moneke, en dura pugna con Nnoko, ha sido quien ha sostenido a los de Bages por delante.

Y eso que el propio Landry Nnoko, junto con Fontecchio, ha logrado hacerse fuerte en la pintura, logrando arrancar faltas y tiros libres al bando local. No obstante, los errores propios y ajenos y la fatiga en los minutos finales ha pesado en exceso en el bando gasteiztarra.

Un Enoch negado a la hora de defender ha sido el «sacrificado» por Dusko Ivanovic, por lo que Nnoko, y solo unas pocas veces Costello, ha estado al frente de ese juego interior. En parecida tesitura, la aparente soledad de Granger ha repercutido en que el charrúa haya perdido más balones de lo normal, mientras que Kurucs no ha estado nada fino.

Con todo y eso, el 63-62 de a falta de cinco minutos dejaba las esperanzas perfectamente intactas. No obstante, el partido se ha empezado a torcer tras una buena defensa gasteiztarra. Un balón llovido del cielo lo ha aprovechado Yankuba Sima para anotar, y acto seguido Moneke ha hecho lo propio. Es decir, 67-62 en un abrir y cerrar de ojos.

Saski Baskonia ha podido remontar perfectamente esa diferencia, pero las decisiones que han ido tomando los jugadores han ido a peor en esos minutos finales, y Valtonen ha asomado la cabeza para finiquitar el partido en beneficio de Manresa, que iguala con el Baskonia con un balance de 2-2.

Mientras, los gasteiztarras tienen ahora tiempo para regresar a Gasteiz y afrontar el viernes a las 20.30 en el Buesa Arena el segundo partido de la Euroliga ante nada menos que el Armani Milano, siendo este el primer de una serie en la que lSaski baskonia jugará cinco de sus seis siguientes duelos en Zurbano.

Autocrítica y reacción

Menos lacónico que Dusko Ivanovic, el capitán Jayson Granger se ha mostrado tan tocado como autocrítico.

«Duele perder de esta manera. No supimos entender el tipo de partido y no hemos estado finos. Hemos tenido problemas con las pérdidas y yo personalmente tengo bastante responsabilidad. Pero hay que seguir trabajando y cambiar el chip. Hay que confiar en el proceso, pero hay que intentar encajar las piezas lo antes posible», ha declarado el base uruguayo.

En su opinión, uno de los motivos por los que se acumulan las pérdidas en la ansiedad. «Todo el mundo quiere encontrar su hueco en el equipo y pecamos un poco de esa ansiedad, de querer hacerlo bien. Debo estar más concentrado porque mis propias pérdidas le están haciendo daño al equipo», ha dicho.

Más allá del disgusto, Granger busca una reacción cuanto más rápida mejor. «Hay ausencias, pero somos los que estamos y hay que dar un paso adelante todos. El calendario no es fácil y hay que intentar sacar ese carácter y ganar partidos ya», ha remachado.

FICHA DEL PARTIDO

Manresa: Dani Pérez (7), Thomasson (4), Berzins (1) Maye (8) y Yankuba Sima (13) –quinteto inicial– Rafa Martínez (1), Guillem Jou (3), Moneke (15), Valtonen (16) y Bako (6) Sylvain Francisco y Dani García.

Baskonia: Granger (8), Marinkovic (11), Giedraitis (15), Sedekerkis (2) y Nnoko (10)–cinco inicial– Kurucs (2), Fontecchio (12),  Costello (7) y Enoch.

Árbitros: Pérez Pérez, Bultó y Sánchez Benito. Han señalado técnica a Giedraitis. Han eliminado por cinco faltas al jugador baskonista Jayson Granger.

Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga ACB disputado en el pabellón Nou Congost con 2.715 aficionados.