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El primer juicio a Villarejo, una inmersión en las cloacas corruptas del Estado

En la Audiencia Nacional ha comenzado el primer juicio al comisario jubilado José Manuel Villarejo, en lo que es una inmersión en las cloacas corruptas del Estado español. La Fiscalía pide 109 años de cárcel para Villarejo por realizar tareas de espionaje utilizando recursos policiales.

El comisario de la Policía española José Manuel Villarejo, llegando a la Audiencia Nacional, donde afronta su primer juicio por efectuar tareas de espionaje con recursos públicos. (Alberto ORTEGA/EUROPA PRESS)
El comisario de la Policía española José Manuel Villarejo, llegando a la Audiencia Nacional, donde afronta su primer juicio por efectuar tareas de espionaje con recursos públicos. (Alberto ORTEGA/EUROPA PRESS)

Como una auténtica inmersión en las cloacas corruptas del Estado se presenta el primer juicio al comisario de la Policía española jubilado José Manuel Villarejo, que ha comenzado hoy en la Audiencia Nacional y que se prolongará en más de veinte sesiones. Durante el mismo, saldrán a relucir las tareas de espionaje realizadas por Villarejo para grandes empresas y particulares utilizando recursos policiales, de acuerdo con la acusación del Ministerio Fiscal, que pide por ello 109 años de cárcel.

El juicio ha comenzado con las cuestiones previas y está previsto que se prolongue hasta principios de 2022. Se celebrarán dos jornadas del juicio por semana, los miércoles y jueves, y habrá que esperar a noviembre para escuchar los interrogatorios de los acusados.

Villarejo, que es el principal acusado, se defenderá a sí mismo como abogado codefensor, labor que ha iniciado incluso antes de entrar en la misma Audiencia Nacional, ya que a su llegada al tribunal ha asegurado que confía en tener «un juicio justo», hasta el punto de rechazar alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía. Sin embargo, al mismo tiempo, ya ha deslizado que «espero que no sea una justicia folclórica. Sería un linchamiento, como en el oeste».

Ha insistido en que es «inocente» e incluso se ha puesto melodramático asegurando que «a mí no se me ha tratado como un presunto delincuente, a mí se me ha tratado como un enemigo al que hay que aniquilar. El miedo pudre por dentro y emponzoña los corazones».

Con estos planteamientos se ha sentado en el banquillo, donde compartía espacio con más de 30 acusados, entre los que destacaban su socio, Rafael Redondo, y su mujer, Gema Alcalá, así como el comisario Enrique García Castaño, que se enfrentan a penas de 102, 86 y 87 años de cárcel, respectivamente. No obstante, algunos acusados han llegado a acuerdos de conformidad con la Fiscalía.

En la primera sesión, el tribunal ha decidido seguir adelante con el juicio tras rechazar las peticiones de suspensión y nulidades de la defensa de Villarejo y la de otros acusados, que han alegado indefensión por no haber accedido a la totalidad de la causa, a un último informe policial y no disponer de las agendas del comisario jubilado.

Tras retirarse los magistrados a deliberar acerca de la petición de suspensión, a la que se ha opuesto la Fiscalía Anticorrupción y la acusación popular que representa Podemos, la presidenta de la sección cuarta de la Audiencia Nacional, Ángela Murillo, ha adelantado que no había lugar a ello y que el juicio iba a continuar.

Por tanto, ha establecido que las defensas podrán seguir exponiendo sus alegaciones en la jornada de este miércoles y la del jueves y, dado que el juicio no se retomará hasta el 15 de noviembre, ha considerado que tienen tiempo «de sobra» para consultar toda la información que reclaman.

Este primer juicio de ‘Tándem’ llega casi cuatro años después de que el comisario Villarejo fuera detenido por una causa que ha ido engordando hasta configurar un puzzle de más de una treintena de piezas separadas referidas a los numerosos y diversos encargos que recibió a través de CENYT, su grupo empresarial, radicado en la Torre Picasso de Madrid.

De acuerdo con las pesquisas dirigidas por el Juzgado Central de Instrucción Número 6, el denominador común de las piezas separadas, más allá de quién le contratara, desde grandes empresas del Ibex 35 a particulares, y para qué, es que Villarejo habría asumido estos trabajos siendo comisario en activo y se habría valido de los recursos policiales a su alcance para cumplir con sus clientes.

La Fiscalía Anticorrupción reclama para Villarejo una pena de prisión de 109 años de cárcel, multas que superarían los 950.000 euros, a las que habría que sumar las indemnizaciones de las que respondería solidariamente junto a las otras personas que resultaran condenadas; así como inhabilitaciones para ejercer cargo y empleo público y para el sufragio pasivo.

Otras piezas

En ‘Iron’ (pieza 2) se juzgará si el despacho de abogados Herrero&Asociados contrató a CENYT en junio de 2013 para que espiara a un bufete de la competencia, Balder IP Law, fundado por exsocios y extrabajadores suyos y que se había llevado varios clientes del área internacional. Según el Ministerio Público, el encargo consistía en que Villarejo obtuviera información para nutrir una denuncia que el comisario hizo progresar en sede policial para causar un daño reputacional al nuevo despacho.

Anticorrupción acusa a Villarejo de llevar a cabo «una multitud de actuaciones ilícitas» aprovechándose de su condición policial, incluido el acceso a «datos reservados y sensibles» de las víctimas de este presunto espionaje, como información bancaria, tributaria y de la Seguridad Social, que habría conseguido de bases restringidas con la ayuda de otros agentes, funcionarios y colaboradores externos.

Aunque el proceso suscitado por la denuncia quedó archivado en julio de 2015, cuando CENYT habría concluido sus servicios, los denunciados tuvieron que declarar como imputados. El coste de ‘Iron’ se fijó en 325.000 euros más otros 300.000 euros en concepto de prima de éxito, si bien la Fiscalía señala que Herrero&Asociados pagó 302.500 euros entre agosto y noviembre de 2013 de «forma opaca».

Por estos hechos, el Ministerio Público plantea que Villarejo sea condenado a 57 años de cárcel y al pago de una multa de más de 700.000 euros por presuntos delitos de cohecho pasivo y activo, descubrimiento y revelación de secretos, tráfico de influencias y falsedad en documento mercantil, todo ello con la circunstancia agravante de haberlos cometido con prevalimiento de su carácter público.

Sobre ‘Land’, Anticorrupción relata que la compañía PROCISA habría contratado a CENYT entre 2012 y 2014 para que le suministrara «información reservada» sobre terceros para utilizarla contra ellos de cara a resolver «situaciones de crisis empresarial». El precio global acordado habría sido 275.000 euros más otros 150.000 en la medida en que PROCISA fuera rentabilizando la información obtenida. Finalmente se habrían pagado 340.252 euros.

En un primer encargo, Villarejo habría elaborado un informe sobre una juez que condenó a la mercantil a pagar más de 34 millones de euros y sobre las otras cuatro empresas implicadas en ese litigio. En una segunda etapa, ‘Land’ habría derivado en trabajos de inteligencia y análisis de información, así como de «intoxicación informativa en los medios de comunicación», contra una serie de personas cuyos intereses económicos podían perjudicar a PROCISA.

Algunos de los investigados por CENYT habrían sido Silvia Concepción Gómez-Cuétara Novoa, viuda del dueño de PROCISA Luis García-Cereceda, con el presunto objetivo de beneficiar a Susana García-Cereceda en el reparto de la herencia; Jaime Ostos Alcalá, a quien buscarían presionar para apartarlo de la gestión del elevado patrimonio de su mujer, Yolanda García-Cereceda, que poseía acciones de PROCISA; y el arquitecto Joaquín Torres Vérez, para disuadirle de los contenciosos económicos entablados contra PROCISA.

En esta pieza separada 3, la Fiscalía insta a condenar a Villarejo a 38 años y 10 meses de cárcel y al pago de una multa de 252.000 euros por delitos de cohecho pasivo y activo, descubrimiento y revelación de secretos y falsedad en documento mercantil.

Por último, en ‘Pintor’ se juzgará el encargo que habrían hecho los empresarios Fernando y Juan Muñoz a Villarejo en 2017, cuando ya se había jubilado como comisario, para supuestamente extorsionar a otro empresario, Mateo Martín Navarro, y a su abogado, el exjuez Francisco Javier de Urquía, a fin de que revocara su declaración de insolvencia y afrontara el pago de una deuda de más de 1,5 millones de euros que Hacienda les reclamaba de forma solidaria.

Anticorrupción interesa en esta pieza 6 una condena de casi 14 años de cárcel para Villarejo por delitos de descubrimiento y revelación de secretos y extorsión en grado de conspiración.