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Ciudad de Panamá

19.000 niños han cruzado en lo que va de año la selva de Colombia a Panamá rumbo a EEUU

Cerca de 19.000 niños han atravesado este año, a pie y algunos solos, por la inhóspita y peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá, en ruta hacia Estados Unidos, según alerta Unicef, alarmada por ese máximo histórico de menores migrantes.

Una niña cruza el río con su padre por la zona de la selva de Darién. (Luis Acosta/AFP)
Una niña cruza el río con su padre por la zona de la selva de Darién. (Luis Acosta/AFP)

El número de niños que, en lo que va del año, cruzaron la selva del Darién «ha alcanzado su máximo histórico», pese a ser «uno de los lugares más peligrosos para los migrantes que intentan llegar a Norteamérica», señala un informe de Unicef.

La cifra es «casi tres veces más que el número registrado en los cinco años anteriores juntos», afirma el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

El llamado Tapón del Darién, zona selvática de 266 km, se ha convertido en corredor para los migrantes irregulares que, desde Sudamérica, tratan de cruzar América Central y México rumbo a Estados Unidos.

La travesía, donde la espesa vegetación impide a veces ver el sol, está llena de peligros, con animales salvajes –incluso serpientes venenosas–, ríos caudalosos y grupos criminales.

Por esa selva virgen, de 575.000 hectáreas, han pasado en 2021 más de 91.000 migrantes, según el registro actualizado a octubre del Sistema Nacional de Migración de Panamá, una cifra equivalente al total de los cinco años anteriores.

En su mayoría son haitianos y cubanos, aunque también hay de diversos países de Asia y África. Según Unicef, uno de cada cinco de esos migrantes son niños, principalmente de Haití o de padres haitianos que los tuvieron durante su estancia en países como Chile y Brasil. La mitad de los 19.000 son menores de cinco años.

«Es un aumento vertiginoso y sin precedentes, nunca habíamos registrado ni visto un número tan alto» de niños migrantes cruzando el Darién, ha dicho a AFP Laurent Duvillier, jefe regional de comunicación de Unicef para América Latina y el Caribe.

Muerte, abusos sexuales y enfermedades

La agencia de ONU ha alertado sobre los enormes peligros que enfrentan en la travesía y señaló que muchos sufren diarreas, enfermedades respiratorias, deshidratación y otras dolencias que requieren atención médica inmediata.

«Semana tras semana más niños mueren, pierden a sus padres o se separan de sus parientes durante este peligroso viaje. Es espantoso que los grupos criminales se aprovechen de estos niños», afirma la directora de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough.

Entre enero y setiembre de 2021, Unicef registró 20 casos de abuso sexual de niñas y adolescentes. Además, hay muchas más mujeres que han denunciado abusos sexuales durante el viaje.

«Hay informes alarmantes sobre el aumento del número de acosos sexuales a niñas, a veces muy jóvenes, de hasta 11 años», ha dicho Duvillier.

«En lo profundo de la jungla, el robo, la violación y la trata de personas son tan peligrosos como los animales salvajes, los insectos y la absoluta falta de agua potable», ha agregado Gough.

Unicef también ha advertido sobre un aumento de los niños que cruzan solos el Darién. En 2020 ocho niños eran no acompañados, en 2021 fueron 153.

«La mayoría no viajan solos, viajan acompañados de sus padres, pero en el trayecto de la jungla pasan muchas cosas, a veces los padres se quedan atrás, la madre se queda herida o se ven separados al momento de cruzar un río», ha señalado Duvillier.

«Grave crisis humanitaria»

La «afluencia tan creciente» de niños migrantes por el Darién «debería ser tratada urgentemente como una grave crisis humanitaria por toda la región», ha indicado Gough.

Unicef ha instado también a los gobiernos a garantizar la protección de los niños durante su viaje y a coordinar una respuesta humanitaria entre todos los países involucrados.

También aboga por promover la integración de las familias migrantes en las comunidades de acogida y abordar las causas de la migración.

«Esta es una crisis de magnitud regional que requiere una respuesta humanitaria coordinada», concluye Duvillier.