NAIZ

Hizbulah y Amal entierran a los muertos en su protesta en un clima de alta tensión en Líbano

El día de duelo en el que este viernes Hizbulah y Amal han enterrado a sus militantes muertos en el tiroteo de la víspera contra una manifestación ha sido también una jornada de alta tensión en la que los habitantes temen que al colapso que vive el país se sume el regreso a la guerra civil.

Un miembro de Hizbulah dispara su arma durante los funerales. (Ibrahim AMRO/AFP)
Un miembro de Hizbulah dispara su arma durante los funerales. (Ibrahim AMRO/AFP)

Los grupos chiíes Hizbulah y Amal han enterrado este viernes a sus miembros muertos el día anterior en los enfrentamientos más violentos en años en el Líbano, que sacudieron el centro de Beirut y reavivaron el espectro de la guerra civil.

Seis de las siete personas muertas por disparos de francotiradores eran miembros de los dos partidos chiíes que habían organizado una manifestación el jueves frente al juzgado de la capital para exigir la sustitución del juez encargado de la investigación de la gigantesca explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020 (más de 200 muertos). Este ataque aumentó la tensión política que ayer se mantenía aún muy alta en el país.

Ayer, en el sermón durante el funeral de dos miembros de Hizbulah en los suburbios del sur de Beirut, Hachem Safieddine, un alto cargo encargado de formación, acusó al partido cristiano de las Fuerzas Libanesas de haber provocado deliberadamente la masacre con el fin de para provocar una nueva guerra civil.

Cientos de personas asistieron a los funerales de los dos miembros del movimiento chií, cuyos ataúdes estaban envueltos en la bandera amarilla del partido y flanqueados por combatientes con uniforme. Un tercer miembro de Hizbulah fue enterrado al norte de Beirut.

El movimiento Amal, por su parte, enterró a tres de sus miembros. Fuertes disparos acompañaron el cuerpo de un joven de 26 años en una aldea del Líbano, mientras las mujeres arrojaban flores sobre el ataúd.

La séptima víctima es una madre de cinco hijos, muerta por una bala perdida mientras estaba en casa.

Acusan a las Fuerzas Libanesas

Las dos formaciones chiíes acusan a las Fuerzas Libanesas de haber desplegado francotiradores en los techos de los edificios circundantes y de haber apuntado a sus simpatizantes que se acercaban a los barrios cristianos colindantes con la zona.

La formación de Samir Geagea lo negó y pidió una investigación oficial, acusando a Hizbulah de haber «invadido» barrios cristianos.

El periódico ‘Al-Akhbar’, cercano a Hizbulah, publicó en primera plana un retrato de Geagea, líder de las Fuerzas Libanesas, con uniforme nazi, con bigote de Hitler, acusándolo de «planear, preparar y llevar a cabo un gran crimen».

Declarado día de duelo nacional, fue también una jornada de gran tensión. El ejército libanés se desplegó en el distrito de Tayouné, escenario de lis enfrentamientos, y levantó barricadas para controlar el paso de vehículos, en esta zona cercana al Palacio de Justicia, cerca de la antigua línea de demarcación durante la guerra civil (1975-1990).

Mientras .los dueños de negocios y los vecinos inspeccionaban y reparaban los daños y recogían los vidrios rotos. «Volvemos a 1975», se lamentó Fawzi Saghir, dueño de un concesionario de automóviles en Tayouné.

Las circunstancias exactas de la violencia siguen sin estar claras. El Ejército informó de «intercambios de disparos cuando los manifestantes se dirigían a protestar». El ministro del Interior, Bassam Mawlawi, confirmó que francotiradores dispararon contra los manifestantes.

El intenso tiroteo aterrorizó a los residentes, reavivando el espectro de la guerra civil que creían haber olvidado.

Llamamientos a la calma

Rusia pidió a los involucrados en la crisis que «muestren moderación». El Estado francés pidió un «apaciguamiento» y Estados Unidos, una «desescalada».

El portavoz de la ONU Stéphane Dujarric pidió «el fin de los actos de provocación», así como una «investigación imparcial» sobre la explosión.

La protesta tuvo lugar luego de que el Tribunal de Casación rechazara los recursos de los diputados y exministros contra el señor Bitar, permitiéndole reanudar sus investigaciones.

Pero el juez no podrá hacerlo antes del martes, cuando se abra una nueva sesión parlamentaria durante la cual los diputados gozan de inmunidad.