Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Una occidental ante Fukushima

‘TOKYO SHAKING’
Estado francés. 2021. 101’. Dtor.: Olivier Peyon. Guion: Cyril Brody. Prod.: Kristina Larsen/ Les Films Du Lendemain. Int.: Karin Viard, Stéphane Bak, Yumi Narita, Philippe Uchan, Kentaro, Jean-François Cayrey, Yoshi Kuremura. Fot.: Alexis Kavyrchine.

Cartel presidido por Karin Viard y el choque cultural con Japón. (NAIZ)
Cartel presidido por Karin Viard y el choque cultural con Japón. (NAIZ)

En Japón han preferido el género documental para acercase al desastre de Fukushima, como el díptico realizado por el cineasta de moda Ryûsuke Hamaguchi. En cambio, el cine occidental se decanta más por la ficción, que es una manera de ver las cosas desde una distancia prudencial.

La que emplea en ‘Tokyo Shaking’ (2021) Olivier Peyon, en cuanto pretexto para hablar de cuestiones indirectas o más generales, como la forma en que desastres naturales y grandes catástrofes locales repercuten en la economía global, para centrarse en los intereses del mercado neoliberal representados por corporaciones con sedes en todo el planeta.

Para una de ellas trabaja la ejecutiva Alexandra, una mujer acostumbrada a viajar a distintos países con sus hijas, pero que en Japón va a sentirse afectada directamente por el choque cultural y las circunstancias de extrema urgencia nacional con las que se encuentra nada más llegar. Karin Viard da vida a esta empleada del banco Crédit de France a la que han destinado a la sucursal de Tokio, pero al poco de llegar e instalarse ocurre el terremoto con tsunami de marzo del 2011, que provocó la fuga nuclear de Fukushima.

Para Alexandra será muy difícil separar la parte humana de la tragedia de sus obligaciones profesionales, una vez que comprueba en primera persona que sus superiores están más preocupados por no tener pérdidas que por los ahorros de sus clientes o el bienestar de su personal.

Aunque al principio se siente extraña, por temas como el de la conciliación familiar, que las mujeres niponas no ven como las europeas por arraigo de costumbres tradicionales, poco a poco conecta con el sentido de la disciplina de Extremo Oriente y, en lugar de huir como sus colegas, decide quedarse y colaborar con la recuperación del país, o al menos esa es su actitud, aunque no depende solo de ella.