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Confirman que el ‘hombre de Loizu’ murió hace 11.700 años en un acto violento

El ‘hombre de Loizu’, los restos humanos completos más antiguos hallados en Nafarroa, murió hace 11.700 años en un acto violento y su cuerpo estaba envuelto en un sudario o paquete funerario, según los primeros avances de la investigación que van a ser presentados los próximos días.

Imagen de los restos del ‘hombre de Loizu’, muerto hace 11.700 años en Nafarroa. (GOBIERNO DE NAFARROA)
Imagen de los restos del ‘hombre de Loizu’, muerto hace 11.700 años en Nafarroa. (GOBIERNO DE NAFARROA)

Se confirma que el agujero que presentaba en el cráneo el ‘hombre de Loizu’, los restos humanos completos más antiguos hallados en Nafarroa, murió hace 11.700 años en un acto violento, según los primeros avances de la investigación que van a ser presentados los próximos días.

El pasado 12 de marzo se produjo la extracción del esqueleto del ‘hombre de Loizu’, que fueron encontrados en una cueva del término municipal de Erro.

Fue un trabajo complejo y delicado en el que intervinieron multitud de personas relacionadas con disciplinas como la antropología, la arqueología o la espeleología, recuerda el Gobierno navarro.

Desde entonces se ha desarrollado un proceso de estudio y análisis de los restos humanos y las muestras del entorno recogidas en un proyecto de investigación multidisciplinar codirigido por la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana y el Instituto de Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria.

A lo largo de esta semana, se presentarán públicamente los primeros resultados de esta investigación que, en ningún caso, se da por finalizada. En concreto mañana viernes, en Auritz se expondrán cuestiones relacionadas con las circunstancias de la muerte de este individuo, que ya se conocen y fue a causa de un acto violento. La cita será a las 18.00 horas en la Casa de Cultura de la localidad, con entrada libre hasta completar aforo.

Al día siguiente, se ha organizado una charla en el Planetario de Iruñea a las 11.30 horas, y también con entrada libre hasta completar aforo. En ambas citas actuarán como ponentes Pablo Arias Cabal, catedrático de la Universidad de Cantabria e investigador principal del proyecto, y Jesús García Gazólaz, arqueólogo de la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana.

En las conferencias se dará respuestas a los interrogantes que planteó el hallazgo de los restos, como ¿qué proyectil se utilizó para la muerte del ‘hombre de Loizu’?, ¿fue una piedra, un palo, una flecha?, ¿en qué dirección se lanzó y desde qué distancia?, ¿qué ritos funerarios se observan?, ¿qué significa el ungüento que cubría su cráneo? o ¿qué características antropológicas se pueden destacar?

Las ponencias estarán acompañadas de imágenes y vídeos que ayuden a comprender mejor el minucioso proceso de investigación que se está desarrollando en torno a este histórico descubrimiento.

Los restos del ‘hombre de Loizu’, encontrados en la cueva Errotalde I en el término municipal de Erro, datan del año 9.700 a.C, y fueron depositados intencionadamente en el interior de esta cueva del concejo de Aintzioa-Loizu.

El esqueleto se encontraba completo, en conexión anatómica y excepcionalmente bien conservado. El cuerpo fue depositado boca arriba, estirado y con los brazos sobre el vientre; y el cráneo presentaba un agujero, debido al impacto de un proyectil.

La posición y los restos encontrados han permitido concluir que el cuerpo había estado envuelto en un sudario o paquete funerario, cubierto con sedimento rojizo, aparentemente ocre y que se han conservado inalterados hasta la actualidad.

El ‘hombre de Loizu’ fue hallado a casi 200 metros de la entrada de la cueva, a unos 45 minutos de distancia, en un meandro fluvial fósil dentro del sistema laberíntico de la cueva, tras un recorrido angosto y estrecho.

El descubrimiento corrió a cargo del grupo de espeleólogos Sakon, que dio aviso del hallazgo a la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana. Tras dos visitas de inspección, técnicos del servicio de Patrimonio Histórico y especialistas en antropología física confirmaron la importancia y relevancia del hallazgo.