Daniel   Galvalizi
Periodista

Con «Otras Políticas», Díaz enseña estrategia y choca con los primeros obstáculos

La movida en València y Barcelona con las líderes de Compromís y Más País esboza el objetivo de una nueva confluencia más amplia para las estatales. Sin embargo, sectores del errejonismo y el valencianismo siguen reticentes a avanzar. Plurinacionalidad y territorio, claves de la nueva fase de UP.

Yolanda Díaz, en el centro de la novedosa foto de València. (Jorge GIL | Europa Press)
Yolanda Díaz, en el centro de la novedosa foto de València. (Jorge GIL | Europa Press)

Fue una jugada fuerte y arriesgada y un escenario que dio mucho que hablar. Hace unos días, la vicepresidenta del Gobierno español Yolanda Díaz (Unidas Podemos), la vicepresidenta de la Generalitat valenciana Mónica Oltra (Compromís), la alcaldesa de Barcelona Ada Colau (En Comú Podem), la jefa de la oposición en Madrid Mónica García (Más País) y la diputada ceutí Fatima Hamed (MdyC) compartieron un acto en el que expresaron la necesidad de la unión en la diversidad y enviaron una señal clara a sus partidos y al electorado desde València.

Pocos días después, con ocasión del cierre del congreso partidario de Catalunya En Comú en Barcelona, una escena similar se repitió, con Díaz, Colau y Oltra como invitada. La vicepresidenta del País Valencià se vio visiblemente emocionada y en menos de una semana también envió una señal a su propia coalición, fragmentada en cuanto a la estrategia de cara a las estatales.

El encuentro llamado Otras Políticas de mediados de mes puede ser considerado el acto inicial del camino de la izquierda transformadora estatal en sus intentos de conformar un nuevo espacio, más amplio y potente, con miras a la competencia por llegar a la Moncloa. Si bien desde Podemos no dudan de que las elecciones serán a fines de 2023, algunos -como el exjefe de gabinete todopoderoso Iván Redondo- sospechan que Pedro Sánchez podría adelantar la convocatoria electoral para el día en que sean las autonómicas andaluzas si tuviera la convicción que le mejoraría la «performance» en votos.

Lo de Redondo merece un párrafo. Conoce al líder del PSOE como pocos  y fue artífice necesario de su construcción durante varios años. En su columna de opinión de ‘La Vanguardia’, y con una lluvia de datos (por ejemplo, sobre el hecho de que la participación a nivel estatal sube varios puntos cuando coincide con las autonómicas de Andalucía, favoreciendo a los socialistas), esgrime que Díaz tiene crecientes posibilidades de «sorpassar» a Sánchez –que mantiene en forma sostenida su liderazgo en valoración por encima de todos los políticos– y que el PSOE está en un techo electoral tras el giro al aparato. Por lo que presagia sin grises que Sánchez llamará a elecciones antes en caso que él considere que le favorecerá, no con respecto al PP sino con respecto a su rival del cuadrante progresista.

El ampliar y sus reticencias

«La idea de la foto fue un poco que Joan Baldoví (Compromís) y Errejón lo vean y olviden sus ‘no’ a las plataformas para que se sumen a ellas. Todavía no hay nada real, lo único que hay es una intentona fuerte», admite una fuente cercana a la cúpula de Podemos preguntada por NAIZ.

Desde la formación morada también recalcan diferentes fuentes que la vicepresidenta segunda está «enfocada en la reforma laboral» y que la construcción de una coalición más amplia no es el objetivo principal ahora. «Sin una buena reforma laboral se acaba la potencia electoral. Y además, si el PSOE la tuviera de candidata confirmada, irían a por ella», reseñan. Además, Díaz desde el principio no ha podido manejar los tiempos porque fue Pablo Iglesias el que aceleró su liderazgo al renunciar en mayo pasado. Ahora la exsindicalista galega es la que quiere dosificar las jugadas.

Desde el gabinete de la ministra de Trabajo dejan claro que ella «este año no hará nada del proyecto presidencial» pero recuerdan que ella «siempre apostó, desde que estuvo en Alternativa Galega, por espacios más anchos y no le ha costado renunciar a sus siglas». Una pista tal vez de que estaría dispuesta a entregar la marca Podemos en pos de algo que incluya a más actores. Además, insisten en que la prioridad es «hablar de un proyecto de país más que del quién» y que el foco tiene que estar en los contenidos y el debate con la sociedad civil, sin un protagonismo central de los partidos.

Ante la pregunta de la ausencia de referentes vascos en el acto de Otras Políticas, cerca de Díaz admiten que es así pero que no faltará oportunidad para ello porque «la plurinacionalidad es una prioridad» para la vicepresidenta. Y destacan que ese espacio ha sido «de lo más plurinacional que se puede ver hoy» en el Estado.

Más allá de la cautela, hubo mensaje. Y para empezar a enviar señales, Díaz tuvo a Oltra y García como aliadas. La portavoz opositora en la Asamblea de Madrid sabe que en la región no hay nadie en Podemos que pueda arrebatarle una nueva candidatura en 2023 y no duda de que contaría con la bendición política de Díaz. Eso choca con la ambición de Iñigo Errejón, quien no ha manifestado mucho interés en la vía amplia de la líder de UP y dice tener «proyecto propio».

Los morados conocen a Errejón, saben que él solo acepta un rol protagónico y ven coherente con su historia política el hecho de que no quiera sumarse a una plataforma de mujeres, quedando desdibujado. De hecho, los ruidos entre García y Errejón ya han comenzado y no suelen coincidir en eventos en Madrid. La fiesta de la web de noticias de InfoLibre esta semana hizo que compartieran charla García, Díaz e Isa Serra. Allí siempre solía ir Errejón, quien este año no apareció.

Y aunque Díaz mantenga el bajo perfil presidencialista, los morados saben que hay que ordenar la formación. Ione Belarra y la secretaria de Organización, Lilith Verstrynge, están viajando por todo el Estado «viendo territorios y dejando el partido a punto, y allí donde hubo lío, hacer partido y equipo», aseguran desde UP.

El factor valenciano

Se suele decir que no se gana el Gobierno del Estado sin Andalucía ni Catalunya pero el País Valencià es estratégico. Con cinco millones de habitantes, es la cuarta comunidad autónoma que más escaños ostenta en el Congreso, casi todos de las circunscripciones de València y Alacant. Con un Madrid escorado a la derecha y suelo alto de porcentaje de voto soberanista en las estatales, el electorado valenciano es muy importante para el PSOE y UP.

De allí el interés de Díaz en volver a acercar posiciones con Compromís, con quienes fueron aliados en 2016 para romper poco después. Cabe recordar que la coalición valencianista está conformada por varios sectores: el mayoritario, El Bloc, liderado por Baldoví que es la mitad de la militancia; Iniciativa del Poble Valencià (de Oltra); Els Verds; y los adheridos (inorgánicos de otros partidos o sectores que acabaron sumándose). De esta última parte es el alcalde de València, ex IU, Joan Ribó.

Fuentes de Compromís cercanas a Baldoví, ante la pregunta de NAIZ, recalcan que «es una reducción» creer que Oltra se ha lanzado de cabeza a Díaz y que el Bloc se resiste. «Lo que se dijo es que falta mucho tiempo y no estamos en momento electoral. Para nosotros la alianza con Más País ha sido más satisfactoria que la que hubo con Podemos. Por ahora no existe nada y tenemos alianzas con Nueva Canarias y con Més per Mallorca. Hay que ver cómo se encausa todo», explican.

Ante alguna versión ansiosa sobre una posible ruptura a nivel estatal de Compromís de cara a las generales si nadie cede posiciones, aseguran que lo ven «imposible» y que a nivel de militancia no hay tantas diferencias. Que sea Baldoví quien lidera la papeleta es un escollo para que fluya una alianza. Como siempre, las encuestas y el encaje de egos acabarán teniendo su partida propia sobre el final.

Por ahora, se va cociendo a fuego lento una propuesta estatal más amplia y diversa a la izquierda del PSOE. La salida de Iglesias y la frescura de lo nuevo y feminista encarnado en Díaz ha dado un impulso que las encuestas muestran en forma sostenida. Y aunque no lo digan, también en los contactos de políticos. Como admiten fuera de micrófono desde el despacho de la vicepresidenta, «muchos están tocando la puerta».