Arnaitz Gorriti

Cruel derrota de un heroico Bidasoa-Irun en su retorno tras la covid-19 (28-29)

Los de Jacobo Cuétara han pasado de caer 18-25 a empatar a 28 y tener el balón para ganar a todo un Wisla Plock. Pero la jugada entre Azkue y Ugarte no ha salido, y en el ataque final, Mindegia ha sabido buscar la atención de la defensa para asistir a Laszek y cederle a este el gol de la victoria.

El ataque final de Bidasoa-Irun ha buscado a Ander Ugarte, pero el pase de Jon azkue no ha llegado a su destino, quizá por falta. (Gorka RUBIO / FOKU)
El ataque final de Bidasoa-Irun ha buscado a Ander Ugarte, pero el pase de Jon azkue no ha llegado a su destino, quizá por falta. (Gorka RUBIO / FOKU)

BIDASOA-IRUN 28 - ORLEN WISLA PLOCK 29

No hay palabras para describir la crueldad en la derrota y el heroismo en el juego de Bidasoa-Irun. Lo de la noche del miércoles en Artaleku ha sido un ejemplo gráfico de compromiso por parte del cuadro irundarra, capaz de jugar un partido después de dos semanas sin poder entrenar, con bajas en su plantilla y ante un rival muy superior al que han tuteado luego de haber levantado siete goles de diferencia.

Como dijera Rutger Hauer en su monólogo mítico de replicante agónico en «Blade Runner», todos estos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia, pero quien haya visto el partido de Artaleku podrá contarlo. Podrá ver la transformación a ojos vista de un equipo como el local, convertido en un pelele de cine cómico mudo de la primera mitad a un matagigantes en el segundo, capaz de volver una y otra vez y tener, con empate a 28 y ya dentro del último minuto, el balón de la victoria.

Pero el destino, esté ya escrito en las estrellas o lo escriba cada cual con sus acciones, ha sido cruel. Los colegiados austríacos no han querido ver un golpe franco sobre Ugarte cuando ha recibido el pase de un Zabala espectacular en los momentos calientes, capaz, junto con un irregular Rodrigo Salinas, de liderar la remontada del 23-28 al 28 iguales.

Cruel destino la exclusión de Zabala, en un partido con un sinfín de interrupciones por siete metros, exclusiones y hasta un reloj estropeado en la primera mitad. Con cinco y Xoan Ledo, Bidasoa-Irun ha intentado parar la penetración de Niko Mindegia, y el central de Doneztebe ha seguido la pauta de su entrenador a rajatabla, esperando el contacto de sus rivales para ceder a última hora la entrada sin balón del lateral zurdo Daszek, cuando las manos iban a por Mindegia y los ojos miraban al gigante Kosorotov, auténtica perla del Wisla Plock.

Mindegia le ha dado el balón a Daszek con forma de caramelo y este, desde los seis metros, ha fusilado a Xoan Ledo anotando el gol de la victoria. Teniendo en cuenta lo visto en el partido, justa victoria de un Wisla Plock más rodado y que siempre ha llevado la iniciativa, pero con el componente emocional en la ecuación, Bidasoa-Irun ha merecido ganar y no ha podido ni siquiera empatar, y no es justo.

Jóvenes al poder

¿Cómo puede un equipo pasar de caer por siete goles a empatar y tener el balón para la victoria? Pese a la derrota final, la respuesta está en el corazón. el tercer portero, Joan Ander Larrarte, ha levantado Artaleku por su capacidad de entusiasmo y su manera de hacer fallar a unos infalibles Kosorotov o Lucin, y a partir de ahí ha llegado la reacción irundarra.

Luego, los Furundarena o Mugika han sido otros de los artífices emocionales de un cambio de cara drástico, luego de una primera parte entre la tragedia y la farsa cómica, incapaces los guipuzcoanos de traspasar la muralla defensiva, o al propio portero Morawski, mientras que en ataque, los rusos Kosorotov y Zhitnikov –con el odio acendrado de los polacos hacia los rusos, no les erá fácil hacerse querer, pero el deporte consigue estos pequeños milagros– han hecho añicos la defensa 6-0 de Bidasoa-Irun, mientras que el cambio al 5-1 ha sido el momento para que Niko Mindegia haya hecho diabluras.

Hasta el 11-16 del descanso ha parecido poca cosa, pero la segunda mitad, con lo mal que ha comenzado, no ha prometido nada mejor, hasta que Larrarte ha encendido a los aficionados, y gracias a la defensa Bidasoa-Irun se lo ha ido creyendo.

Solo ha faltado la exclusión de Kosorotov para dar el primer zarpazo serio, pasando del 18-25 al 23-26. Eso no estaba en el guión, pero al público de Artaleku y  los muchachos de Jacobo Cuétara eso les ha dado igual.

Como les ha dado igual afrontar los dos últimos parciales con 23-28 tras un par de errores que han costado dos goles fáciles y que ya parecían el fin de toda resistencia. Nada más lejos de la realidad. Rodrigo Salinas, tras haber tenido un partido horrible, ha despertado a tiempo, lo justo para acompañar a Jon Azkue camino de una remontada imposible que casi se hace carne con el empate a 28 y balón con menos de un minuto por jugarse.

Pero así es el deporte, que deja los «Happy End» de Hollywood para Hollywood. Esto es la vida real, o al menos un cacho que adquiere relevancia durante esos 60 minutos de juego. Al final, pese a las protestas del público con el arbitraje, quien ha decidido ha sido la magia de hechicero de un Mindegia que ha demostrado mucha sangre fría en la jugada definitiva, mientras que el latigazo de Laszek ha certificado la derrota final de un Bidasoa-Irun heroico, que heroico y estoico deberá afrontar un final de diciembre de locos, mientras recupera efectivos y partidos, y que no debe desanimarse pese al golpe doloroso que ha recibido.

Debe quedarse con su corazón, porque eso ya lo tiene y nadie se lo puede quitar. «No digan que todo está perdido. Yo vengo a entregar mi corazón», cantaba Mercedes Sosa. Los jóvenes de Bidasoa-Irun y sus compañeros han demostrado que también lo tienen, y eso a la larga y con la salud mediante, traerá resultados.

FICHA DEL PARTIDO

BIDASOA-IRUN: Ledo (1), Cavero (4, 1p), Salinas (5, 3p), Rodríguez (2), Fernández (2), Ugarte (4) y Da Silva, –siete inicial–, Sierra y Larrarte (p.s.) Tesoriere (1),  Zabala (2) y Azkue (6), Nieto (1), Furundarena, Renaud y Mugika.

WISLA PLOCK: Morawski, Mihic (3), Kosorotov (9, 6p),  Komarzewski (2), Daszek (3), Zhitnikov (1) y Krajewski (1) –siete inicial–, Ahmetasevic (p.s.), Serdio (2), Lucin (6, 2p), Susnja (1), Mindegia (1), Terzic y Fernández.

Árbitros: Los austríacos Bolic y Hurich. Han excluido a Rodríguez, Furundarena, Zabala (2), Da Silva (2) y Tesoriere; Terzic (2), Susnja, Serdio, Krajewski (2) y Kosorotov.

Parciales: 3-2, 5-6, 5-9, 6-11, 8-13, 11-16; 14-20, 19-25, 23-26, 24-28, 28-29.

Incidencias: Partido aplazado del grupo A de la EHF European League, disputado en el polideportivo Artaleku. Problemas en el marcador han hecho que se haya demorado el partido en la primera mitad.