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Ataque de la Ertzaintza a un acto comunicado por los presos en Nochevieja en Martutene

Cinco jóvenes oñatiarras acudieron a Martutene en Nochevieja para animar con música y enviar apoyo a los presos vascos. A pesar de tener permiso y tras media hora de música, dos patrullas acudieron de forma agresiva y les echaron, rompiendoles la ventanilla del coche, según informa ‘Argia’.

Cárcel de Martutene, gestionada ahora por el Gobierno de Lakua y donde ocurrieron los hechos.
Cárcel de Martutene, gestionada ahora por el Gobierno de Lakua y donde ocurrieron los hechos. (Gorka RUBIO | FOKU)

Cinco personas que estuvieron la noche de Nochevieja animando a los presos vascos frente a la cárcel de Martutene han denunciado que la Ertzaintza les rompió los cristales de su coche y agredió a porrazos. La intención de su acto era hacer llegar música y alegría al otro lado de los muros, lo cual consiguieron.

Según ha informado ‘Argia’, estos activistas solidarios, oñatiarras, denunciaron que los agentes se acercaron de manera muy brusca y les pidieron que no les grabaran, a lo que atendieron. Después registraron el coche y, cuando uno de los jóvenes les dijo que no tenían derecho a hacerlo, le golpearon con la porra dejándole una marca.

Ya cuando regresaban a casa, una vez dentro del coche, un ertzaina golpeó una ventana destrozándola. Tras ello, según cuentan a ‘Argia’, los agentes se metieron en sus vehículos y se marcharon.

La Ertzaintza ya estaba avisada con quince días de antelación de que el grupo de Oñati tenía intención de celebrar un acto para felicitar el año nuevo a los presos. Al llegar temían encontrarse con alguna patrulla que les impidiera realizar el acto previsto, pero no fue así. Durante media hora la música sonó sin impedimentos y pudieron lanzar mensajes de apoyo a los internos.

A pesar de tener permiso para permanecer ahí una hora, desde las 23.15 hasta las 00.15, decidieron quedarse solo hasta media noche para no molestar más y porque justo a esa hora comenzaría un programa de radio dirigido a los presos y presas. Pero a falta de un minuto, dos patrullas de la Ertzaintza llegaron haciendo derrapar sus vehículos, patearon los bafles e interrumpieron la música. A pesar de que los jóvenes les dijeron que tenían permiso para estar ahí, hicieron caso omiso, denuncian.