Maite Ubiria

Bruselas anima a París a evaluar los impactos del cierre de la muga y a explorar alternativas

La Comisión Europea afirma, en respuesta a una pregunta de europarlamentarios de Euskal Herria y Catalunya, que los estados que aplican la derogación temporal de Schengen, como el Estado francés, deberían evaluar los impactos que ello genera en las zonas transfronterizas.

Controles en el puente Santiago, que enlaza Hendaia con Irun.
Controles en el puente Santiago, que enlaza Hendaia con Irun. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

En respuesta a la pregunta prioritaria planteada por seis europarlamentarios sobre el cierre de pasos fronterizos en Catalunya y Euskal Herria, la Comisión Europea ha emitido una respuesta que, por vez primera, evoca la pertinencia de que los estados que se acogen a la derogación temporal de Schengen tengan que evaluar los impactos que esa clausura genera en los habitantes de esas zonas transfronterizas.

En concreto, en esa respuesta a la que ha tenido acceso NAIZ, la Comisión asegura que «la propuesta de revisión del Código de Fronteras Schengen introduce por primera vez una evaluación de las repercusiones de los controles en las fronteras interiores en las regiones transfronterizas».

Y añade que, sobre la base de dicha propuesta, «los estados miembros tendrían que hacer referencia a dicha evaluación en sus notificaciones relativas al restablecimiento o la prórroga de los controles fronterizos».

La iniciativa de los parlamentarios catalanes Clara Ponsatí, Carles Puigdemont y Antoni Comín, del parlamentario vasco Pernando Barrena (EH Bildu-Izquierda Europea), y dos eurodiputados adscritos al grupo ALE/Verdes, François Alfonsi y Claude Gruffat, habría tenido un primer efecto positivo ya que la Comisión les hace saber que ha iniciado gestiones con los estados que han repuesto fronteras, con mención expresa al Estado francés.

Reforma del Tratado de Schengen

Al frente de la presidencia de turno europea desde el 1 de enero, en su discurso ante el Parlamento Europeo, Emmanuel Macron no eludió el propósito de París de impulsar una reforma del Tratado de Schengen, ya que el Ejecutivo galo estima que no se dan a día de hoy las condiciones de eficacia requeridas en la vigilancia de las fronteras externas de la Unión, lo que le lleva a insistir en esa reinstalación de los controles internos.

Solo el año pasado siete personas murieron tratando de solventar esos controles policiales en la muga del Bidasoa, en el año más dramático de la política migratoria en suelo vasco.

De manera añadida, esos controles están generando un fuerte impacto en los intercambios cotidianos de los habitantes de la Eurorregión que integran Nafarroa, la CAV y la Región de Nueva Aquitania.

Un ámbito de colaboración en muy distintos ámbitos, promovido en base a la normativa europea, y que hoy por hoy ve su acción condicionada por la vuelta de las fronteras.

Perjuicio a trabajadores transfronterizos

De hecho, los eurodiputados evocan en su pregunta a la Comisión que ese cierre perjudica a los trabajadores transfronterizos que utilizan esos pasos a diario, además de ser contraria, estiman, al Acuerdo de Schengen y a los Tratados de la UE.

El Estado francés cerró esa docena de pasos de muga en Euskal Herria y Catalunya en enero de 2021.

Los decretos de las prefecturas de Pirineos Orientales y Pirineos Atlánticos evocaban entonces una restitución temporal de los controles en la muga catalana y vasca.

Sin embargo, el 20 de octubre de 2021 las citadas prefecturas confirmaron que los cuatro pasos catalanes y los cinco vascos afectados por la medida acordada unilateralmente por París permanecerían cerrados «hasta nuevo aviso».

El 30 de setiembre París notificó oficialmente a la Comisión una ampliación de los controles «en todas sus fronteras interiores» hasta el 30 de abril de 2022, sobre la base de «la persistencia de amenazas terroristas y del riesgo de movimientos secundarios».

Habida cuenta de que en abril y junio de ese año tendrán lugar elecciones en el Estado francés, todo apunta a que el ejecutivo de Macron prorrogará esa supresión de la libre circulación de personas.

Diálogo político y técnico con París

En la respuesta de la Comisión se explica que, efectivamente, «los estados miembros pueden restablecer los controles en las fronteras interiores como medida de último recurso para hacer frente a amenazas graves para el orden público o la seguridad interior y de conformidad con los procedimientos establecidos en el Código de fronteras Schengen».

No obstante el Ejecutivo comunitario recuerda que «los estados miembros están obligados a garantizar que los controles fronterizos solo se prolonguen mientras persistan las circunstancias extraordinarias y que se lleven a cabo de manera proporcionada».

La respuesta firmada por la comisaria de Interior, Alva Johanson, con fecha de 20 de enero, informa de que, ante la persistencia de esos controles permanentes, «la Comisión ha iniciado un dialogo político y técnico con Francia y otros estados que realizan controles duraderos en las fronteras interiores a fin de comprender la situación y explorar el uso de medidas alternativas, como el refuerzo de la cooperación transfronterizo».