Arnaitz Gorriti

El Bayern de Múnich se lleva del Buesa Arena el triunfo y el «Carácter Baskonia» (77-84)

Ante una grada de uñas con el cuadro gasteiztarra, solo la irrupción de Baldwin tras el descanso ha reanimado al equipo y a los aficionados. Con todo, la veteranía del cuadro bávaro le ha servido para imponerse y se ha llevado también el basket average particular.

Baldwin y Sedekerskis han sido de lo mejor de un gris Baskonia.
Baldwin y Sedekerskis han sido de lo mejor de un gris Baskonia. (Raúl BOGAJO / FOKU)

BITCI BASKONIA 77 - BAYERN MÚNICH 84

El Bayern de Múnich no solo ha ganado en el Buesa Arena. Ha superado a Bitci Baskonia en el basket average particular, pero, todavía peor, se ha ido casi con el «Carácter Baskonia». La grada ha estado de uñas con el equipo y solo en el tercer cuarto ha habido una comunión real entre los jugadores y los aficionados, justo en el momento en el que Wade Baldwin –autor de 23 puntos, 21 de ellos tras el descanso– ha entrado en acción.

Pero es que el de Nueva Jersey ha terminado siendo el único recurso gasteiztarra, y ante el empuje del base norteamericano, el Bayern de Múnich ha sabido tirar de veteranía para apuntalar a un Baskonia que se queda con un balance de 7-13, a tres victorias de la octava posición. Es decir, con el Top 8 cada vez más lejos y una Euroliga todavía muy larga en el camino, un camino que puede traer la reacción, o hundir al Baskonia en la depresión.

Y es que el duelo ha empezado de la peor manera posible: baja de Alec Peters por covid-19, y «menos mal» que solo caía el ala-pívot de Illinois, ya que las pertinentes pruebas de refuerzo han descartado otros positivos.

El brillo de Sedekerskis

Se puede decir que la ausencia de Alec Peters le ha venido bien a un Tadas Sedekerskis desaparecido en las últimas fechas. Anotando, rebotando y aportando energía al equipo, el alero lituano ha liderado el juego del Baskonia en el inicio, en el que se ha adelantado por 15-6 a un Bayern demasiado flojo en ambas canastas y que solo ha reaccionado con la entrada de DeShaun Thomas y Othello Hunter.

Los gasteiztarras han adolecido de cierta falta de continuidad, algo muy presente esta campaña. A pesar de que Lamar Peters ha regresado a las canchas –después de varios partidos de ostracismo en la Liga ACB a cuenta del límite de extracomunitarios, límite que no existe en la Euroliga– a muy buen nivel, los reservas del Baskonia no han mantenido el nivel, sobre todo en cuanto a la intensidad que ha impuesto Sedekerskis y Giedraitis de buen inicio. Mientras, en la escuadra bávara han empezado a carburar precisamente gracias a los suplentes, al punto de que han anotado 14 de sus 16 puntos con tres hombres de refresco: los mentados Hunter y Thomas más un Weiler-Babb que ha cerrado el primer asalto anotando la canasta que ha dejado el duelo en un apretado 17-16.

El cuadro teutón ha llegado a adelantarse fugazmente, después de un «dos más uno» de Rubit sacándole los colores a Enoch. Por fortuna, Spahija ha decidido darle un respiro al pívot norteamericano, devolviendo a Sedekerskis, Baldwin y Costello a la cancha, lo cual ha sido una bendición. Estos tres jugadores han revitalizado a los gasteiztarras con un parcial de 7-0, aunque los de Andrea Trinchieri no han tardado en reaccionar con sendas transiciones luego de dos robos de Lucic y muy bien dirigidos por Weiler-Babb. Por si acaso, con 24-23 en el marcador, Spahija ha decidido pedir tiempo muerto para aclarar ideas con sus jugadores.

No obstante, ese tiempo muerto le ha sentado mejor al Bayern, con un Walden que ha castigado los errores de Lamar Peters con siete puntos seguidos, cerrando un parcial de 0-15 para los bávaros, un parcial que Rubit ha cerrado con dos tiros libres: 24-34 y silencio inquieto en un Buesa Arena con poca gente y pocas ganas de jarana, al punto que se han escuchado hasta unos pocos silbidos.

Rubit, un interior fino y estilista y para nada duro, se ha enseñoreado con su calidad de la zona baskonista, muy perdidos los interiores en el segundo cuarto, llegando a verse con 13 puntos de desventaja 28-41. Por fortuna, los de Spahija han protagonizado una mínima reacción poco antes del descanso, un parcial de 5-1 para alcanzar los vestuarios con 33-42 en el luminoso.

El mínimo indispensable

Había que ver cómo iba a ser el regreso del cuadro gasteiztarra de los vestuarios. Con una afición menos complaciente que otros días, más que nunca, la reacción baskonista debía llegar por medio de los propios jugadores para contagiar a la grada, y no al revés.

Y así ha sucedido. Un mate de Baldwin u ocho puntos consecurtivos de Fontecchio han despertado al Baskonia y al Buesa Arena, ya que los gasteiztarras se han vuelto a meter de lleno en el partido, luciendo por otro lado una defensa más agresiva. Y al menos en esos instantes, ha dadop igual que Lucic haya salido acertado desde la línea del triple o la canasta a aro pasado de DeShaun Thomas. El público quiere ver a su equipo no solo ganar, sino entregar sus ideas y su espíritu en la cancha, y que sea lo que tenga que ser.

En ese sentido, los mates de Baldwin, más el taponazo del propio Baldwin y Lamar Peters a los bases del Bayern han sido revitalizantes a más no poder. Lástima de un par de pérdidas algo absurdas, en jugadas en las que Matt Costello ha demostrado no estar a la misma altura de concentración de sus compañeros. Así las cosas, KC Rivers y Othello Hunter se han aprovechado de esos pequeños tropiezos para sumar lo justo para mantener a los de Trinchieri en cabeza del choque –como en el «alley oop» que han conectado Walden y Hunter para cerrar el período–. Pero de cara al último cuarto, el 55-61 no pintaba tan deprimente, ni mucho menos.

Ánimos congelados

Por desgracia, el último asalto ha comenzado con un parcial de 2-6 gracias a dos triples consecutivos de Walden que han hecho mucho daño, al devolver la ventaja alemana a los dobles dígitos: 57-67.

La intensidad del tercer cuarto, por desgracia, se ha ido diluyendo al mismo ritmo con el que el Bayern ha ido anotando triples. Afortunadamente, el regreso de Lamar Peters, Costello y Fontecchio ha servido para darle una vuelta de tuerca más al último intento baskonista. Un robo de Lamar Peters ha supuesto un 68-73 que ha obligado a Trinchieri a pedir tiempo muerto, pero acto seguido un «dos más uno» de Baldwin ha vuelto a arrimar a los de Spahija a solo dos puntos: 71-73, después de un parcial de 9-0.

Por desgracia, el Bayern de Múnich no ha perdido la calma y Othello Hunter ha superado en tres jugadas seguidas, dos ataques y una defensa, a Costello, volviendo a estirar la renta hasta el 71-77, con el partido ya dentro de los tres últimos minutos.

Wade Baldwin se ha convertido en el único recurso gasteiztarra en el último tramo del choque, pero sus compañeros, sobre todo en ataque, no han estado a la misma altura. Y para postre, Walden ha rematado a los de Spahija con un triple la mar de doloroso, y como a perro flaco todo son pulgas, en el carrusel final de tiros libres hasta el basket verage particular –aunque con el cuadro bávaro sumando su noveno triunfo y dejando al Baskonia con 7-13 pueda sonar a chiste– se lo han llevado los de Trinchieri en un Buesa Arena que se ha quedado vacío antes del bocinazo final.

FICHA DEL PARTIDO:

Saski Baskonia: Baldwin (23), Granger (5), Giedraitis (3), Sedekerskis (11) y Enoch (4) –quinteto inicial–, Fontecchio (12), Lamar Peters (7), Costello (12) y Kurucs. 

Bayern: Walden (17), Jaramaz (1), Lucic (8), Rubit (17) y Radosevic –quinteto inicial–, Thomas (13), Hunter (17), Weiler-Babb (7), Rivers (4). Sisko, Obst y Jason George.

Parciales: 17-16, 16-26, 22-19, 22-23.

Árbitros: Difallah, Mogulkoc y Petek. Han eliminado por faltas a los baskonistas Enoch y Lamar Peters.

Incidencias: 5.587 espectadores en el Buesa Arena. Alec Peters ha causado baja de última hora por dar positivo por covid-19, descartándose otros positivos luego de las pertinentes pruebas de respaldo. En cambio, han vuelto Lamar Peters y Vanja Marinkovic.