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ELA culpa al Gobierno de Lakua de los problemas «estructurales» de Osakidetza

El sindicato cree que la escasez de médicos de familia y demás profesinales es responsabilidad directa del Gobierno de Lakua, que ha destinado al presupuesto de Salud 17 millones menos que en 2021.

Imagen de archivo de una movilización de trabajadores de Osakidetza. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)
Imagen de archivo de una movilización de trabajadores de Osakidetza. (Jaizki FONTANEDA/FOKU)

El sindicato ELA ha denunciado los problemas a los que se enfrenta Osakidetza debido a las decisiones tomadas por el Gobierno de Lakua. Así, han censurado que las declaraciones de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, quien insiste en que estamos ante «una situación coyuntural» derivada de la pandemia, no son más que una forma de «ocultar la responsabilidad» que tienen.

A su vez, ELA ha señalado algunas carencias estructurales que ha identificado en el sistema de salud de la CAV. En aspectos económicos, han descrito que Lakua destinará a Sanidad en 2022 menos dinero que hace 10 años, y concretamente 17 millones de euros menos que el año pasado –cuenta con un presupuesto de 4.352 millones–. «A esto hay que añadir que el acuerdo presupuestario alcanzado entre EH Bildu y el Gobierno Vasco se limita a mover algunas pequeñas partidas de sitio, sin aumentar nada el montante total del presupuesto», ha asegurado.

Estos números se reflejan en que la inversión pública es inferior a la media europea. En 2019 la Unión Europea destió a salud el 7,1% de PIB frente al 5,1% de la CAV. «Esto significa que para alcanzar la media europea habría que incrementar el presupuesto un 40% (es decir, 1.700 millones de euros)», ha aseverado ELA.

En cuanto al personal de Osakidetza, el sindicato considera que existe una «falta absoluta de planificación del relevo generacional» dado que la media de edad de la plantilla es de 50 años. «Llevamos más de una década advirtiendo a Osakidetza de que iba a haber escasez de facultativos de familia, ya que se iban a jubilar más profesionales de los que se incorporaban al sistema a través del MIR. La respuesta de Osakidetza ha sido la de no hacer absolutamente nada».

A su vez, ante la precaridad laboral, ELA ha advertido de que «hay una huída de profesionales desde la atención primaria a otras especialidades, a la sanidad privada o incluso al extranjero». La Organización Médica Colegial, en el año 2019, antes de la pandemia, expidió un total de 4.100 certificados de idoneidad para salir al extranjero, lo que suponía un incremento del 18,7% con respecto al año anterior. Medicina de Familia fue la especialidad que formuló más solicitudes, según han informado.

Según datos ofrecidos por la propia Administración, en febrero de 2021 el 58% del personal de Osakidetza era temporal –24.600 personas, de las cuales 9.000 tienen una antigüedad superior a 8 años– lo que le convierte, en «la mayor ETT de la CAPV»

Todo esto se traduce en que la CAV cuenta con menos personal médico y de enfermería que la media de los países que forman parte de la OCDE, donde por cada 1.000 habitantes hay 3,6 médicoss y 8,8 enfermeras (en la CAV 2,3 médicos y 7,8 enfermeras o auxiliares por cada 1.000 habitantes).

La situación empeora con la pandemia

ELA ha destacado que todas estas situaciones se han agravado por culpa de la pandemia y su gestión. Entre otras cosas, no se sustituyen bajas, jubilaciones y otras ausencias de forma eficiente. Por ejemplo, apuntan a que durante el período navideño ha habido centros donde solo trabajaban cuatro de un total de once facultativos. «Esta situación se viene repitiendo desde hace años en los diferentes periodos vacacionales y es extrapolable a todas las categorías», ha indicado ELA.

También ocurre en la atención al cliente, donde se han visto saturados de trabajo al aumentar las llamadas telefónicas y no contar con la información necesaria para responder a la inquietud de la ciudadanía (los protocolos han ido cambiando continuamente). Sin embargo, no han reforzado este servicio tampoco.

Las agendas de enfermería se han vuelto «inasumibles», pues los profesionales deben responder a la actividad ordinaria, además de cubrir las ausencias y enfrentarse a las tareas relativas al covid: vacunación, pcr y antígenos, seguimiento de contagios...

ELA considera que los centros de atención continua son imprescindibles para que los hospitales no se colapsen y, sin embargo, los recortes han producido reducción de horarios o incluso cierres en Zumarraga, San Martín (Gasteiz) o Deustu (Bilbo). «Estos recortes han derivado en una sobrecarga de las urgencias hospitalarias, a las que los pacientes acuden como único recurso disponible», afirma el sindicato.

En plena pandemia, Osakidetza en lugar de realizar contrataciones, dedició prescindir de 4.000 profesionales a finales de octubre. «Desde el Departamento de Salud afirman que esos profesionales han vuelto a ser contratados, pero la única realidad es que no hay refuerzos, no se hace un rastreo general y la vacunación ha recaído en la atención primaria. ¿Dónde están esos 4.000 profesionales?», ha preguntado ELA.

Medidas para paliar la situación

Ante esta situación y en beneficio de un sistema de salud público de calidad, ELA ha pedido a Lakua que tomen un compromiso con la salud de las personas entre otras cosas, recuperando la presencialidad de la atención primaria.

A su vez, ha solicitado que se equipare el gasto público en sanidad a la media europea, el 7% del PIB, destinando el 25% a la atención primaria, y que potencie la red pública a frente a la privada.

Para ello, ELA ha incidido en que es necesario revertir las privatizaciones, ampliar las coberturas de la sanidad pública y potenciar de manera notable la atención primaria, así como garantizar el derecho universal y gratuito a la salud a todas las personas.

También ha solicitado la creación de 5.000 plazas estructurales más para paliar la escasez de plantilla y la consolidación de los miles de trabajadores temporales, la cobertura inmediata y total, desde el primer día, de todas las ausencias y jubilaciones, la reversión de todos los recortes salariales y de los aplicados en los PAC, además de promover medidas de flexibiliad y conciliación laboral.