Surne Bilbao Basket jugará su partido de la jornada 22 de la Liga ACB este miércoles a las 21.30 en el Coiliseo de Burgos, toda vez que el cuadro castellano jugara la Copa Intercontinental de la FIBA en El Cairo.

Los entrenados por Paco Olmos llegaron a la finalísima, pero no pudieron revalidar su título y cedieron por un claro 62-75 ante el Flamingo brasileño, un duelo mediatizado por el 12-25 con el que terminó el primer cuarto y la tremenda diferencia de acierto en el triple. A pesar de que el conjunto sudamericano erró sus lanzamientos lejanos en el último cuarto, llegó al final del tercero con un 14-de 28 desde más allá del arco, mientras que el cuadro representante de la Liga ACB firmó un 6 de 29 final.

«Nuestro rival ha jugado duro, con energía. Nos ha sobrepasado en muchas facetas del juego y no hemos sido capaces de dominar el partido», señaló el preparador del San Pablo Burgos, quien, a partir de esos primeros diez minutos, vio a su equipo sin una mejoría sustancial a pesar de «cambiar algunas ideas y mejorar en intensidad».

Una vez que el cuadro burgalés caía en la final de El Cairo, su entrenador recordaba que ahora mismo ocupa la última plaza de la Liga ACB, con un balance de 4-14, a tres victorias de la antepenúltima plaza, en posesión de Obradoiro –empatado con Fuenlabrada y Morabanc Andorra–, con un balance de 7-13.

«En tres días tenemos un partido –en referencia a Bilbao Basket–, quizá el más importante de la temporada, para continuar vivos en el campeonato y está en nuestras manos hacer el trabajo», destacaba.

La grada tendrá algo que decir

Cuando el pasado mes de octubre Bilbao Basket derrotaba por 87-81 a San Pablo Burgos en Miribilla, muy pocos hubieran imaginado que el cuadro castellano iba a desplomarse de esta manera, ni mucho menos que los hombres de negro iban a ir lanzados a pelear por el Top 8 de la Liga ACB, enlazando una racha de siete triunfos, a uno de su récord histórico.

Ludde Hakanson, una de las estrellas del conjunto vizcaino, lideró a los de Mumbrú con 12 puntos y 7 asistencias, con Ángel Delgado erigido en el jefe bajo los tableros. Los bilbainos debieron remar contra corriente en los primeros minutos, aunque tras el descanso siempre fueron por delante, eso sí, sin romper el partido hasta el final.

«Ha sido una victoria coral en ataque», dijo entonces Alex Mumbrú, destacando que «el público ha estado de diez. Han estado empujando y jugar así en Miribilla nos da muchas cosas». En ese sentido, las gradas del Coliseo también pueden tener algo que decir en el transcurso del partido.

Una vez que disputen el partido de Burgos, los hombres de negro deberán esperar al 6 de marzo para jugar su próximo envite, un choque que los enfrentará al Joventut de Badalona en el Bilbao Arena, recuerdo del partido que la pasada campaña supuso la salvación de los pupilos de Alex Mumbrú.