La ruta de ‘Flee’ no ha sido fácil. La película recibió el sello de Cannes 2020, pero tuvo que aguardar medio año antes de su estreno en la Competición World Cinema Documentary del Festival de Sundance y en el Festival de Göteborg. Su ruta se prolongó en el festival de Annecy –considerado como el principal festival de animación del mundo–. De su paso por Sundance y Annecy quedó constancia su dicotomía, en el primero fue galardonada como Mejor Documental y en el segundo como Mejor Película. Animación y documental se funden en este docudrama que ha sido saludado como una de las propuestas animadas más fascinantes de los últimos tiempos.

El director danés Jonas Poher Rasmussen –un prestigioso autor de documentales como ‘Something about Halfdan’ (2206)– tuvo que buscar la excusa de la animación para camuflar el contenido de su largometraje, en el que se relata la peripecia física y emocional de un refugiado afgano en un contexto histórico que arranca durante la última etapa de la guerra afgano-soviética, a finales de los 80. 

A través de la mirada de su protagonista, que en el documental asume el nombre de Amin, lo acompañamos en su huida junto a su madre y sus tres hermanos mayores a Rusia. Tras esta primera etapa, asistimos a los intentos de Amin por establecerse en un país europeo que finalmente será Dinamarca. En este viaje, el protagonista iniciará un proceso de autodescubrimiento, entre ellos el sexual, y explorará en sus propias heridas ligadas a su pasado para reiniciar una nueva vida.

De esta forma, el protagonista se enfrentará a la difícil recapitulación de los recuerdos enterrados en una huida que fue mediada por traficantes de humanos sin escrúpulos y escapando de un país en el que su orientación sexual ni siquiera es reconocida.