Rusia ha decidido suspender los lanzamientos desde el cosmódromo de Kourou, en la Guayana francesa, en respuesta a las sanciones de la Unión Europa, según ha anunciado la Agencia especial rusa (Roscosmos), que además llevará de vuelta a Rusia a su personal técnico en esta instalación, un total de 87 personas.

La UE prohibió el jueves la exportación a Rusia de aviones, piezas y equipamiento de las industrias aeronáutica y espacial, en reacción a la invasión rusa de Ucrania

Estas sanciones afectan parcialmente al sector aeronáutico y espacial europeo, que trabaja conjuntamente con Rusia.
 Roscosmos y Arianespace forman parte de una empresa conjunta, Starsem, que explota el cohete Soyuz. En 2022 está previsto que se lancen ocho cohetes Soyuz, tres desde Kourou y cinco desde el cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistán.

Sin cohetes Soyuz, Europa no tendría capacidad propia para lanzar algunos satélites, antes de la puesta en marcha de la lanzadera espacial Ariane 6, cuyo primer vuelo está previsto a finales de año.



Pero los Soyuz son además –de momento– la única forma de transportar tripulación a la Estación Espacial Internacional (ISS), sobre la que penden otras peligrosas consecuencias.

Roscosmos ya advirtió a Washington sobre las consecuencias de las sanciones que anunció su presidente Joe Biden, con un aviso sobre el futuro de la Estación Espacial Internacional.

«Si bloquea la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la ISS de una salida de órbita descontrolada y una caída en Estados Unidos o... en Europa?», preguntó su director, Dmitri Rogozin, que recordó que la Estación Espacial Internacional no sobrevuela Rusia.



El jefe de la agencia rusa recordó que la órbita de la estación en el espacio está controlada por motores rusos y pidió a Biden que no se comporte de manera «irresponsable». «También existe la posibilidad de que una estructura de 500 toneladas caiga sobre la India y China. ¿Quiere amenazarlos con tal posibilidad?», advirtió.