Carlos Gil
Analista cultural

Que no decaiga

Obra: ‘Migratzaileak’. Dramaturgia y dir. escénica: Oier Guillan. Bailarines: Ane Anza, Maier Muruamendiaraz, Bingen Esturo, Ane Etxeberria, Unai Iraola, Claudia Talavera, Uxue Sanchez, Nahikari Sanchez, Danel Serrano. Prod.: Aukeran Dantza Konpainia. Victoria Eugenia (Donostia), 13-03-22. Dferia.

‘Migratzaileak’, de Aukeran.
‘Migratzaileak’, de Aukeran. (Beñat LIZASO)

Parece evidente que el trabajo de Aukeran (se presentó dentro de Dferia) se estructura como una exhibición, como un agrupamiento de momentos estelares, en busca de una panacea artística, que nunca decaiga el ritmo, ni la estrategia de crear sensaciones perennes de espectacularidad.

Se nos anuncia una intrahistoria, escuchamos voces, sabemos que se habla remotamente de emigrantes. Pero es una referencia pasiva, nunca logramos entender que se nos cuenta algo que supere lo tangible, lo concreto, el baile, su expresión, su conjunción coreográfica, sin que decaiga nunca la intensidad, con una actitud escénica de los intérpretes que parece desligada de cualquier otra función comunicacional.

Ante nosotros una compañía muy juvenil, con algo que viene a ser significativo y que resume la situación sociocultural: más mujeres bailando que hombres, además ellas tienen una técnica precisa y asumen de manera orgánica una ductilidad hacia otras expresiones dancísticas, sin olvidarse de lo esencial y característica de esta compañía agilidad de pies, una compostura general, una rapidez endiablada en las ejecuciones.

Junto a algunas coreografías que consiguen momentos de gran efectividad, es la parte indudablemente positiva de esta propuesta ambiciosa artísticamente.

No obstante, en una mirada al conjunto encontramos muchas ingenuidades dramatúrgicas, como si no existiera un hilo conductor consistente, dejando todo en manos de los elementos formales y de espectáculo: una iluminación abigarrada, en momentos muy sugerente, con muchas exigencias técnicas; una música que se fusiona en algunas ocasiones, pero que siempre mantiene una vibración alta; un vestuario sencillo pero efectista y las seis mujeres y dos hombres bailando de manera desenfrenada, en ocasiones al borde de lo imposible, siempre apretando mucho, pero sin dejar una huella que se intuye pero que no acabamos de ver plasmada en escena.

Es por ello por lo que, con un gran despliegue físico, con una energía muy positiva, lo que queda es algo sin concluir, que apunta pero que necesita de muchos más complementos de conjunción para conseguir el nivel al que parece apuntar