Maite Ubiria

Darmanin plantea un diálogo hasta fin de año para acordar las bases del estatus de Corsica

El ministro francés de Interior, de visita en Corsica con un ambiente muy caldeado, ha tratado de calmar los ánimos ofreciendo «acelerar» el diálogo con el objetivo de alcanzar un acuerdo para finales de este mismo año «sobre lo que queremos para la evolución institucional de la isla».

El presidente corso, Gilles Simeoni, recibe en Aiacciu al ministro de Interior francés, Gérald Darmanin
El presidente corso, Gilles Simeoni, recibe en Aiacciu al ministro de Interior francés, Gérald Darmanin (Pascal POCHARD-CASABIANCA | AFP)

En declaraciones a la prensa posteriores a una tarde de reuniones con diversos agentes políticos económicos y sociales de Corsica, el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, ha reiterado su oferta de diálogo sobre el estatus político de la isla con el fin de calmar la tensa situación que se vive, e incluso ha planteado una fecha. «Propongo que, de aquí al final del año 2022, podamos acelerar para ponernos de acuerdo sobre lo que deseamos sobre la evolución institucional de la isla», que podría ir, ha insistido, «quizás, hasta la autonomía».

El ministro ha explicado que la solución podría pasar incluso por crear un estatuto específico para Corsica. Ha añadido, no obstante, que este diálogo será imposible se agrede a las fuerzas del seguridad, en alusión a los disturbios que ha habido en las protestas a raíz de la brutal agresión que sufrió el militante independentista Yvan Colonna en la cárcel de Arles.

A pesar de ese «quizás» añadido durante la jornada por Darmanin, el presidente corso, el autonomista Gilles Simeoni, ha saludado los «compromisos muy fuertes» expresados por el Ejecutivo francés, que desea «ver recogidos en un documento, con un calendario»: «En ese caso, puedo considerar que hemos puesto la primera primera piedra de un proceso histórico».

Recordando que la autonomía es «el derecho común de todas las grandes islas del Mediterráneo», Simeoni había hecho alusión durante la mañana al estatuto logrado en las Azores, con el reconocimiento de este pueblo en la Constitución portuguesa y con «competencias exclusivas» del Gobierno local «en los ámbitos principales de la vida cotidiana».

Ambos mantuvieron, antes de la llegada del ministro, ya habían mantenido el 11 de marzo una reunión telefónica para compartir pareceres e incluso el martes Darmanin ya dio algunas pistas de por dónde iría su oferta

El jueves, con policías

Tras la ronda de contactos de este miércoles, el ministro de Interior dedicará el jueves, segundo y último día de visita, al encuentro con fuerzas policiales, fuertemente movilizadas tras una semana de marchas multitudinarias y también de escenas de violencia en la isla.

Precisamente el FLNC, que dejó sus acciones oficialmente en 2015, ha hecho público este miércoles un comunicado en el que apoya la dinámica de la juventud corsa y evoca, caso de no darse avances desde el Estado, con una vuelta a las acciones amadas que, de hecho, no han desaparecido nunca completamente.

Un elemento a sumar en la escalada de tensión en medio de la cual ha sido recibido Darmanin. Militantes de la formación en el Gobierno insular, Femu a Corsica, del partido independentista Corsica Libera, hoy en la oposición, y de los sindicatos estudiantiles han ocupado, este martes por la mañana, varias sedes del servicio estatal de impuestos, en Bastia, Aiacciu o Borgu. Una acción pacífica que un responsable de los servicios estatales, entrevistado por France 3, ha estimado como «comprensible».

La ocupación pone de manifiesto la progresiva implicación de las organizaciones nacionalistas en la dinámica que ha ido tomando forma a partir de las protestas  impulsadas por los jóvenes tras la agresión sufrida por  Colonna.

Los partidos favorables a un nuevo estatus que parta del reconocimiento del pueblo corso parecen decididos a aparcar, en parte, sus diferencias, para dar prioridad a demandas comunes.

Y es que, los nacionalistas han visto cómo sus demandas, ya en materia lingüística o de política fiscal, han chocado una contra otra con el muro de París.

El mandato de Emmanuel Macron ha sido decepcionante. Nada más llegar al Elíseo, el presidente galo puso a Jacqueline Gourault, la número dos de Interior y luego secretaria de Estado en materia territorial, al frente del dossier corso. A Gourault le correspondió anunciar el plan inicial de traslado a la isla de los presos.

Fracaso de la reforma constitucional

Sin embargo, el intento de dar encaje a un estatus diferenciado para Corsica en la Constitución francesa encalló. La iniciativa se encontró, de una parte, con la incomprensión de la oposición no nacionalista en la Asamblea territorial, y finalmente con el veto del Senado galo, que echó por tierra el proyecto de ley destinado a consagrar un traspaso amplio de competencias y, lo que es más importante, el reconocimiento de capacidad legislativa propia al Parlamento insular, en lo que se parecería mucho a establecer en Corsica una autonomía.

Si la mayoría revalidada y aumentada por Simeoni en las elecciones territoriales de 2021 dejaban a las claras cuál es la voluntad de la ciudadanía corsa, la agresión a Yvan Colonna ha hecho que en la isla se cimente un vasto movimiento de protesta, con bloqueos de puertos y centros escolares, y dos manifestaciones multitudinarias en Corti y Bastia bajo el lema «Statu Franceses Assassinu».

A ello se suman las protestas violentas protagonizadas por jóvenes, al margen de esos cortejos o de las vigilias ante las prefecturas. Pero también la creación de un comité, que engloba a una veintena larga de asociaciones, destinado a canalizar esa crisis.

Un panorama que, con todos sus matices y no pocos riesgos, tanto para el nacionalismo –particularmente, aunque no solo, para la versión más moderada que encarna Simeoni– como para el Gobierno de Emmanuel Macron que, siguiendo la estela de tantos otros gobiernos franceses, ha optado por la conocida receta de enviar al jefe de la Policía a tratar de calmar la mar agitada en Corsica.