Daniel   Galvalizi
Periodista

En Madrid, víctimas vascas de todas las violencias exigen memoria, verdad y reparación

El exdirector de la Unesco y exministro Federico Mayor Zaragoza y las víctimas Rosa Lluch, Alberto Muñagorri, Axun Lasa, María Jauregi e Idoia Zabalza comparten en el Ateneo de Madrid sus experiencias y piden a los políticos que imiten el proceso de diálogo para aportar a la convivencia.

Zabalza, Jauregi, Lasa, Lluch y Muñagorri, este miércoles tarde en Madrid.
Zabalza, Jauregi, Lasa, Lluch y Muñagorri, este miércoles tarde en Madrid. (J. Danae)

El representante del Foro Social Permanente Agus Hernán lo ha puesto en palabras al acabar el acto, mientras lo miraban a los ojos las cinco víctimas que acababan de contar sus experiencias y opiniones durante más de dos horas. «Estas cosas se están diciendo en Madrid, a 200 metros del Congreso de los Diputados, de ese Congreso que muchas veces ha surgido tanta crispación frente a este tema.

Pero Hernán ha querido agregar: «En Madrid y muchos otros sitio del Estado se han generado muchas incomprensiones, muchas narrativas que dieron lugar a esa reacción [contra las víctimas que hablaban de convivencia entre los “bandos”], pero creo que desde 2019 estoy viendo otro Madrid, en donde muchas organizaciones nos piden contar estas cosas y hacer este tipo de actos. Tienen ganas de acompañar ese cambio y esa construcción de convivencia».

El representante del Foro ponía así sobre la mesa el hito que representna este tipo de actos, diversos y plurales sobre el conflicto vasco, realizados en la capital del Estado. Más aún con la presencia de portavoz adjunto de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, entre el auditorio, y la diputada Aina Vidal (En Comú Podem), junto con la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, y sus compañeros de grupo Oskar Matute y Bel Pozueta. Junto a ellos también han estado la senadora del PNV Maribel Vaquero y la directora de DD.HH. del Gobierno de Lakua, Monika Hernando.



«No se puede olvidar pero sí perdonar»

Bajo la consigna “Construir la paz, retos y oportunidades para el País Vasco”, que aparecía gigante en la pantalla detrás del escenario, el evento organizado por la Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ), Baketik y el Foro Social ha contado con las intervenciones de Rosa Lluch, Alberto Muñagorri, María Jauregi (víctimas de ETA) y Axun Lasa e Idoia Zabalza (víctimas de la guerra sucia).

Pero antes que ellos ha intervenido el exdirector de la Unesco, exministro de Educación y exdiputado de la UCD Federico Mayor Zaragoza, que en una suerte de introducción al tema ha reivindicado la «capacidad de escuchar al otro» y considerado que «durante tanto tiempo no se ha sabido escuchar los razonamientos del otro y tal vez se ha hablado demasiado».

«Existe un deber de memoria para no tener luego un delito de silencio», ha recalcado, y ha pedido hacer énfasis en la educación, «que no es capacitación, como estudiar inglés, sino educar para ser libre y responsable, dirigir la propia vida, como dice el artículo 1 de la Carta de la Unesco». Junto a ello ha reivindicado el papel de la mujer en la resolución de conflictos y ha dicho que el final del «poder absoluto de los hombres» es una buena noticia.

«Olvidar es imposible, pero perdonar, aunque sea difícil, es posible», ha añadido Mayor Zaragoza, en referencia a un diálogo que mantuvo con Nelson Mandela en Pretoria. Y ha llamado a «cambiar la fuerza por la palabra con la fuerza de la palabra».

Alberto Muñagorri: «Es importante que hablemos del tema y hagamos memoria, no cuando sea histórica, sino desde ahora»

Tras estas palabras, Maider Maraña (de Baketik) ha propuesto a las víctimas comenzar a hablar contando por qué han decidido exponerse y participar de foros y charlas en escuelas sobre el conflicto en Euskal Herria.

Zabalza ha explicado que lo hizo porque creyó que de esta forma podía «devolverle la dignidad» a su hermano Mikel y porque siente tener «la obligación de pelear por que se conozca la verdad. Es un ejercicio de responsabilidad, porque siempre en casa se está más a gusto».

Jauregi ha recordado que le costó mucho «salir a hablar ante la opinión pública», algo que nunca le había gustado por lo que se mantenía «al margen», aunque en 2018 tras la insistencia de un amigo periodista le llevó a aceptar dar su primera entrevista de radio, algo de lo que guarda «un buen recuerdo» por el debate posterior que generó.

«En 1995, cuando aparecieron los restos de mi hermano, estaba con mis hijos y en la TV se veían muchos atentados de ETA. Y les dije: ‘está bien que eso se muestre pero tenemos que trabajar para que lo nuestro también esté ahí’», ha explicado Lasa, hermana de Joxean, lamentando que muchos no cuentan con su «suerte» y son víctimas de la represión ilegal del Estado pero no se les considera como tales.

Ella misma recuerda haber sido víctima de la tortura y haber firmado papeles en los que aseguraba haber sido bien tratada. «No es cualquier cosa decir lo de la tortura, hay que estar en esa situación. Me alegro que las víctimas de ETA tengan una luz potente para ellas pero pido reconocimiento e igual potencia de luz, nosotros también lo necesitamos».

(Axun Lasa escucha a Rosa Lluch en un momento de la mesa redonda. Foto: J. Danae)

Rosa Lluch, hija del dirigente del PSC al que mató ETA, ha afirmado que estaba allí «básicamente por responsabilidad». «Nosotros tuvimos la oportunidad de tener un micrófono que otras víctimas no tienen. En estos momentos hay una vuelta a un discurso monolítico de las víctimas de ETA y tengo muy claro que aquellos que siempre públicamente hablan de las víctimas no me representan. Estamos asistiendo a un período de involución y en el Congreso hemos tenido que escuchar cosas que a mí como víctima de ETA no me gustan y me ofenden», ha enfatizado.

Además, ha destacado la importancia de «actos como éste»: «Por eso estoy aquí, nosotras por lo menos nos respetamos, podemos ver las cosas de distinta forma pero no nos homogeiniza ser víctima».

Muñagorri, quien perdió una pierna y un ojo por un atentado en una plaza en Errenteria cuando tenía 10 años, ha opinado que «hace algunos años hubiera sido impensable estar con ciertas víctimas» y ha dicho estar «satisfecho de compartir con Axun e Idoia».

«Empecé a tener la necesidad de que se me escuchase. Nos llamaban a veces víctimas colaterales y no comparto ese término. Eramos niños que teníamos toda la vida por delante y de un bombazo se nos truncó. El momento de empezar a hablar de lo que me había ocurrido no fue fácil, es un proceso que hay que seguir», ha agregado.

Cuando la moderadora ha pedido que hablaran sobre el reconocimiento de las víctimas, Muñagorri ha recordado que en su pueblo «se generó un silencio abrumador por lo que había sucedido» con él y que a las ocho horas de sufrir el atentado él tuvo «manifestaciones» en la puerta de su casa «gritando ‘Gora ETA’». Y ha pedido saber la verdad: «La verdad nos falta a muchas personas. Tuve reconocimiento en el pueblo hace unos años, antes no. La gente ha perdido el miedo y se ha acercado a las víctimas. Siempre con respeto, nos podemos acercar al sufrimiento de todas las personas».

Al respecto, Lasa ha añadido: «Nosotros en el País Vasco hemos tenido valor para mirar a las víctimas de ETA y reconocerlas. Hay que tener valor para mirarnos a las víctimas del Estado. Conozco muchos casos, por ejemplo una madre de una chica que fue detenida por la Policía y a los dos días estaba muerta y decían que por causa natural. Se montaban versiones oficiales como lo hicieron con Mikel Zabalza. Somos muchas víctimas pero pocas reconocidas».

Los retos

Con respecto a los desafíos en el futuro para la convivencia, Zabalza ha subrayado que todavía hay «muchísimo camino por recorrer y trabajo por hacer» y ha pedido que se haga énfasis en «la verdad, la justicia y la reparación».

Jauregi ha querido aprovechar estar en Madrid para profundizar en lo dicho por su predecesora: «Se habla del derecho a la verdad, justicia y reparación pero muchas víctimas no los conocen. El Estado no ha dado ningún paso en ese sentido y ya es hora que de una vez por todas se conozcan las vulneraciones de derechos humanos que hubo desde el Estado».

Axun Lasa: «Yo no quiero gastar la energía en decir lo malos que han sido los otros, quiero tener la verdad para descansar»

«Tener la verdad es el único camino que nos va a llevar a la paz, a una convivencia sana, tanto las víctimas de ETA que faltan ser reconocidas como las del Estado. No pedimos hablar de qué malos que han sido los otros, yo no quiero gastar la energía en eso, quiero tener la verdad para ir al descanso que necesitamos todos», ha dicho Lasa en su última intervención.

Lluch, en tanto, ha abogado por «evitar construir sobre la amargura y la venganza» y ha añadido que «la desconfianza que ha habido durante mucho tiempo sólo se puede arreglar hablando y sabiendo la verdad, y reconociendo que algunas verdades nunca van a satisfacer o serán difíciles de digerir».

«Creo que desgraciadamente la vulneración de los derechos humanos forma parte de la historia de la sociedad vasca, va unido a nosotros. Es importante que hablemos del tema y que hablemos de esta memoria, no cuando sea histórica, sino desde ahora. Todos tenemos seguro algo que aportar», concluyó Muñagorri, llegando al final de una sesión de dos horas muy poco habituales en la escena política madrileña.