Natxo Matxin
Redactor especializado en deporte. Osasuna

El nuevo discurso de Arrasate busca motivar a los suyos de aquí a final de temporada

Con 41 puntos ya en el zurrón, el técnico rojillo, Jagoba Arrasate, lanzó un nuevo mensaje para motivar a los suyos de aquí a final de temporada. Aunque está realmente complicado, ahora el equipo tiene que luchar por alcanzar la séptima plaza, que da derecho a jugar la Conference League.

El triunfo frente al Alavés ha permitido a Osasuna superar la cuarentena de puntos.
El triunfo frente al Alavés ha permitido a Osasuna superar la cuarentena de puntos. (Iñigo URIZ | FOKU)

Haber superado la cuarentena de puntos, lo que supone, de facto, lograr por tercer año consecutivo el objetivo principal, que no es otro que la permanencia en la máxima categoría, puede permitir a Osasuna plantearse otros retos, impensables a comienzos de temporada.

La novedad estriba, con respecto a las dos anteriores campañas, en que esa idea ha encontrado impulso desde el banquillo. Tras la victoria in extremis en el derbi contra el Alavés –la tercera consecutiva en casa–, Jagoba Arrasate lanzó un reto a sus pupilos. Recuperar la buena imagen foránea en Mestalla para meterse en la lucha por la séptima plaza que da derecho a disputar la Conference League.

«Queremos más, hay que mejorar fuera de casa. Si ganamos en Valencia, podemos pensar en otra cosa. Necesitamos un golpe sobre la mesa, pero ahora mismo debemos pensar en que esta victoria nos proporcione energía para hacer una buena semana», fue el mensaje enviado por el preparador de Berriatua.

Con ello, el míster vizcaino no solo pretende mantener la ilusión entre la parroquia rojilla para el poco más de un mes que resta de competición, sino también conservar la ambición de su plantilla para que no se deje llevar en las siete jornadas ligueras que restan.

A buen seguro que lo que vio en el derbi de este domingo ayudó a proyectar ese nuevo desafío deportivo. Osasuna acabó ganando al Alavés en el descuento, pero la imagen que destiló el equipo fue un tanto desangelada y monótona, con falta de tensión competitiva por la desahogada situación clasificatoria.

Arrasate, muy dado por su carácter a mantener enchufado a todo el plantel independientemente de lo que haya en juego, ha buscado motivar a su vestuario con una meta que no parece para nada sencilla por la entidad de los rivales y por el inmediato calendario que afrontará la escuadra navarra.

Duelos complicados

Así, Osasuna se encuentra ahora mismo a cinco puntos de esa séptima posición, empatado con un Valencia que juega esta noche en Vallecas, y superado en la tabla por Athletic –45– y Villarreal –46–, que es quien ocupa dicha plaza actualmente.

Será el duelo contra los ches, que se disputará este próximo sábado a las 18.30, el que marque de manera importante las opciones rojillas de pelear por hacerse un hueco en el tercer torneo continental de clubes o, en caso de derrota, quedarse en tierra de nadie.

Y no será lo más complicado que se le avecina al equipo rojillo de manera inminente. Apenas cuatro días más, en jornada que se jugará entre semana, recibirá en El Sadar al Real Madrid, con la ventaja para los anfitriones de que los blancos, salvo catástrofe ante el Chelsea, estarán pensando en las semifinales de la Champions, habida cuenta de la estratosférica ventaja que atesoran en la Liga.

Después llegarán dos salidas consecutivas para medirse ante Elche y Espanyol, el primero más acuciado por su exigua distancia respecto del descenso, además de la visita al estadio iruindarra de un Getafe que se encuentra en la misma situación que los ilicitanos.

A continuación, se rendirá visita a San Mamés, frente a un Athletic que también lleva tiempo luchando por meterse en Europa, aunque su objetivo pica más alto, una sexta posición que se ha puesto muy cara. Para finalizar, en la última jornada, Osasuna se medirá a un Mallorca que habrá que ver hasta qué punto se juega en Iruñea su existencia en Primera.

Parece claro que el propósito europeo no va a ser una tarea fácil, pero el hecho de planteárselo ya supone un paso adelante en la mentalidad de un bloque, el rojillo, que está creciendo año a año y que, aunque el deseo prioritario sea siempre el lógico de la permanencia, no está de más aspirar a algo más elevado para seguir progresando.