Nagore Belastegi

Jon Arretxe nos lleva al barrio madrileño de Lavapiés en la octava aventura de Touré

Jon Arretxe recupera el humor de los inicios de la saga Touré con ‘La mirada de la tortuga’. Tras pasar innumerables miserias, al protagonista por fin le va bien, pero con la mala suerte que tiene no le puede durar mucho. Alguien le roba las joyas que guardaba e iba vendiendo poco a poco.

Jon Arretxe con la versión en castellano de su octava novela de la saga Touré.
Jon Arretxe con la versión en castellano de su octava novela de la saga Touré. (Jon URBE | FOKU)

Hace ya mucho que Jon Arretxe se embarcó en su primera y única saga que estrenó con ‘19 cámaras’, cuyo protagonista es Touré, un africano recién llegado al barrio San Francisco de Bilbo, donde le engañan y él mismo engaña para poder sobrevivir. Ha sido adivino y detective, ha trabajado de pastor en el Pirineo navarro y ha estado por París robando en gasolineras, y ahora, en ‘La mirada de la tortuga’ (Erein) llega a Madrid donde, por fin, ha dejado atrás la miseria gracias al botín recaudado.

«Siempre ha vivido al límite y ahora es rico. Al lector le choca, pero es Touré… mucho no le puede durar», ha comentado Arretxe en la presentación de esta novela, que al igual que el resto de la saga cuenta con su versión original en euskara, ‘Dortokaren begirada’. Touré vive en el barrio de Lavapiés con un nivel de vida que no es propio de él, y todo gracias a las joyas escondidas en el parque del Retiro. Cuando lo necesita, saca unas pocas y se las vende a un tratante. Hasta que un día se encuentra con el saco sin joyas, lleno de piedras y una tortuga que le mira fijamente, «y Touré se siente gilipollas perdido».

Bajo esa premisa aparecen personajes que, aunque de primeras parecen atrezzo, terminan ganando gran protagonismo. Un mendigo, un camello o un camarero. «¿Quién no ha estado en un restaurante Indio de los tantos que hay en Lavapiés? Que en realidad los trabajadores no son indios, sino de Bangladesh. Y si hablas con ellos te cuentan que tienen un contrato de mentira y viven 20 en un piso», explica el escritor.

El personaje al que ha bautizado como Bangla tiene mucho de real, al igual que el que está basado en una señora que se encontró sentada en un banco frente a una librería. «Era mayor pero vestía como una veinteañera, siempre tenía medio litro de cerveza en la mano y hablaba muy alto. Me contaron que fue una estrella del cabaret. Los vecinos están hartos de ella y han pedido que quiten el banco para a ver si así se va».

Todos los personajes que describe son quienes le dan vida al barrio, encontrados simplemente observando, al igual que la escena que abre el libro, en la que un predicador predice el fin del mundo. «Pensé que ese era un buen comienzo, y luego pienso que ya se me ocurrirá la trama. Si ya supiera lo que va a pasar me aburriría. Antes hacía novelas en diferentes sitios del mundo y me los cargaba a todos, no podían tener continuación. Con Touré decidí que cada novela sería diferente porque temía que al ser una saga fuera repetitiva. Esa es una de mis obsesiones», ha explicado.

Vuelta a los orígenes

Arrretxe ha manifestado que en ‘La mirada de la tortuga’ ha querido volver al humor que tenía la saga en las primeras dos novelas. «Me gustan las novelas negras donde el humor es el contrapunto de la tragedia. A partir de la tercera novela me había ido al extremo, me puse serio y quise reflejar en toda su crudeza la vida que tiene esta gente, y empiezan a pasar cosas muy duras», ha comentado haciendo referencia a los barrios marginales donde malviven personas migrantes, pobres y prostitutas.

«He viajado por muchos sitios del llamado tercer mundo. A los africanos les tengo un cariño especial. A San Francisco le llaman la Pequeña África; aunque también hay asiáticos y latinos, quienes peor viven son los africanos, sobre todo las mujeres que se dedican a la prostitución», ha manifestado dando a entender que quiere darles visibilidad a esa parte de la población invisibilidad.

En ese sentido, al igual que ha recuperado el humor perdido, también ha vuelto a traer a un personaje querido por los lectores, que Touré dejó atrás al marcharse de Bilbo; Sa Kené, su amante y confidente, quién pondrá el cerebro en la búsqueda de su tesoro perdido. A modo de spoiler, Arretxe ha asegurado que ya tiene en marcha la novena novela con Touré como protagonista y que éste regresará a San Francisco. «Tenía ganas de volver porque ha cambiado un poquitín», ha dicho.