El «parlamento» del PS ha hablado. Y lo ha hecho, como se esperaba, para secundar al equipo encabezado por Pierre Jouvet, encargado de acordar con la France Insoumise el programa y reparto de candidaturas para las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio.

Así las cosas la dirección socialista ha logrado que el compromiso haya sido ratificado por una mayoría holgada. Un 62% de los miembros del consejo han avalado el acuerdo de alianza amplia de la izquierda mientras que un 37% ha votado en contra.

Varias decenas de integrantes del órgano que conforman 300 cuadros del partido se han desplazado hasta la sede de PS en Evry-sur-Seine (París) para participar en una reunión decisiva para el futuro del partido aunque la mayoría han seguido el debate por videoconferencia.

Un intercambio de opiniones, por momentos agrio, a la altura de la controversia que ha suscitado en distintos sectores del partido un compromiso con la formación de Jean-Luc Mélenchon que tiene implicaciones importantes para la socialdemocracia francesa.

En lo que afecta al proyecto político, ese compromiso marca para el PS un punto y aparte con respecto al periodo de François Hollande, el último dirigente de esta formación en alcanzar el Elíseo, ya que se desmarca de sus políticas socioliberales hasta el punto de contemplar incluso la derogación de su reforma laboral.

En lo que afecta al reparto de candidaturas, las cesiones que ha debido hacer un PS que marcó mínimos históricos en la elección presidencial, tal como se ha encargado de recordar en el discurso previo a la votación su primer secretario, ha generado un malestar evidente en diversas federaciones, incluida la de Pirineos Atlánticos.

Una investidura en Euskal Herria y pataleta de la federación 64

En lo más cercano, el reparto deja al PS solo a la cabeza de una de las tres circunscripciones vascas, la cuarta, lo que ha llevado a la federación de Pirineos Atlánticos a aprobar una moción contraria al compromiso de manera previa al debate y votación del acuerdo electoral global en el consejo nacional en París.

De acuerdo al compromiso suscrito con FI los socialistas saldrían de cabeza de lista en 70 circunscripciones de las cuales una veintena les serían muy favorables cara a lograr la elección.

Aunque el apoyo al acuerdo por parte de alcaldes de ciudades importantes como Lyon, Nancy o Lille y el desacuerdo con el acuerdo pero sin oposición a la alianza a la izquierda expresado por de la alcaldesa de París y excandidata a la elección presidencial Anne Hidalgo ha dado aire a la dirección de Olivier Faure, durante las cinco horas largas de reunión del consejo nacional socialista, se han escuchado intervenciones muy críticas, algunas de candidatos a los que los repartos acordados por la NUPES dejarían sin investidura y que se declaran dispuestos a mantener su ambición electoral.

Todo apunta a que el voto de esta noche no zanjará la bronca interna en el PS y a que habrá candidaturas disidentes en algunas circunscripciones.

Coincidiendo con la reunión del consejo nacional del PS ha trascendido que finalmente los anticapitalistas de NPA no se integrarán en la NUPES, aunque anuncian que harán campaña en favor de aquellos candidatos que defiendan «posiciones claras de ruptura».