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Hosteleros de la calle Labrit lamentan la prohibición de una carpa que «mejora la economía»

Los hosteleros de la calle Labrit han lamentado la decisión del Ayuntamiento de Iruñea de no permitir la instalación de una carpa en la zona durante los sanfermines, un espacio que «genera empleos directos, evita la degradación de la zona y permite el disfrute de la fiesta en el exterior».

Imagen de archivo de la zona de la calle Labrit durante los sanfermines.
Imagen de archivo de la zona de la calle Labrit durante los sanfermines. (Iñigo URIZ/FOKU)

Los hosteleros de la calle Labrit han lamentado que el Ayuntamiento de Iruñea no les permita instalar una carpa durante los sanfermines a pesar de que «mejora la economía y evita la degradación de la zona».

Así lo señalan en una nota, en la que se ofrecen diálogo con el Consistorio para habilitar medidas que minimicen las molestias a los vecinos de esa zona, pero piden mantener «uno de los centros neurálgicos de la fiesta en la calle, un punto de encuentro y de referencia en la ciudad y fuera de ella».

«Creemos que la eliminación de este espacio no es la solución. Mucho nos tememos, por contra, que con la supresión de las carpas de Labrit, la zona pueda correr el riesgo de degradarse, como en la época anterior a la colocación de las carpas», aseguran tras 30 años de su instalación.

Así, exponen que, gracias a este espacio festivo, se generaba «empleo directo para cerca de 175 personas entre camareros, bodegueros, seguridad o limpieza, e indirecto para más de 200 de empresas navarras en ámbitos tan diversos como carpas, iluminación y sonido, bebidas y alimentos, además de aportar al Consistorio cerca de 35.000 euros en concepto de tasas».

«Con la eliminación de este espacio festivo, se da un golpe purísimo a los establecimientos del sector que peor lo han pasado durante la pandemia», dicen sobre los bares especiales y discotecas de la oferta de ocio nocturno.

En cuanto a las quejas vecinales por ruido y suciedad, además de recordar las medidas ya adoptadas en los últimos años, inciden en su disposición a hablar con el Ayuntamiento para «mejorar e incrementar aun más si cabe la seguridad de la calle, con la implementación de las medidas que fuesen necesarias: más cámaras, más personal de seguridad y colaboración para definir las entradas y controlar el aforo, y minimizar las posibles molestias al vecindario, reduciendo incluso el horario de música en la carpa».