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Londres insiste en «relajar» el protocolo irlandés del Brexit, «inaceptable» para la UE

La ministra de Exteriores del Gobierno británico ha amenazado con «actuar» de forma unilateral si la Unión Europea no flexibiliza el protocolo irlandés firmado por ambas partes en las negociaciones tras el Brexit. La principal abogada del Ejecutivo de Londres ha avalado la unilateralidad.

Liz Truss, ministra británica de Exteriores, ha conversado con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic.
Liz Truss, ministra británica de Exteriores, ha conversado con el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic. (Justin TALLIS | AFP)

La ministra de Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, ha amenazado este jueves a la Unión Europea con «actuar» si el bloque no acepta flexibilizar aún más las condiciones del protocolo irlandés negociado por ambas partes en el marco del Brexit, algo a lo que el vicepresidente de la Comisión Europea encargado de supervisar las relaciones con los británicos, Maros Sefcovic, ha respondido avisando de que cualquier paso «unilateral» dañará la confianza mutua y pondrá en riesgo el acceso del norte de Irlanda al Mercado Unico.

«Sigue siendo un motivo de grave preocupación que el Gobierno de Reino Unido pretenda emprender el camino de la acción unilateral», ha indicado Sefcovic en un comunicado difundido tras una llamada telefónica con Truss, en la que la ministra ha afirmado que «si la UE no muestra la flexibilidad» entonces Londres «no tendría más remedio que actuar».

En la conversación, la jefa de la diplomacia británica ha defendido que la prioridad del Gobierno de Boris Johnson es «proteger la paz y la estabilidad» en el norte irlandés pero considera que las condiciones y salvaguardas previstas en el protocolo acordado entre Reino Unido y la UE cuando se consumó el Brexit resulta ahora el «mayor obstáculo» para el norte de la isla.

La ministra ha alertado de que la situación actual provoca una «interrupción inaceptable» para el comercio en el norte de Irlanda y crea una situación «de dos niveles» por el que los norirlandeses no reciben el mismo trato que el resto de habitantes de Reino Unido, según ha informado el Gobierno británico en otro comunicado.

El protocolo para el norte de Irlanda prevé una serie de salvaguardas y controles en el paso de mercancías desde Gran Bretaña a la provincia para evitar distorsiones graves en el mercado único y la unión aduanera, ya que los norirlandeses se mantienen en este sistema europeo pese al divorcio con la UE para evitar la reintroducción de una frontera «dura» con el sur.

Tanto Bruselas como Londres defienden que su interés primero es proteger los Acuerdo de paz de Viernes Santo y los europeos reconocen problemas «prácticos» que han complicado la puesta en práctica de algunas disposiciones del protocolo, si bien las dos partes chocan respecto al modo de encararlo.

La Unión Europea mantiene la mano tendida para dialogar sobre «soluciones pragmáticas» y ha ofrecido ya en el pasado cambios para flexibilizar los controles y condiciones para el paso de mercancías clave, como los medicamentos genéricos, pero se mantiene en que toda revisión debe quedar «dentro de los límites» de lo negociado y rechaza de plano renegociar los términos del acuerdo en vigor.

El bloque comunitario, además, recalca que el acuerdo de divorcio y los protocolos que lo completan son Tratados internacionales jurídicamente vinculantes y por tanto cualquier medida «unilateral» supondría ir en contra del Derecho internacional.

La asesoría legal de Londres avala la unilateralidad

Por su parte, la principal abogada del Gobierno británico, Suella Braverman, considera legal que el Reino Unido invalide unilateralmente disposiciones del protocolo, asegura este jueves ‘The Times’.

El periódico revela que, en su informe sobre el asunto, Braverman argumenta que tramitar una legislación que permitiera anular partes de ese protocolo, como sopesa hacer el Ejecutivo, sería legal debido a que su implementación por parte de la UE es «desproporcionada e irrazonable».

La jefa de los servicios jurídicos del Gobierno opina que los controles exigidos por Bruselas socavan el Acuerdo del Viernes Santo de 1998. Braverman concluye que el acuerdo de paz tiene un «significado primordial» y debe primar sobre el protocolo.

En su informe, la asesora pone ejemplos de recientes «disturbios sociales» en Belfast, «por considerar que amenaza la integridad territorial del Reino Unido».