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Argitan y Kakitzat protestan en Bilbo por destinar impuestos al gasto militar

Los colectivos sociales Argitan y Kakitzat han denunciado este martes, Día Internacional de las Mujeres contra la Guerra, el incremento de los recursos que las administraciones destinan al militarismo «frente a la actual realidad de recortes».

Protesta de Argitan y Kakitzat ante la Diputación de Bizkaia contra el gasto militar.
Protesta de Argitan y Kakitzat ante la Diputación de Bizkaia contra el gasto militar. (KAKITZAT)

El centro asesor de la mujer Argitan y la coordinadora antimilitarista Kakitzat se han concentrado ante la Diputación foral de Bizkaia en el Día Internacional de las Mujeres contra la Guerra como medida de protesta por el hecho de que las instituciones, «con la excusa» del conflicto bélico en Ucrania, destinan «los impuestos de la ciudadanía a fines socialmente injustos o nocivos», como los gastos militares.

Los colectivos han denunciado el incremento de los recursos que las administraciones destinan al militarismo «frente a la actual realidad de recortes en sanidad, pensiones, políticas de igualdad, prestaciones sociales o acceso a una vivienda digna».

Según han destacado ambos colectivos, este martes 24 de mayo nuevamente las mujeres salen a la calle en todo el mundo en demanda de una paz basada en la justicia social y para denunciar los actuales conflictos bélicos.

Reparto de tortilla

Bajo el lema «No des de comer al militarismo», Argitan y Kakitzat han realizado una «acción simbólica» de denuncia de los actuales conflictos bélicos y en apoyo a la campaña por la objeción fiscal a los gastos militares, consistente en un reparto de decenas de pintxos de tortilla ante la Diputación de Bizkaia, a fin de socializar «el rechazo al gasto militar y los recursos destinados a la guerra y el militarismo».

Han indicado que, según el último informe del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC) y del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), el número de personas que tuvo que dejar su hogar alcanzó cotas «nunca vistas» en 2021, con un total de 53 millones de personas y fue el año en el que se registró el mayor número de personas refugiadas por conflictos bélicos.

Ambos colectivos sociales han denunciado que «los «señores de la guerra» han aprobado destinar este año 22.000 millones de euros al gasto militar, que se ha visto ampliado en 6.500 millones.

Según han recordado, además de impulsar una mayor implicación institucional con las fábricas de armas, el Gobierno de Lakua «subvenciona, vía presupuestos, con 100 millones la industria de la guerra vasca».

En esa medida, han asegurado que protestan contra el aumento del gasto militar mientras se sigue sin dar solución a los problemas que las mujeres padecen «a diario, como son agresiones, malos tratos y asesinatos; precariedad, brecha salarial y feminización de la pobreza; carencia de servicios sociales, prestaciones y pensiones dignas; desahucios; falta de recursos comunitarios de cuidados públicos con ratios de atención de calidad en guarderías o residencias de la tercera edad».

Recortes

Por ello, las dos entidades sociales han asegurado que «ante la realidad de recortes», las mujeres apuestan por «la objeción fiscal a los gastos militares» y se «niegan a colaborar económicamente en la financiación de las guerras».

Según han dicho, este acto de desobediencia civil consiste en dejar de pagar parte de los impuestos para destinar esa cantidad a iniciativas que trabajen en la «construcción de alternativas de carácter solidario».

Al mismo tiempo, han recordado que «este año, cada persona va a destinar mediante impuestos 700 euros a financiar las guerras» y han afirmado que «la enorme cantidad de dinero destinado a subvencionar el militarismo o las fábricas de armas vascas» proviene de los impuestos de los ciudadanos.

Por ello, las organizaciones promotoras de esta movilización han defendido la objeción fiscal como una herramienta que persigue «exigir que los innecesarios gastos militares se destinen a necesidades sociales y a recursos sanitarios para hacer frente a la crisis y las actuales situaciones de desigualdad agravada por el conflicto bélico en Ucrania».