Txisko Fernández
Donostia

EH Bildu plantea un modelo vasco para gestionar los grandes retos estratégicos

No es razonable continuar «surfeando sobre la ola neoliberal», gestionando el país desde las instituciones «como si nada hubiera cambiado», porque la actual trayectoria «no es buena». Con ese diagnóstico, EH Bildu apuesta por reforzar el «modelo vasco», sin renunciar a transformaciones profundas.

Pello Otxandiano, responsable del programa ‘Euskal Eredua. Un país mejor’, durante su intervención en el palacio Euskalduna de Bilbo el pasado 30 de marzo.
Pello Otxandiano, responsable del programa ‘Euskal Eredua. Un país mejor’, durante su intervención en el palacio Euskalduna de Bilbo el pasado 30 de marzo. (Monika DEL VALLE | FOKU)

EH Bildu presentó el 30 de marzo, en el Euskalduna de Bilbo, la propuesta que, bajo el lema ‘Euskal Eredua. Un país mejor’, plantea la elaboración de una «estrategia de país» compartida entre distintas sensibilidades políticas para desarrollar «nuevas soluciones, nuevos liderazgos, nuevas mayorías» que saquen a Euskal Herria de la trayectoria que ha seguido en la última década, que «no es buena» y «no ha servido para prepararnos» para un escenario tan  decisivo como el actual.

Es producto de una reflexión que EH Bildu comenzó meses atrás. Ahora, está compartiéndolo con muchas personas y agentes de distintas sensibilidades políticas, y ha detectado «bastante sintonía, aunque esta no traspase a la escena pública mediatizada»

El documento que recoge esta iniciativa ha sido comentado esta semana con distintos medios de comunicación por el director del programa, Pello Otxandiano, quien en ocasiones respondió a los periodistas con ejemplos concretos que no están recogidos en el texto.

La izquierda independentista considera que en los últimos años «no ha habido músculo estratégico» para afrontar los grandes retos y «ya estamos viendo los síntomas», como el «proceso de desarraigo de la industria, que es el motor económico de este país». «No es que veamos la botella medio vacía o medio llena, es que este país pierde agua», indicó Otxandiano, que citó los casos de Ibermática, Euskaltel o Gamesa.

«No es que veamos la botella medio vacía o medio llena, es que este país pierde agua: Ibermática, Euskaltel, Gamesa...»

No se trata solo de lamentar que el ámbito de decisión de estas compañías salga de Euskal Herria, sino que lo sucedido con el operador telefónico es el ejemplo de cómo una inversión pública en innovación tecnológica, que levanta una compañía que es rentable económicamente y que podía resultar clave estratégicamente a las puertas de una nueva revolución tecnológica-industrial, acaba en manos de unos fondos de inversión cuyo único interés es obtener beneficios rápidamente en la «economía de casino» global.

Primar el interés común

Otxandiano también fue tajante al señalar que, cuando todo el mundo ya es consciente de que «la época de abundancia de los combustibles fósiles baratos ha llegado a su fin», en nuestro país «no hay una estrategia para acometer la transición energética» con garantías, ya que ni siquiera se produce un 10% de la energía que se consume.

Con un desarrollo «escaso» de las energías renovables en los últimos años, no es de recibo, según EH Bildu, que «la estrategia energética de este país dependa de Petronor». En este caso, no criticó los «intereses corporativos legítimos» de la petrolera, sino que el Gobierno de Lakua se haya limitado a hacer suyo el modelo de reconversión que Petronor está obligado a llevar a cabo plasmándolo en el denominado Corredor Vasco del Hidrógeno.

Resaltó que en los últimos años tampoco se han instalado nuevos parques eólicos en la CAV, lo que dio pie a una pregunta sobre la posición tradicional de la izquierda abertzale, alineada con las plataformas de oposición a muchos de estos proyectos. Incidió en que el planteamiento de ‘Euskal Eredua’ es llegar a amplios consensos con otras fuerzas políticas, sin que ello suponga obviar que, por ejemplo en el caso de los proyectos eólicos, los ayuntamientos que se oponen a ciertos proyectos «tengan parte de razón» porque la cuestión no puede reducirse, por ejemplo, a que «los municipios pongan los terrenos y luego venga Iberdrola a llevarse todos los beneficios».

Al mismo tiempo, se preguntó «en qué situación estaríamos en estos momentos si no hubiese habido una fuerte oposición a las centrales nucleares» y también resaltó que el PNV ha estado apostando por el gas (fracking) prácticamente hasta ayer mismo, incluso contradiciendo las pautas marcadas en la UE.

Ni oasis ni narcisismo

Tras repasar las carencias en otros apartados clave como el demográfico, el sistema universitario o el acceso a la vivienda, Otxandiano subrayó que la gestión institucional en la última década, poniendo el foco en la CAV y en Nafarroa, ha estado marcada por «ir surfeando la ola neoliberal», perdiendo un tiempo precioso para dar respuesta a la crisis, «generando la sensación de que esto no estaba pasando» y con los aires de suficiencia que daban «las comparaciones con España». Era aquella imagen «anestesiante» del «oasis vasco».

La defensa de un «modelo vasco» reside en la «capacidad comunitaria de construir» proyectos que primen el interés general

«Hemos dejado de lado el modelo vasco de afrontar los retos estratégicos», afirmó el representante de EH Bildu, que resaltó la capacidad de innovación y el exitoso modelo de economía social, en el que «somos una potencia mundial y ha demostrado que es rentable». Y precisó que la economía social vasca no se limita a la fórmula jurídica de las cooperativas, sino también a otras formas de participación de trabajadores y trabajadoras en la gestión de las empresas.

«Sin caer en el narcisismo», la defensa de un «modelo vasco» que hace EH Bildu reside en la «capacidad comunitaria de construir» proyectos en los que prime el interés general, asumiendo que algunos de los retos que deben afrontarse son de «difícil gestión», como se plasma en el debate energético.

Procesos disruptivos

Además de destacar los valores positivos de ese «modelo vasco» que, como recoge el documento comentado, dio lugar al «fecundo ciclo de construcción nacional desarrollado en la segunda mitad del siglo XX», EH Bildu asume que en estos momentos son necesarias «reformas estructurales» y por ello hay que poner en marcha «procesos disruptivos, procesos complejos que deben iniciarse ya» porque «sus frutos se verán a medio-largo plazo».

En este contexto, Otxandiano puso en valor la Ley de Educación aprobada por el Parlamento de Gasteiz como fruto de un consenso entre distintas sensibilidades políticas y de un proceso en el que han participado numerosos agentes e integrantes de la comunidad educativa.

Preguntado sobre el rechazo a esta ley mostrado por los sindicatos mayoritarios, señaló que esta ley es un «pacto político» que debe completarse con un «pacto social» más amplio para implementar la transformación del sistema educativo, aunque también cuestionó las «estructuras de medición» del respaldo que la ley ha suscitado realmente entre las plantillas afectadas.

«No podemos ser una izquierda más»

«En un mundo que se va al carajo, una Europa que se va al carajo, con un Estado español donde según las encuestas puede gobernar la extrema derecha», EH Bildu considera que es necesario hacer un «ejercicio de responsabilidad» y tejer alianzas para afrontar con garantías los cinco retos que estructuran la «hoja de ruta» que marca su programa ‘Euskal Eredua. Un país mejor’.

Estos retos son: reforzar la soberanía estratégica; transformar las estructuras del bienestar; renovar los sistemas de conocimiento; fortalecer la identidad comunitaria; y desarrollar un modelo de seguridad propio.

En el encuentro con los medios que tuvo lugar en Donostia, Pello Otxandiano remarcó que «no se puede perder la vida en cuestiones cortoplacistas», apelando a extraer «las lecciones de los años 30 del siglo XX» respecto a los debates en los que se enfrascaron las formaciones de izquierda «antes de que los fascismos llegaran al poder». Llegado a este punto, indicó que EH Bildu tiene claro que estamos ante un «cambio de era» que requiere de un compromiso: «No podemos ser una izquierda más, sino ‘la izquierda’».

Otxandiano incidió en que, cuando nos hallamos ante un «cambio de era», «no podemos perder la vida en cuestiones cortoplacistas»

No obstante, el mensaje no es de exclusión, sino todo lo contrario, ya que enfatizó en que el planteamiento es lograr un «enfoque compartido» sobre las necesidades del país, llegando a «acuerdos de todos con todos». Esta reflexión general se mezcló con los comentarios sobre cómo se ha alcanzado el pacto educativo en la CAV, señalando que esos acuerdos «no serán siempre a cuatro bandas; a veces serán posibles solo con el PNV o con el PSE; serán posibles y, a veces, naturales, como ha ocurrido en el ámbito municipal».

Mayorías sociopolíticas

Preguntado sobre si ha cambiado la visión que tenía la izquierda abertzale de Podemos cuando surgió esta formación, indicó que para la estrategia política de EH Bildu es conveniente que la formación morada se consolide como una «fuerza vasca», por lo que no se plantean de ninguna modo el objetivo de «absorberla». Además, recordó que en el ámbito del Estado, ambas formaciones mantienen «alianzas estratégicas».

Menos clara está la relación con el PSOE a pesar de que EH Bildu es uno de los socios de investidura de Pedro Sánchez. El planteamiento es «coadyuvar a la democratización del Estado español» con un alto grado de compromiso y fomentar un «bloque democrático progresista que acepte el carácter plurinacional del Estado» como «alternativa a un gobierno español de extrema derecha».

La izquierda independentista fomentará un «bloque democrático progresista que acepte el carácter plurinacional del Estado»

Volviendo a Euskal Herria, la izquierda independentista aboga por construir «mayorías sociopolíticas, no solo entre partidos». Durante el debate con los periodistas, Otxandiano criticó la actitud que mantiene ELA en este ámbito al «renunciar» a la estrategia de llegar a «acuerdos de mínimos» en base a un supuesto «ejercicio de contrapoder, que no es tal».

Por contra, la apuesta de EH Bildu pasa por un «impulso nacional lo más transversal posible que atraviese espacios sociales amplios», convencida de que «hay posibilidades de activar mayorías sociales en dirección a ese modelo vasco».

Así, las bases de este programa también servirán para la confrontación electoral. «Pero más allá de constituir una alternativa de gobierno, en los próximos meses y años, EH Bildu orientará su capacidad política a impulsar un diálogo nacional amplio y de gran calado», como se recoge en este documento.