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Bilbo recuerda a gudaris y milicianos en el 85 aniversario de la caída de la ciudad

Se cumplen 85 años de la caída de Bilbo ante la ofensiva de las tropas franquistas. Los milicianos y gudaris que lucharon en su defensa y se sacrificaron para permitir la huida de los civiles han sido recordados y homenajeados este domingo. 

Homenaje a los gudaris y milicianos en Artxanda.
Homenaje a los gudaris y milicianos en Artxanda. (Marisol RAMÍREZ | FOKU)

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha recordado este domingo el heroísmo de gudaris y milicianos en el 85 aniversario de la caída de Bilbo. «Aquí estamos, 85 años después, lehendakari Agirre, para seguir construyendo la nación vasca sobre principios y valores éticos y democráticos», ha afirmado.

Los actos de conmemoración y homenaje que se celebran a lo largo de toda la jornada han comenzado esta mañana frente a la estatua de Agirre junto al Hotel Carlton.

«Días antes de la ocupación, el Gobierno Vasco celebró su última reunión aquí en el Carlton. El Gobierno delegó su autoridad en una Junta de Defensa, presidida por los consejeros Leizaola, Aznar y Astigarrabia. Un nacionalista, un socialista y un comunista que se harían cargo de la evacuación ordenada de la Villa», ha recordado.

La consejera Artolazabal ha querido recordar a aquel primer Gobierno de unidad integrado por PNV, EAE-ANV, PSOE, PCE-EPK, Izquierda Republicana y Unión Republicana, y ha destacado que a pesar de sus diferencias ideológicas les unió una causa común, el servicio a un pueblo en una coyuntura crítica, como es una guerra, de ahí que su legado sea «una lección de historia y toda una hoja de ruta para los vascos y vascas del siglo XXI».

También han tomado la palabra el alcalde Juan Mari Aburto y Arantza Ugarte Lopetegi, sobrina de Inazio Lopetegi, gudari del batallón San Andrés (ELA-STV). Su caso es el de uno de los cinco combatientes que portaban chapa identificativa de los 42 restos exhumados en la fosa de Begoña.

Además de las intervenciones, el acto ha consistido en un aurresku, una ofrenda floral y la lectura de textos históricos sobre la batalla de Artxanda por parte del investigador Aitor Miñambres. También han participado el coro Garaizarko Matxorriak y el grupo Frente de Euzkadi con una recreación de gudaris y milicianos.

Continuación en Artxanda

Posteriormente, como desde hace 16 años, la jornada de recuerdo se ha trasladado al monte Artxanda, junto a la escultura ‘Aterpe 1936-La huella’.

Ofrenda floral ante la escultura ‘Aterpe 1936-La huella’. (Marisol RAMÍREZ/FOKU)

El homenaje se organiza por partidos históricos como el PNV, el PSE/EE, ANV, el PCE; los sindicatos ELA, UGT y CNT; las fundaciones Elai-Alai, Sabino Arana, Eusko Lurra y Ramón Rubial, y las asociaciones Manu Robles-Ajangiz e Investigaciones Marxistas y Estudios Libertarios Luis Arrieta. Al mismo ha asistido una nutrida repersentación política, encabezada por el lehendakari Urkullu.

También han asistido el delegado del Gobierno español, Denis Itxaso, la directora de Gogora, Aintzane Ezenarro; el alcalde de Bilbo, Juan María Aburto, la presidenta de las Juntas de Bizkaia, Ana Otadui, y parlamentarios de PNV, PSE, EH Bildu y Elkarrekin-Podemos, junto a representantes de estas formaciones.

En el manifiesto conjunto elaborado por los organizadores se recuerda a todos los que murieron o desaparecieron en esa batalla y destacan la «necesidad de recuperar sus restos, su memoria y sus historias individuales. Y sobre todo, aprender de ello y tomar su testigo en defensa de la democracia».

También han tomado la palabra dos familiares de combatientes, Fernanda Lahera, hija de Fernando Lahera Urrutia, y Begoña Guerra Crespo, sobrina nieta de Ramón Crespo. Ambos eran milicianos del batallón Jean Jaures, adscrito a la UGT.

Los restos de sus parientes fueron localizados recientemente con sus chapas identificativas en la fosa común descubierta en el cementerio de Begoña.

Al acto también han acudido más de medio centenar de personas familiares de gudaris y milicianos desaparecidos y que buscan sus restos a raíz del hallazgo de la citada fosa común. 

Tras una ofrenda floral, el acto ha finalizado con un aurresku.