Bomberos y equipos de rescate continúan trabajando este martes en el centro comercial de la ciudad de Kremenchuk tras el ataque con misiles rusos y donde, hasta ahora, se han contabilizado 18 muertos y 36 desaparecidos.

El edificio quedó absolutamente calcinado, con sólo las estructuras exteriores en pie, mientras que el interior es un amasijo de hierros carbonizados, lo que hace muy probable que el número de víctimas aumente en las próximas horas.

La Policía ucraniana ha expuesto ante los periodistas restos de dos misiles de crucero, identificados como X-22, que Rusia utilizó para atacar el edificio, que se encontraba muy concurrido en la tarde del lunes. El segundo impactó contra un campo de fútbol conocido como Estadio Kremin, ubicado muy cerca del centro comercial.

El Ministerio de Defensa de Ucrania aseguró que los misiles de largo alcance se dispararon desde un bombardero estratégico TU-22 desde la región rusa de Kursk, cerca de la frontera.

Según el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, 25 personas heridas se encuentran hospitalizadas en cuidados intensivos en el hospital de Kremenchuk, una ciudad estratégica de la región de Poltava que antes de la guerra contaba con unos 220.000 habitantes.

Hasta ahora el centro de la ciudad no había sido atacado, sólo instalaciones industriales y una refinería situadas a las afueras.

El centro comercial Amstar, ubicado en el centro de la ciudad, no está lejos de un complejo industrial, que pudo haber sido el verdadero objetivo del ataque.

Versión rusa

El Ejército ruso ha asegurado hoy que atacó un depósito de armamento suministrado por occidente situado cerca del edificio comercial y que las detonaciones de las municiones provocaron un incendio en el citado complejo, «que estaba en ese momento cerrado y vacío».

El refugio antiaéreo más cercano al centro comercial estaba cruzando una calle, pero no todos abandonaron las compras pese a sonar una alarma antiaérea. El hecho de que zonas civiles de la ciudad nunca hubieran sido atacadas hasta ahora pudo dar una falsa sensación de seguridad y que se ignoraran las sirenas.

El ataque a Kremenchuk se produjo después de que Rusia disparara más de 65 misiles contra Ucrania durante el fin de semana.

El lunes, un ataque con un cohete en la ciudad nororiental de Járkov mató a cinco personas y dejó a otras 22 heridas, según las autoridades locales.

El G7, que reúne a EEUU, Japón, Alemania, Estado francés, Gran Bretaña, Italia y Canadá, calificó el ataque al centro comercial como un «crimen de guerra».

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunció que «el Estado ruso se ha convertido en la organización terrorista más grande del mundo».

El Consejo de Seguridad de la ONU se reúne hoy para abordar la situación en Ucrania después de los últimos ataques militares de Rusia.

Ataque ucraniano a civiles

Las autoridades de Lugansk, en el Donbass, han denunciado la muerte de dos civiles a causa de contraataques con misiles del Ejército ucraniano contra la localidad de Svitlodarsk.

El Ejército ruso realiza en las últimas horas bombardeos a gran escala contra el enclave de Lisichansk, el último bajo control ucraniano en la provincia de Lugansk.

El máximo responsable militar ucraniano en Lugansk ha asegurado que «los ocupantes están asaltando Lisichansk desde el sur y el suroeste. Actualmente se está combatiendo en el área entre Vovchoiarivka y la refinería de petróleo, en las afueras (...) Están intentando bloquear la ciudad desde este lado y ganar el control total sobre las rutas de transporte a la vecina región de Donetsk», ha señalado Serhii Haidai.