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Petro cambia la cúpula militar y acelera la negociación con el ELN

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha renovado la cúpula militar y policial e instruido a la nueva línea de mando para «cero corrupción y cero violaciones a los derechos humanos». También ha reconocido la legitimidad de la delegación del ELN para reiniciar el diálogo parado hace tres años.

Gustavo Petro, flanqueado por la nueva cúpula militar y policial de Colombia.
Gustavo Petro, flanqueado por la nueva cúpula militar y policial de Colombia. (AFP)

El nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro, se está moviendo rápido en el terreno de la paz, como demuestran dos decisiones tomadas en las últimas horas, cuando ni siquiera lleva aún una semana investido.

Por un lado, Petro ha nombrado al general Helder Fernando Giraldo Bonilla como nuevo comandante de las Fuerzas Militares. También ha designado al nuevo jefe del Ejército, el general Luis Mauricio Ospina; de la Armada, el vicealmirante Francisco Hernando Cubides, y de la Fuerza Aérea, el general Luis Carlos Córdoba. El nuevo director de la Policía Nacional será el general Henry Armando Sanabria, con la brigadier general Yackeline Navarro Ordóñez como subdirectora.

En un discurso con claros aires de renovación y alejado del tono militarista del Gobierno de su antecesor, Iván Duque, en el que hizo énfasis en la paz y la seguridad ciudadana, Petro marcó ayer una nueva etapa dentro de las Fuerzas Militares, que jugarán un papel clave en su plan de Gobierno, en el que se ha propuesto dejar atrás el conflicto que arrastra el país.

Una de las principales incógnitas que levantó la victoria de Petro en las urnas, al convertirse en el primer mandatario de izquierdas en llegar a la Casa de Nariño, fue la relación que mantendría con el estamento militar, tanto por su pasado guerrillero del M-19 como por su discurso crítico con las Fuerzas Armadas y de Policía en su carrera política durante los años más crudos del conflicto armado y en las protestas sociales.

Investigación previa

Para nombrar la nueva cúpula, Petro y su ministro de Defensa, Iván Velásquez, hicieron un estudio para asegurarse de que ninguno de los nombrados tuviera investigaciones de alguna índole.

«Pasar a la estrategia de la seguridad humana donde cuidar la vida, los derechos y las libertades de las gentes sea lo fundamental» ha sido la finalidad que ha guiado los nombramientos de los altos cargos militares y de la Policía.

Una nueva etapa de la fuerza pública que buscará «garantizar la paz, la disminución de la violencia y de la criminalidad, garantizar el incremento sustancial del respeto a los derechos humanos y a las libertades ciudadanas», adelantó el presidente, investido el pasado 7 de agosto.

De esta manera, las Fuerzas Militares y la Policía quedan, bajo el nuevo mandato, «a disposición de la sociedad colombiana, a disposición de la paz y de los derechos de toda la ciudadanía».

Este enfoque contrasta con las polémicas en las que se ha visto involucrada la cúpula saliente, duramente criticada en los últimos años por controvertidas operaciones y actuaciones.

ELN, paso adelante en La Habana

En paralelo, el nuevo alto comisionado para la paz del Gobierno de Colombia, Danilo Rueda, ha anunciado desde Cuba que se reconoce oficialmente la legitimidad de la delegación de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se encuentra en La Habana para negociar la paz.

«En consecuencia, el Gobierno de Colombia adoptará todas las medidas políticas y jurídicas en el marco del derecho interno y el derecho internacional para garantizar las condiciones que permitan el reinicio de las conversaciones con el ELN», ha apuntado Rueda en un comunicado publicado en redes sociales.

La delegación gubernamental colombiana destaca que «constatamos que el ELN comparte la voluntad de paz del Gobierno colombiano, que escuchan las voces de múltiples sectores de la sociedad, que desde los territorios y diversas instancias están clamando por una solución dialogada al conflicto armado».

«En las reuniones sostenidas, la Delegación ha anunciado que el ELN dará los pasos necesarios para reanudar la Mesa de conversaciones» y coinciden en que las partes comparten la necesidad de reiniciar los diálogos.

Poco después, la Defensoría de Colombia ha confirmado la liberación de nueve personas que estaban secuestradas por esta guerrilla.

«Gracias a la gestión de Defensoría y la Personería Municipal, profesionales del Hospital San Antonio de Tame hicieron valoración médica a las 9 personas liberadas hoy por un grupo insurgente en Arauca, quienes fueron asesoradas por la Defensoría sobre sus derechos», ha publicado la Defensoría colombiana en Twitter.

Previamente, el ministro de Asuntos Exteriores de Colombia, Alvaro Leyva, había confirmado desde La Habana que Cuba seguirá siendo la sede de del diálogo con el ELN tras las especulaciones sobre un posible cambio de sede.

«Aspiramos a reanudar los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional en esta tierra de paz a fin de iniciar el camino propuesto por el presidente Petro Urrego y alcanzar la paz total», dijo Leyva desde La Habana el pasado jueves.

Desde el triunfo del presidente Gustavo Petro en las elecciones de junio de 2022, la dirección del ELN ha mostrado su interés por retomar unos acuerdos de paz que se iniciaron en febrero de 2017 en Quito. Posteriormente se trasladaron a La Habana, donde el último encuentro se produjo en agosto de ese año sin avances.

Las conversaciones quedaron interrumpidas después de que el ELN no accediera a las exigencias del Gobierno de Iván Duque, que finalmente suspendió de manera indefinida cualquier tipo de diálogo en enero de 2019 cuando se produjo el ataque a una escuela de cadetes de la Policía en la que fallecieron una veintena de personas.