Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / redactor de opinión, especializado en economía

El desigual impacto de la guerra en las finanzas de Ucrania y Rusia

La Federación Rusa está en suspensión de pagos después de que EEUU no permitiera que pagará el vencimiento de un bono, sin embargo, su mercado de capitales funciona con normalidad. Ucrania, por el contrario, ha evitado el impago, aunque el agujero en sus finanzas públicas es inmenso

El carguero Rojen con 13.000 t de maíz ucraniano en sus bodegas atraviesa el Bósforo con destino a Italia.
El carguero Rojen con 13.000 t de maíz ucraniano en sus bodegas atraviesa el Bósforo con destino a Italia. (Yasin AKGUL | AFP)

El jueves el diario ruso Kommersant informaba que por primera vez el volumen de yuanes negociado en el mercado de divisas de Moscú superaba al del dólares. Al final de la sesión el dólar terminó por delante, sin embargo, el yuan ya representa el 31% de las divisas negociadas en Moscú. El aumento de su peso tiene que ver con el creciente volumen de intercambios comerciales e inversiones con China.

Las sanciones también han tenido su parte. Conviene recordar que desde que a finales de mayo el Departamento del Tesoro de EEUU impidiera pagar el vencimiento de la deuda emitida en dólares por la Federación Rusa, esta está técnicamente en suspensión de pagos. El Gobierno ruso recurrió la decisión alegando que dio todos los pasos para el abono, pero que el Tesoro no se lo permitió. En otros tiempos esta disputa no iría más allá, pero en la actualidad el impago tiene importantes consecuencias en los mercados de derivados, donde se negocian los famosos CDS, o seguros contra el impago de la deuda de un país. Para complicar todavía más las cosas, el Gobierno estadounidense prohibió en junio toda negociación con deuda rusa, acentuando todavía más el caos, ya que con esa decisión también impedía que se liquidaran los derivados relacionados con los bonos emitidos por Moscú. Pimco, un administrador de bonos estadounidense, por ejemplo, deberá desembolsar alrededor de 1.000 millones de dólares por el impago, pero si el Gobierno autorizaba la negociación con la deuda rusa podría ahorrarse hasta 300 millones.

Finalmente, en julio, el Departamento del Tesoro accedió a que se permitiera negociar títulos de deuda rusa si el fin era que los tenedores pudieran desprenderse de los títulos. Una justificación algo sorprendente, ya que para que alguien pueda vender algo, alguien más tiene que estar dispuesto a comprarlo. En cualquier caso, rápidamente varios de los principales bancos de Wall Street –Bank of America, Barclays, Citi y JP Morgan– se ofrecieron para facilitar operaciones con deuda rusa. Todavía se desconoce qué entidades pueden estar comprando esos bonos, pero ya cotizan y de no valer nada ha pasado a tener precio.

Las empresas ucranianas

La situación financiera de Ucrania es mucho más delicada. Únicamente hay una gran empresa en suspensión de pagos, la empresa estatal de gas Naftogaz, después de que no alcanzara un acuerdo con los acreedores para aplazar dos años el abono de algunas de sus obligaciones. Tienen unos 1.450 millones de dólares de deuda nominada en euros y dólares y en julio debía hacer frente a un pago de 335 millones de dólares de su emisión de 2022, para abonar el principal más los intereses.

En conjunto, las mayores empresas de Ucrania, tanto estatales como privadas, tienen alrededor de 13.000 millones de dólares en bonos internaciones. Además, de Naftogaz, destacan Ukravtodor, la agencia estatal de carreteras, con 1.525 millones, la empresa siderúrgica Metinvest, propietaria, entre otras plantas, de Azovstal con 1.850 millones y la empresa avícola y procesadora de grano MHP que tiene otros 500 millones de deuda en circulación. A esta última, los acreedores ya concedieron en marzo un aplazamiento.

Impago en el aire

En 2021 Naftogaz representó casi el 17% de los ingresos estatales, por ello el Ejecutivo de Kiev se apresuró a señalar que el impago no suponía un incumplimiento soberano. Sin embargo, la suspensión de pagos de Naftogaz hundió la declaración que unos días antes varios gobiernos occidentales –Canadá, Estado francés, Gran Bretaña, Alemania, Japón y EEUU– hicieron expresando su disposición a suspender el servicio de deuda –el pago de intereses– desde el 1 de agosto hasta finales de 2023 y potencialmente un año más. En el mismo comunicado pedían al resto de acreedores que llegarán rápidamente a un acuerdo con Kiev.

Esa declaración permitía a Ucrania aplazar el pago de 1.200 millones que vencen el 1 de septiembre. Y para evitar que se clasificara como incumplimiento estricto, ofreció a los prestamistas el pago de intereses adicionales. Sin embargo, la semana pasada, S&P degradó la nota de la deuda de Ucrania a «SD» o «default selectivo», último escalón antes del impago. La agencia Fitch también rebajó la calificación a largo plazo de Ucrania de «C» a «RD», o «default restringido».

Se considera que un país entra en suspensión de pagos cuando no puede cumplir sus compromisos ante sus acreedores, ya sean Estados, organismos como el FMI, o inversores particulares. El default se denomina parcial cuando el Estado no reembolsa una parte de sus obligaciones, que sería el caso de Ucrania. Por esa razón, algunos inversores han preguntado ya al Comité de Determinaciones de Derivados de Crédito (CDDC, en inglés) si se ha producido una reestructuración crediticia en Ucrania, para poder cobrar los seguros contra el impago, los famosos CDS. De momento, el Comité no ha contestado.

Decidan lo que decidan sobre la suspensión de pagos, las finanzas del Gobierno de Kiev hacen aguas por todas partes. En 2021 el PIB de Ucrania sumó 195.000 millones de dólares y la contabilidad registró una deuda de 97.000 millones, esto es, aproximadamente el 50% del PIB. De esta cantidad, unos 20.000 millones sería deuda nominada en euros y dólares cuyos pagos se quieren aplazar.

Asimismo habría que contabilizar otros 2.600 millones de la reestructuración que se acordó en 2015 y que vencen en 2040. En este caso, el acuerdo incluía la condición de que si el PIB crecía por debajo del 3% Ucrania no pagaría intereses, pero si superaba esa cifra los intereses ascendería al 7,75%. No será el caso porque las estimaciones prevén una caída de entre el 35% y el 45% del PIB este año, es decir, que casi se reducirá a la mitad.

Déficit extraordinario

Por otra parte está el déficit, las nuevas deudas contraídas durante el año. En 2021, el déficit de las cuentas públicas de Ucrania sumó unos 7.889 millones de dólares, cerca del 4% del PIB. Según el Ministerio de Finanzas de Ucrania, los gastos de la guerra y los menores ingresos están dejando este año un déficit fiscal de 5.000 millones de dólares... ¡al mes! El agujero mensual es casi del tamaño del de todo el año pasado. Los economistas calculan que el déficit anual será de cerca de 50.000 millones, esto es, del 25% del PIB de 2021.

En este contexto se estima que los aplazamientos por el pago de la deuda permitiría un ahorro de unos 5.000 millones en dos años. Un cantidad claramente insuficiente. Tampoco ayudará mucho el acuerdo para la exportación de productos agrícolas. El gobernador del Banco Nacional de Ucrania, Kyrylo Shevchenko, estimó que podría proporcionar unos 5.000 millones de dólares a lo largo de 2023, tanto como el déficit mensual en las cuentas públicas.

Por otro lado, según las estimaciones de Reuters, desde que comenzó la guerra, el FMI, el Banco Mundial y los gobiernos occidentales se habrían comprometido a proporcionar 38.000 millones de dólares, aunque casi el 80% serán préstamos en lugar de ayuda.

Con la solvencia de Ucrania en entredicho no es extraño que la cotización de la deuda siga en mínimos, tras desplomarse más de un 80% al inicio de las hostilidades.

 

Txinak erositako AEBen zorra, azken 12 urteko minimoan

Zazpigarren hilabetez jarraian, txinatarren eskuetan dauden Estatu Batuetako bonuek behera egin zuten ekainean. AEBetako Altxor Departamentuaren arabera, Txinak 967.800 milioi dolarreraino murriztu zuen bere partaidetza, maiatzeko 980.000 milioi dolarren azpitik; orduan jaitsi zen bilioitik behera lehen aldiz. Hala eta guztiz ere, AEBetako bigarren zor-edukitzaile handiena izaten jarraitzen du, Japoniaren atzetik.

Oro har, atzerritarren eskuetan dagoen Estatu Batuetako zorraren batura apur bat igo zen ekainean, 7,43 bilioiraino (maiatzean baino 5.100 milioi gehiago, baina duela urtebete baino 88.100 milioi gutxiago). Jaitsieraren arrazoien artean, aktibo horiei balio hori kentzen dien interes-tasen igoera, inflazio handia eta AEBetako aurreikuspen ekonomiko txarrak aipatu dituzte adituek.

Edozein herrialdetako bonuen prezioak errendimenduaren kontrako norabidean mugitzen dira: zenbat eta errendimendu handiagoa, orduan eta prezio txikiagoa. Horregatik, AEBetako bonuaren errendimendua igotzen ari den honetan, ez da saltzeko une egokia; hobe da epemugara arte mantentzea. Beharbada, Txinako zorraren aldaketek zerikusia izango dute, besterik gabe, mugaeguneratutako bonuak ez direla bonu berriekin ordezten ari, baizik eta baliabide horiek beste aktibo mota batzuetan inbertitzen ari direla. Inbertsioak dibertsifikatzeak arriskuak minimizatzen ere laguntzen du, batez ere AEBekiko tentsio handiko une honetan. Nolanahi ere, Txinako adituek uste dute muturreko egoera batean bakarrik murriztuko litzatekeela zerora.