Una información aparecida en el satírico "Le Canard Enchaîné" sacaba a la luz un testimonio ante la Policía de la esposa de uno de los rostros más conocidos de la France Insoumise (FI), Adrien Quatennens.

Aunque la mujer del hasta el domingo coordinador general de la formación de izquierda presentó una queja expresa por esa publicación, la noticia se convirtió en una bola de nieve que obligaba finalmente al «número dos» de Jean-Luc Mélenchon a dimitir en una tarde de domingo.

En trámite de divorcio, la todavía pareja de Quatennens dio testimonio del maltrato a la Policía pero no ratificó la denuncia. Hasta la fecha tampoco la Fiscalía ha aclarado sus intenciones, aunque tiene potestad para actuar de oficio.

A través de un comunicado de dos folios, el joven parlamentario -que no ha anunciado si piensa ceder su acta- daba detalles de un convulso proceso de divorcio y reconocía expresamente haber abofeteado a su mujer, hace un año. También detallaba algún forcejeo en el contexto, según su expresión, de las discusiones acaloradas que han marcado el proceso de ruptura de la pareja.

En el comunicado el coordinador general de FI y uno de los nombre que sonaban para suceder a Mélenchon, reconocía «lo injustificable» de su actuación, aunque contextualizaba en distintos párrafos del texto la «situación dificil» ligada a un proceso de separación «doloroso», y pedía respeto hacia su familia, ya que la pareja tiene una hija de tres años de edad.

A la espera de que se dilucide si se abre causa judicial, la defensa de Adrien Quatennens ha solicitado que se evite «el juicio paralelo» y mostrado la disposición del diputado, a colaborar con la Justicia.

Reacción tardía y poco clara

Más allá de si prospera la vía judicial, la tardanza de La France Insoumise en tomar cartas en el asunto y una primera reacción, vía redes sociales, del propio Jean-Luc Mélenchon, en la que trasladaba su simpatía hacia su cercano colaborador, elogiando su valor al apartarse del cargo, sembraba un fuerte malestar en el seno de la formación insumisa.

Un segundo mensaje en el que bajaba al terreno personal, esta vez para aludir como «al ser ambos mis amigos» a los dos miembros de la pareja, no terminaba de arreglar el desaguisado.

Aclaraba así Jean-Luc Mélenchon que la muestra de afecto trasladada al dimitido «no quiere decir que sea indiferente con respecto a Céline», su esposa.

Esta mañana la eurodiputada de FI Manon Aubry solicitaba de manera expresa que se abra una investigación judicial. Y la ecologista Sandrine Rousseau, cuya formación forma parte como el PS o el PCF de la coalición de izquierdas Nupes, exigia a Quatennens que «se aparte de toda actividad política» y además reclamaba a su formación que lo sancionara.

Finalmente, el secretario general del PS, Olivier Faure, se daba por satisfecho con la decisión del excoordinador de FI de «hacerse a un lado» al entender que «es la única decisión coherente con lo que defendemos en relación a la violencia contra las mujeres».

Por su parte, el macronismo y la derecha no han perdido la oportunidad de atacar, vía redes sociales, a la Nueva Unión Popular y Ecologista (Nupes), recriminándole que no aplicara la misma vara de medir en el caso de Adrien Quatennens y en el de otros casos de violencia sexista, refiriéndose así sin citarlo a los escándalos que llevaron a salir del Gabinete al exministro de Solidaridad Damien Abad -que sigue ocupando su escaño en la Asamblea Nacional- y antes al ministro ecologista Nicolas Hulot, denunciados por acoso sexual y violación.

Por su parte, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, sigue en su cargo, pese a las denuncias de violación presentadas en su contra y que no han dado lugar a procesamiento judicial.