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Los abusos sexuales a estudiantes de escuelas religiosas en Israel son el doble

Las escuelas yeshivas de Israel duplican los casos de abusos sexuales que las escuelas seculares. Los datos se triplican cuando los agredidos son hombres, tanto en los centros privados como públicos.

Dos jóvenes ultraortodoxos, a las puertas de una yeshiva en la ciudad israelí de Bnei Brak.
Dos jóvenes ultraortodoxos, a las puertas de una yeshiva en la ciudad israelí de Bnei Brak. (Ilia YEFIMOVICH | DPA | EUROPA PRESS)

Los casos de abusos sexuales entre alumnos de escuelas religiosas judías, o yeshivas, de Israel, duplican a los registrados entre los estudiantes de centros seculares, según un informe del Movimiento Neemanei Torah Vaaodah, un grupo judío ortodoxo liberal.

De cada 1.000 estudiantes, 1,04 del sistema laico reciben algún tipo de tratamiento tras haber sido abusados sexualmente, mientras que la tasa asciende a 1,98 en las yeshivas haredíes o ultraortodoxas; y a 2,39 en el caso de las escuelas religiosas integradas en la red estatal, según las cifras que extraen de las estadísticas oficiales del Ministerio de Bienestar social.

Sin embargo, las estadísticas recogen las cifras de alumnos de cada tipo de escuela que ha sufrido abusos sexuales, lo que no implica necesariamente que el abuso se haya producido en el centro escolar, aclara el informe publicado en la prensa local.

Las cifras incluyen solo los casos denunciados, pero las cifras podrían ser mucho mayores, ya que en la comunidad haredí no suelen denunciarse este tipo de hechos, según advierte Shmuel Shattach, el director de la organización.

«Ninguno de los expertos con los que consultamos para este estudio se sorprendió con los resultados. Todos los profesionales que se ocupan de este tema dijeron que las cifras que encontramos generalmente reflejaban la realidad», indica Shattach sobre esa lacra, que se conoce pero sobre la que apenas se toman medidas.

La diferencia en los casos de abusos entre alumnos de escuelas seculares y religiosas es aún más pronunciada en los varones, siendo la tasa de abusos tres veces mayor en los estudiantes de yeshivas, tanto públicas como privadas.

La tasa de víctimas de abusos en niños de escuelas seculares es de 0,61 entre 1.000 estudiantes; frente a los 2,07 en yeshivas haredíes y 2,3 en escuelas religiosas públicas, donde el alumnado suele estar segregado por género.

«En los ambientes segregados por género, existe esa falsa sensación de seguridad. Los padres prestan menos atención y los niños no entienden ciertos conceptos. Un niño que creció en un sistema educativo religioso segregado por sexos, no es capaz de identificar un abuso como tal si lo está sufriendo», aclara Sattach.