Que el Real Madrid no te gane en las dos últimas visitas realizadas a su estadio no es algo que esté al alcance de cualquiera. Ni siquiera clubes de mucho tronío y poder económico como el PSG, Chelsea o Manchester City lograron el año pasado contener el empuje blanco, como sí lo hicieron los rojillos, incluso con uno menos en el tramo final.

En lo que se refiere al campeonato liguero, como la escuadra navarra, solo hay otros conjuntos que han conseguido sumar en el Bernabéu en las dos últimas ocasiones que se han desplazado al feudo merengue.

Se trata de Cádiz y Betis, con el añadido que los primeros incluso se permitieron el lujo de vencer a domicilio por estas mismas fechas en 2020. Los verdiblancos, por su parte, han encadenado sendas igualas sin goles.

En todo caso, lo que demuestra que Osasuna haya vuelto a puntuar en el Bernabéu por segunda vez consecutiva es que Jagoba Arrasate ha ido conformando un bloque cada vez más compacto y ordenado, con unos automatismos defensivos díficiles de superar, incluso para el campeón continental.

El técnico de Berriatua volvió a jugar al despiste en Tajonar durante las sesiones de entrenamiento de entre semana, al ensayar con una disposición táctica formada por tres centrales –así jugó el curso pasado– que finalmente no puso en práctica el domingo.

En esta ocasión, optó por acumular efectivos en la medular, repitiendo el trivote que fue titularísimo durante la 2021-22, lo que anuló cualquier posibilidad creativa del Real Madrid. Que Tchouameni y Ceballos fueran sustituidos prácticamente al inicio de la segunda parte no fue fruto de la casualidad.

Cuestión de personalidad

Ya lo dijo el preparador rojillo a la finalización del choque. «Creo que hemos mostrado personalidad y firmado un gran primer tiempo. Luego nos ha tocado defender y lo hemos hecho con orden, pero es verdad que en el último cuarto de hora, con un hombre menos, ha sido un poco a la heroica», reconoció.

Y es que el equipo sigue creciendo desde el punto de vista táctico y también en cuanto a mentalidad ganadora, cualquiera que sea el adversario que tenga enfrente. Incluso en las dos derrotas que ha cosechado hasta el momento, en ninguna de ambas Osasuna se ha visto claramente superado.

Esto no ha hecho más que empezar, pero que, después de siete jornadas disputadas, el cuadro navarro se encuentre instalado en la sexta posición, empatado a puntos con Real y Atlético, clubes que claramente tienen como objetivo prioritario jugar competición europea, dice mucho de la ambición de los rojillos y de su progresión en la máxima categoría.

Ahora toca refrendar el valioso punto cosechado en el Bernabéu este próximo viernes frente a un Valencia cuya tónica es la irregularidad y que logró in extremis este pasado fin de semana en el campo del Espanyol su primer punto fuera de casa gracias al enorme fallo del ex rojillo Álvaro Fernández.

Habrá una sensible baja para el duelo contra los ches, pues la roja que vio David García al empujar a Benzema le obligará al de Ibero a ver el partido desde la grada. Bien Aridane o bien Manu Sánchez –recolocando a Juan Cruz al central izquierdo– serán los más que probables reemplazos. A cambio, Arrasate recupera a Chimy Ávila para el ataque.