Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua
PREMIO NOBEL DE LITERATURA

El aborto de Annie Ernaux, la historia de todas

Una sala de cine con un público mayoritariamente femenino. Una película donde se une una historia de hace seis décadas con el presente. Un revolverse las tripas que da la clave del título: ‘El acontecimiento’, la versión cinematográfica de la novela de Annie Ernaux. Silencio tras la proyección.

Annie Ernaux en una imagen de 1984.
Annie Ernaux en una imagen de 1984. (Pierre GUILLAUD | AFP)

En octubre de 1963, Annie Ernaux es una veinteañera que estudiaba filosofía en Rouen y descubre que está embarazada. No quiere, ni puede, tenerlo, está sola y tiene muy claro lo que quiere hacer, aunque no cómo: el aborto está penalizado con prisión y multa. Solo le queda la opción de un aborto clandestino. Una dura experiencia por la que pone en riesgo su vida. Este es el argumento de la novela ‘El acontecimiento’ (2001), esta su historia.

En aquel octubre de 1963 yo era una cría de un año, pero curiosamente el mundo retratado por Annie Ernaux en ‘El acontecimiento’ se me hace tan lejano como si fuera la Edad Media. Pero no lo es, evidentemente. No ha pasado tanto tiempo desde entonces, mi vida, vaya, pero sí muchas cosas y algún importante avance. Que mujeres como Annie Ernaux escribieran novelas como esta, y me refiero a todo su corpus literario, ha servido para, uno, producir material para ir avanzando en la reflexión sobre la dominación masculina sobre las mujeres; dos, para servir de testimonio a fin de que las generaciones siguientes no olviden qué sucede si cejamos en la defensa de nuestros derechos.

Y una tercera y buena razón: para disfrutar de la escritura, del estilo conciso y directo, sin florituras, de Annie Ernaux quien, ya desde joven, sabía que lo que quería era escribir y no terminar siendo la parte sumisa de un matrimonio. Lo fue, se casó queremos decir, aunque ejerció la escritura como herramiento de resistencia y de lucha: escribiendo a escondidas hasta que todo aquello saltó por los aires.

Este 2022 aquel ‘El acontecimiento’ que Ernaux vivió en los 60 ha vuelto a ser actualidad, llevado a las salas de cine gracias a la versión de la novela realizada por la directora Audrey Diwan. La espita fue su lectura tras el aborto medicalizado al que Diwan se sometió hace tres años. El mismo dolor, distintas épocas, diferentes circunstancias y una experiencia, en el fondo, traumática. Y una misma reivindicación, la del aborto libre y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo.

‘El acontecimiento’ se llevó el León de Oro en el Festival de Venecia y ha arrasado en las salas. Una película necesaria, de esas que provoca una salida en silencio de la sala y un debate clarificador, y confesiones, a la salida.

La editorial Cabaret Voltaire está editando en castellano toda la obra de Annie Ernaux, publicando sus nuevos títulos así como recuperando los antiguos. Aparte de los nueve títulos ya publicados, el calendario previsto incluye ‘La ocupación’ (2002) que llegará a las librerías el próximo 26 de octubre y, en 2023, ‘Le jeune homme’ (2022), su último libro en el Estado francés.

En euskara también están traducidas cinco novelas suyas, entre las primordial ‘Emakume bat’ (‘Une femme’, editada en euskara por Txalaparta, traducción de Itziar de Blas Fdez. de Gamarras) y ‘Begira zenbat argi, maitea’ (editada por Igela, traducción de Xabier Aranburu).

La plataforma online Filmin acaba de anunciar también el estreno el 9 de enero del documental ‘The Super 8 Years’, la película en la que Ernaux y su hijo Davis Ernaux-Briot comparten sus grabaciones familiares filmadas entre 1972 y 1981. Ernaux y su hijo bajaron la caja de cartón del altillo y le dieron forma de película, con la voz en of en la que la escritora narra episodios de su vida. Destaca la ausencia del que fue su marido, el ya fallecido Philippe Ernaux, autor de las imágenes recopiladas en el filme.

«El tiempo es, en efecto, lo más importante para mí. El tiempo que vivimos, el tiempo que pasamos, el tiempo del que nos arrepentimos. Por eso era importante que las imágenes desfilaran en orden cronológico, lo cual también me restaba cierta libertad respecto a la escritura. Normalmente, manda mi memoria, y aquí eran las imágenes las que suscitaban el trabajo de memoria. La forma venía impuesta por las imágenes. Aunque está claro que también tenía una gran libertad de interpretación», ha explicado Ernaux.