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Pueblos originarios celebran su día nacional en EEUU con temor a que sus lenguas desaparezcan

Los indígenas lakota, shinnecock, narrangansett y wampanoag están conmemorando estos días en EEUU el Día de los Pueblos Originarios. Pero en pleno revisionismo del «descubrimiento» de América, se suma una nueva angustia: el peligro real de que sus lenguas ancestrales desaparezcan.

Un indígena sopla una caracola durante la oración de los cuatro vientos en el Día de los Pueblos Originarios en Newton, Massachusetts.
Un indígena sopla una caracola durante la oración de los cuatro vientos en el Día de los Pueblos Originarios en Newton, Massachusetts. (Joseph PREZIOSO | AFP)

Instituido como festivo nacional el año pasado año por el presidente estadounidense, Joe Biden, el Día de los Pueblos Originarios se celebra el lunes anterior al 12 de octubre.

En una playa de la Isla Randall, en medio del East River, entre Manhattan y Queens, miembros de la nación shinnecock se congregaron el lunes al alba. En Massachusetts, representantes de varios pueblos de EEUU y del Caribe llegaron hasta Newton, no lejos de donde la nación wampanoag recibió en 1620 a los primeros peregrinos ingleses.

Según el censo, EEUU tiene 6,8 millones de personas que se declaran indígenas, el 2% de la población total.

Después de que sus ancestros fueron diezmados por siglos de colonización, las nuevas generaciones muestran la angustia de ver sus idiomas desaparecer fagocitados a una velocidad extraordinaria por el inglés y el español.

«Invasión del siglo XXI»

«Es la invasión del siglo XXI», dice Anthony Sean Stanton, de 64 años, jefe de la tribu narragansett, quien insta «a todos los pueblos indígenas a que defiendan lo que tienen porque una vez que (el idioma) se pierde, se pierde para siempre».

En el oeste del país, los lakota, tribu de la nación sioux que históricamente ha vivido en Dakota del Norte y del Sur, temen que con el tiempo se pierda su idioma. De los 5.000 que lo hablaban hace 20 años, ahora solo lo conservan 1.500, dicen a AFP los lingüistas Wilhem Meya y Travis Condon.

«Para los lakota y la mayoría de las comunidades (indígenas) en EEUU, la transmisión de la lengua se detuvo a mediados de los años 1980. Una persona nacida después ha tenido como primera lengua el inglés», explica Meya, presidente de The Language Conservancy (TLC), una organización radicada en Indiana que lucha por preservar miles de idiomas en el mundo.

«Cuando una lengua no se desarrolla, no se habla (...) empieza a declinar porque otros usuarios no la hablan», señala este experto que lucha para evitar el «desmoronamiento completo de los idiomas autóctonos en América del Norte».

Jorge Baracutei Estévez, de 62 años y de origen taíno, una comunidad implantada en el Caribe, sabe bien qué significa que desparezca una lengua.

«En nuestro caso, perdimos nuestro idioma hace tiempo, la mayoría de lo que se preservó fue a través del español», asegura. «Nuestro mayor desafío es hacer que el mundo vea que estamos aquí, lo que debería estar seguido, evidentemente, de cómo recuperar nuestra lengua"», agrega. Para ello, ha escrito un libro en lengua taína, un idioma que, según él, fue una forma de «resistencia a la colonización».

200 idiomas extinguidos

Según el TLC, de «las 7.000 lenguas que todavía se hablan en el mundo, unas 2.900 están en peligro. A este ritmo, cerca del 90% de todas las lenguas habrán desaparecido en los próximos cien años».

Y los idiomas indígenas «se apagan a un ritmo todavía más rápido, con más de 200 ya extinguidos» de los entre 400 y 500 que se llegaron a hablar desde el Atlántico al Pacífico, antes de la colonización europea.

Para frenar esta pérdida, hay que «enseñar las lenguas indígenas en las escuelas, como «autorizó el gobierno federal a partir de los años 1970», dice Meya. También aboga por «escribir diccionarios, apoyar la formación de los profesores, desarrollar material pedagógico, traducir dibujos animados y películas documentales (...) todo lo que puede llegar a los jóvenes sedientos de aprender el idioma» de sus ancestros.

Meya recuerda que «el Gobierno federal ha necesitado cien años y millones de dólares para erradicar las lenguas autóctonas a través al sistema escolar». Ahora «necesitará los mismos recursos para revivir estas lenguas indígenas en América del Norte. Es mucho más difícil crear que destruir», advierte.

La resistencia de las más de 175 lenguas indígenas en Brasil

El mismo peligro corren las más de 175 lenguas indígenas que han esistido en los últimos siglos al peso de la colonización y el dominio del portugués en Brasil, un país en el que conviven más de 300 etnias cuyo inmenso patrimonio es exaltado en una exposición inaugurada hoy en Sao Paulo.

La muestra "Nhe'e Porã: Memoria y Transformación" marca el inicio de la Década Internacional de las Lenguas Indígenas de Brasil (2022-2032), una cita promovida por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que resalta el valor cultural de los pueblos originarios.

«Nhe'e Porã» (bellas palabras, en portugués) rescata la historia, memoria e identidad de los pueblos originarios, haciendo énfasis en su trayectoria de lucha y resistencia a lo largo de los siglos.

«Durante la invasión, las lenguas europeas de los colonizadores se impusieron a través de prácticas de violencia física, de amenazas de muerte, de tortura y de prohibición», explica en una entrevista a Efe la comisaria indígena Daiara Tukao.

Una mujer de la tribu pataxo camina por un bosque en Río de Janeiro. (Carl DE SOUZA/AFP)
Una mujer de la tribu pataxo camina por un bosque en Río de Janeiro. (Carl DE SOUZA/AFP)

«Nheegatu»: La lengua general de los indígenas

La muestra ahonda en la riqueza de las lenguas indígenas y en la opresión a la que se vieron sometidas.

Durante el inicio de la colonización, resalta Tukao, los portugueses percibieron que una lengua, el «tupi», destacaba entre las demás por su uso era generalizado en la costa brasileña.

El «tupi» se convirtió entonces en un instrumento central para la evangelización de los indígenas y la ocupación de los territorios de los pueblos originarios.

Con el paso de los años, el «tupi-guaraní» fue transformándose, dando origen a las llamadas «lenguas generales paulista y amazónica» («nheegatu»), que durante los primeros tres siglos de colonización fueron las más usadas entre los indígenas de diferentes etnias de la región.

Pese a haber sido usada inicialmente por los colonizadores, principalmente los misioneros, el idioma acabó siendo perseguido y prohibido por los portugueses.

«Cada lengua es un universo, es un sistema de pensamiento. No podemos permitir que nuestra cosmovisión y ciencias sea disminuida y borrada por ese único pensamiento occidental que se impone», agrega la comisaria.

La biblioteca virtual de los xikrin

La exposición recoge también, entre numerosos obketos, algunas piezas cedidas por la nonagenaria antropológa Lux Boelitz Vidal, entre ellas, algunas maracas de la etnia karipuna, originaria del estado de Amapá, fronterizo con la Guayana Francesa.

Considerado uno de los grandes nombres de la antropología brasileña, Boelitz centró sus estudios etnográficos en los indígenas xikrin do Cateté, en el sudoeste del estado de Pará, hoy en día amenazados por madereros e invasores de tierra.

La antropóloga, de 94 años, pasó largos periodos de su vida con las tribus xikrin, en los que recopiló fotografías, canciones, historias y retales de su milenaria cultura.

Durante sus tres décadas de investigación, Boelitz también estudió y detalló los grafismos y pinturas corporales usadas por la etnia, lo que acabó convirtiéndose en una de sus mayores contribuciones para la antropología brasileña.

Fue poco antes de la pandemia, tras un deseo de los propios xikrin, cuando surgió la idea de crear una biblioteca virtual que reuniese todo el conocimiento recabado por la antropóloga en las últimas décadas.

Con la ayuda de un pequeño equipo, Boelitz digitalizó todo su archivo, incluídas más de 100 horas de grabaciones de música, historias y mitos que quedan ahora a disposición de las nuevas generaciones de los xikrin, cuyas aldeas cuentan con acceso a internet.