Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión
Elkarrizketa
Ángel Unzueta
Dibujante de cómics e ilustrador

«‘Historias de Ulis’ fue un reto que derivó en mi obra más personal»

Nacido en Ordizia en 1969, el dibujante de cómics e ilustrador Ángel Unzueta ha participado en el imaginario de viñetas de ‘Star Wars’ y en editoriales como DC y Marvel. Ahora, el artista vasco ha abordado una propuesta muy diferente y muy personal titulada ‘Historias de Ulis. La estrella’.

El artista vasco Ángel Unzueta en su estudio de Zarautz.
El artista vasco Ángel Unzueta en su estudio de Zarautz. (Gorka Rubio | FOKU)

Darth Vader y varios Stormtroopers nos vigilan mientras accedemos al territorio creativo de Ángel Unzueta en Zarautz. Sin perder de vista al Lord Oscuro de los Sith, topamos de bruces con los imaginarios de Marvel y DC, criaturas a las que este artista vasco ha dotado de forma en viñetas que lo han convertido en uno de los grandes dibujantes del panorama internacional.

Su sonrisa contrasta con la cara de pocos amigos con la que nos recibe Hulk y el eterno vigilante de Gotham City, Batman.

Rodeado de cómics, figuras, ordenadores y pantallas sobre las que plasma viñetas, Unzueta deja un margen para el eterno lápiz y papel. «Fui un pionero a nivel estatal –nos dice– a la hora de apostar por las nuevas tecnologías en la creación de un cómic, pero siempre recuerdo a la gente que empieza en esto que es fundamental hacer mano a la vieja usanza. Me encanta el olor del papel y plasmar dibujos con lápices. Mantienen un encanto muy especial», explicó.

Unzueta se ha encargado del desarrollo de personajes de DC como ‘Flash’, ‘Linterna Verde’ o ‘Wonder Woman’', entre otros muchos. También ha recorrido las galaxias de ‘Star Wars’, haciendo especial hincapié en la serie ‘Poe Dameron’ y en su periplo en Marvel ha legado su trazo en la fisonomía de diferentes superhéroes como ‘Lobezno’, ‘Capitán América’ y, sobre todo ‘Iron Man’, de quien ha sido su responsable hasta fechas no muy lejanas.

«Ahora –nos revela– te lo puedo confirmar porque el otro día se anunció en Comic Con de Nueva York, que me han encargado el desarrollo de una ambiciosa serie de la editorial IDW. Se trata de una saga de ‘Star Trek’ muy potente. Para el año que viene se ha apostado muy fuerte por el relanzamiento de la franquicia y me embarcaré en esta serie durante todo el año».

No obstante y dejando a un lado su prestigio en las grandes compañías estadounidenses dedicadas al cómic, Unzueta apostó por firmar un proyecto diametralmente opuesto y muy personal, la novela gráfica ‘Historias de Ulis. La estrella’.

​¿Cómo surgió ‘Historias de Ulis. La estrella’?

De algo tan imprevisto como un sueño. de esos que aparecen para no despegarse de ti. Recuerdo que en cuanto desperté, apunté en un papel algunas cosas que se me quedaron muy grabadas. Aquel papel quedó en un rincón, tal vez aguardando a que lo retomara con el paso del tiempo. Llegó ese momento y cuando volví a centrarme en aquellas notas, el esbozo de ese sueño comenzó a cobrar forma de manera inmediata y vertiginosa. Me compré en un cuaderno, saqué punta a un lápiz acuarelable de tono sepia y emprendí la tarea de dar forma y sentido a aquel sueño. Para mí fue una experiencia nueva, algo mágico. La historia fluyó de manera inmediata.

​En este punto, Unzueta muestra aquel primer cuaderno. Tanto la novela gráfica como el original son idénticos. La novela gráfica publicada y el original no difieren en nada. ¿No hubo cambios en todo el proceso?

No hubo cambio alguno. Se publicó tal y como lo hice en este cuaderno. No hay base de lápiz, el diseño de los personajes lo tenía muy claro, el desarrollo de su historia, diálogos, la estructura de las viñetas... Jamás había hecho algo parecido. Mientras lo dibujaba imprimí el ritmo que creí conveniente, no hay apenas un momento para la pausa, pero sí para la reflexión. Si te fijas sacrifiqué mucho el detalle en el trazo del dibujo porque quería mantener esa sensación de esbozo y fluidez que aportan naturalidad. No es como cuando trabajo con Marvel u otras editoriales que requieren de mayor detalle en el dibujo. Creo que en las intenciones de ‘Historias de Ulis’ también predomina ese reto que se pone el creador cuando afronta un proyecto tan íntimo y personal como este.

En este imaginario de pequeños ratones que deben vivir ocultos y gatos que siempre acechan, asoma la tragedia de las adicciones. Topamos con una historia de gran vigor, que requiere de su protagonista todo su esfuerzo para mantener a salvo a su familia y que, un buen día, topa con una estrella que le seducirá para siempre.

Confluyen todas las etapas que conlleva una adicción, da igual la que sea. Hay un momento para el vigor, la reflexión, el agotamiento, la redención, el retorno al infierno y ese anhelo por superarlo que en muchas ocasiones, nunca llega a buen puerto. La estrella simboliza esa seducción momentánea que ofrece al protagonista un momento íntimo suyo, requerirá de él toda su atención y ello provocará los consabidos desajustes, tanto en él como en su entorno. Cuando diferentes profesionales leyeron la obra, fueron coincidentes en señalar que todas estas fases estaban muy bien representadas.

​Llama la atención el diseño de los personajes. Son antropomórficos y ello puede provocar en el lector que estemos ante una narración infantil. No obstante, y en lo relativo a su historia, esta tiene un poso dramático brutal.

Esta elección fue muy meditada y tiene como objetivo fortalecer el contraste de la propia historia. En este sentido, creo que mi mayor decepción con este proyecto viene de la elección que ha hecho la editorial de venderla como una especie de cuento para niños. Ha sido mal posicionada. Ha sido promocionada como una historia para que los niños la lean con los adultos, y es justo al revés. Es una historia de adultos para ser leída junto a los niños.

​También es una historia que contiene una fuerte carga simbólica. Una estrella, ratones que se disfrazan de ratones y gatos y aves rapaces que siempre acechan al pequeño microcosmo de los protagonistas.

Es que es algo que nos ha solido ocurrir en alguna ocasión durante nuestra vida, cuando tendemos a disfrazarnos de nosotros mismos. Los peligros siempre están ahí, da igual la forma que tengan. Todo ello lo envolví en un espacio cotidiano que a ratos es hermoso y en otros resulta inquietante y terrible.

​¿‘La estrella’ supone la primera entrega de una saga que tiene en mente?

Cuando la historia comenzó a cobrar forma, tuve presente que era posible el tratamiento de diferentes temáticas en un mismo contexto fantástico. Es un imaginario que daba para mucho, un pequeño mundo de criaturas fantásticas azotado por diferentes cuestiones que nos son muy cercanas al ser humano. Esta primera entrega está dedicada a las adicciones pero otros temas, como la violencia machista o el bullying, entre otros muchos, también merecen su pequeño capítulo en esta saga de Ulis. En realidad, tenía pensado escenificar la siguiente entrega en la campiña francesa, durante la primera guerra mundial pero es algo que aparcaré de momento y a tenor de la respuesta que vaya teniendo ‘La estrella’. Por el momento ya estoy inmerso en los desarrollos de la nueva serie de cómics que se escenificarán en el universo de ‘Star Trek’.

​Al contrario del resto de su faceta creativa, esta vez todo dependió de usted.

Así es. En mi trabajo con DC y Marvel me llegan los guiones de escritores con los que, en la mayoría de las ocasiones, no tengo un trato directo. Sus guiones cuentan con infinidad de detalles y anexos, a los que tan solo tengo que aplicar mi dibujo siguiendo sus pautas. Sí que es verdad que, de vez en cuando, incluyo algunos cambios, sobre todo en lo relativo a la dinámica o estructura de las viñetas porque la mayoría de los guionistas actuales provienen del medio audiovisual y tienden a confundir el lenguaje cinematográfico con el del cómic, que a pesar de sus similitudes aparentes, es muy diferente. En lo relativo a ‘Historias de Ulis’, lo cierto es que me he encontrado muy cómodo y libre de expresarme como yo quería. La responsabilidad de marcar las pautas y desarrollos de la trama, el trazo del dibujo o la estructura de las páginas tan solo han dependido de mi criterio. Ha sido una experiencia compleja, muy intensa pero también muy satisfactoria.