
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha pedido este miércoles noche (madrugada del jueves en Euskal Herria) a los camioneros que aún bloquean carreteras en protesta contra la victoria electoral de Luiz Inácio Lula da Silva que depongan sus manifestaciones y respeten «el derecho de ir y venir».
En un video divulgado en sus redes sociales, Bolsonaro evitó criticar otras protestas, como las ocurridas este mismo miércoles a las puertas de decenas de cuarteles del país y en las que sus simpatizantes exigieron una «intervención militar» que impida la investidura de Lula, prevista para el próximo 1 de enero.
«Liberen las carreteras», pidió el líder de la ultraderecha, quien acotó que el movimiento que le respalda no puede «perder su legitimidad».
Matizó al mismo tiempo que «otras manifestaciones que está habiendo en todo Brasil, en las plazas, son parte del juego democrático».
En alusión a su derrota en las urnas, declaró que está «triste y rabioso», pero afirmó que es «necesario mantener la cabeza en su lugar"»
Los bloqueos en las carreteras por parte de camioneros de la ultraderecha que apoya a Bolsonaro comenzaron la madrugada del pasado lunes, unas horas después de que se confirmase la victoria de Lula en las elecciones, por una diferencia de escasos 1,8 puntos.
El movimiento perdió fuerza este miércoles, un día después de que el mandatario reconoció su derrota (aunque no explícitamente) en una visita al Supremo, tras 44 horas de silencio, y determinó la apertura del proceso de transición con el equipo de Lula, previsto para este jueves.
Según las últimas informaciones de la Policía de Carreteras, aún había un centenar de puntos de protestas de camioneros en 15 de los 27 estados del país, aunque en su mayoría eran bloqueos «parciales», que obstaculizaban pero no impedían el tránsito de vehículos.
A los cuarteles
Las dudas sobre la actitud real de Bolsonaro persisten sin embargo, dado que están disminuyendo los bloqueos de carreteras pero aumentando las concentraciones ante cuarteles para reclamar una intervención del Ejército, que tiene antecedentes conocidos en Brasil.
Las mayores concentraciones este miércoles tarde y noche fueron en Río de Janeiro y en Sao Paulo, y en ambos casos en las sedes de los comandos regionales del Ejército, al igual que ocurrió en Brasilia, aunque con un menor número de personas.
La consigna en todos los casos fue la misma: «Intervención federal», aludiendo al artículo 34 de la Constitución nacional, que en uno de sus puntos dice que el Gobierno central puede intervenir, si fuera necesario y por los medios posibles, para garantizar la «forma republicana, el sistema representativo y el régimen democrático».
La excusa, según carteles mostrados por los manifestantes, fue también la misma y es que un Gobierno de Lula llevará a Brasil al comunismo e implantará un régimen similar al que viven países como Venezuela o Nicaragua, citados en muchas pancartas y fiel al discurso de Bolsonaro en su campaña electoral.
También han denunciado un supuesto fraude, una hipótesis que ha sido negada por la justicia electoral y todos los partidos y las instituciones, que han reconocido la victoria de Lula, al igual que cientos de gobiernos extranjeros.

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