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Víctimas y excombatientes de las FARC, unidos por primera vez en una fundación

Víctimas y exguerrilleros de las FARC-EP presentaron este jueves en Bogotá la Fundación Renacer para Vivir en Paz (Revipaz), una organización que tiene por objeto unir a ambas partes a través del desarrollo de programas productivos.

Mural realizado en el centro de Bogotá con motivo del aniversario de los acuerdos de paz.
Mural realizado en el centro de Bogotá con motivo del aniversario de los acuerdos de paz. (Juan BARRETO | FOKU)

Miembros de las FARC-EP, entre ellos su último comandante en jefe Rodrigo Londoño, conocido en tiempo de guerra por el alias de «Timochenko», junto con siete víctimas del conflicto armado, presentaron este jueves en Bogotá la primera organización que los une a través del desarrollo de programas productivos.

«Con esta hermandad, a partir del dolor y de la responsabilidad, vamos a demostrarle al mundo que sí se puede construir paz y que los conflictos se pueden resolver a partir del diálogo», aseguró el exguerrillero Pastor Alape durante el lanzamiento de la Fundación Renacer para Vivir en Paz (Revipaz).

La presentación de esta fundación, de la que también forman parte Julián Gallo, senador por el partido Comunes, y Jaime Alberto Parra, coincide con el sexto aniversario de la firma del acuerdo de paz de las FARC con el entonces presidente Juan Manuel Santos, que puso fin a más de cinco décadas de conflicto armado.

Integrar a ambas partes

Víctima de un secuestro por parte de las FARC que se extendió a lo largo de ocho meses, el representante de Revipaz Sergio Cobos, avanzó que pretenden poner en marcha proyectos piloto, como la creación de un proyecto ecoturístico en la Laguna de San Diego, en el departamento de Caldas, combinando la siembra y la mejora de caminos que, a su vez, ofrezcan una alternativa económica para los habitantes de la zona.

«El fin de que nos entrelacemos y unamos en un mismo esfuerzo es mejorar la calidad de vida de aquellas personas que sufrieron un hecho victimizante y la de aquellos comparecientes o excombatientes que necesitan rehacer su vida», explicó Cobos a Efe.

Por su parte, Hector Mahecha, otra de las víctimas de secuestro de la guerrilla, agregó que el sentido de esta fundación es también promover el reconocimiento de aquellas víctimas del conflicto que «no tienen ni voz ni nada que poder aportar porque han sido abandonadas».

«Yo tengo 60 años. Nací con la guerra y he vivido con la guerra, pero no quiero vivir en guerra, quiero vivir en paz», sentenció Mahecha.

Entender el dolor de las víctimas

Seis años después de la firma del acuerdo en el Teatro Colón de Bogotá, Gallo definió este momento como un «acierto» que sirvió para enviar al mundo el mensaje de que «no es por la vía de la justicia punitiva que una sociedad puede transitar hacia una verdadera paz y hacia la reconciliación».

Durante el acto, Gallo no perdió la oportunidad de «inclinarse ante las víctimas» para agradecerles la «lección de humanismo y generosidad» a la hora de invitar a quienes les produjeron «tanto dolor» a formar parte del proyecto.

A este respecto, el también compareciente, Pablo Catatumbo reivindicó la importancia de los encuentros que exguerrilleros y víctimas han mantenido a lo largo de este sexenio como un motor de transformación que atraviesa a una sociedad colombiana que «empieza a entender que es mejor vivir en paz que vivir en guerra».

«Nos hemos transformado entendiendo el dolor. Ver el rostro en vivo de la gente que pasó por tragedias que ocurrieron en este desastre que fue la guerra en Colombia nos ha hecho mejores seres humanos», concluyó el exguerrillero.