Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Juncal Ballestín y Artium: cómo tejer una historia del arte más feminista

En 2019, un análisis de la colección de Artium confirmó la escasa presencia de artistas mujeres entre sus fondos: un exiguo 20,8%. Un toque de atención al que siguió un cambio radical en la línea estratégica, con una apuesta por la visibilización e inclusión de las artistas y teóricas. 

Retrato de Juncal Ballestín (1953-2015).
Retrato de Juncal Ballestín (1953-2015). (ALBERTO ARETA MARTÍNEZ DE MARAÑÓN | ARTIUM)

«Descripción física: 5 cajas de archivo, 1 caja de fotografías, documentos en planero», se puede leer en la ficha sobre Juncal Ballestín (Gasteiz, 1953-2015) disponible en el Centro de Investigación y Documentación de Artistas Vascas, Prácticas Artísticas y Teorías del Arte Feministas de Artium Museoa, el museo de arte contemporáneo ubicado en Gasteiz.

Las cajas incluyen bocetos originales, textos y ‘pensamientos’, cartas, fotografías o proyectos escenográficos, aunque esto es solo la punta del iceberg, porque todavía queda por digitalizar y clasificar otro segundo bloque de documentos llegados en julio pasado. Son más de un centenar los que componen el archivo recibido en donación, en 2021, por el museo por la ONG Anesvad, heredera del legado de Juncal Ballestín.

«La desigual colección de obras de artistas contemporáneas, la no conservación de sus archivos y la no exposición de sus trabajos continúan ese proceso de inclusión histórica fracasada», escribe la historiadora de arte británica Griselda Pollock.

Con una trayectoria vital marcada por su compromiso feminista, la mujer que nos mira con rostro entre travieso y tímido en la fotografía que sirve para ilustrar la convocatoria de la beca que lleva su nombre fue «una artista interdisciplinar que trabajó en numerosos campos artísticos a lo largo de su vida y desarrolló una obra que se caracteriza por la pluralidad de materiales, medios y técnicas empleados: pintura, dibujo, instalación, vídeo, obra gráfica», se lee en su ficha.

Más datos: «Alejada de los circuitos habituales del arte, Juncal Ballestín ha cimentado su trabajo alrededor de la lentitud y la contemplación». Ahí se entiende todo. Otra forma de crear, otra forma de ver la vida y el arte. Su legado, que sigue en estudio –el centro prevé publicar un catálogo de su obra en 2023– sirve también de punto de partida para la beca que lleva su nombre y que este año llega a su segunda edición.

Con fecha límite de presentación de solicitudes hasta el 30 de enero, se busca seleccionar un proyecto de investigación que, dice la convocatoria, «aporte contenido significativo a la historiografía del arte feminista tanto en el contexto vasco como en el internacional y/o que estudie la producción de mujeres artistas y pensadoras vinculadas a la programación del museo y su Colección».

 

Traducción al inglés

«Se presentaron 24 propuestas y la primera beca la ganó la investigadora y editora Leah Whitman-Salkin. Nacida en Alaska, desarrolla un proyecto editorial llamado “Montana”, donde edita una serie de libros enfocados a la traducción, la ficción, la poesía y el ensayo social y literario, con un especial compromiso con mujeres escritoras de todo el mundo», explica Elena Roseras, responsable de Biblioteca y Documentación en Artium.

«Estuvo en Gasteiz este verano tres meses recopilando información, hablando con las autoras y ahora está realizando el último informe», añade. Su trabajo de investigación está enfocado ahora al objetivo final de realizar un proyecto de traducción al inglés de una obra de una autora vinculada a Euskal Herria.

¿Para cuándo? «Esperamos tener resultados para principios de año», responde Elena Roseras. Junto a su equipo, Roaeras se encarga de toda la parte documental y de biblioteca de Artium y también del pionero Centro de Investigación de Artistas Vascas, que lleva un escaso año en funcionamiento.

Tienen muchos ‘frentes’ abiertos. «En realidad, abrimos en marzo pasado. El centro está compuesto con un espacio físico, en el que se pueden realizar consultas, y otro virtual, que estamos completándolo continuamente», añade. Están ‘alimentando’ sin parar las bases de datos organizando, catalogando, digitalizando y, lo que también es importante, haciendo toda esta información pueda ser accesible a los investigadores y el público.

El Centro de Investigación y Documentación de Artistas Vascas. Prácticas Artísticas y Teóricas del Arte Feministas, inaugurado en marzo pasado, tiene un espacio físico –una sala de investigación y consulta– y otro online, en constante crecimiento.

De Esther Ferrer a Juana Cima

«Por ejemplo, y yo creo que es importante, si haces la búsqueda sobre Esther Ferrer [artista donostiarra afincada en París, una de las grandes de las performances] encontrarás todo lo que hay sobre ella: qué obras tiene, qué libros tenemos sobre ella, la información que ha salido en prensa y las revistas que hay en nuestros archivos. Para los investigadores puede ser muy importante todo esto –añade–. Acabamos de empezar, pero ya nos está pasando que están viniendo artistas y que les está gustando lo que ven. Por ejemplo, Juana Cima [pintora vasca nacida en Cuba en 1951, de larga trayectoria], cuando vio lo que estábamos haciendo, decidió ceder también sus fondos [son siete cajas] porque, dijo, si no se perderán y aquí estarán accesibles a quien quiera».

Se clasifica y se digitalizan las actividades y exposiciones de Artium, por supuesto, pero también hay otras vías de entrada de información para el futuro: las donaciones de los propios artistas, la bibliografía recomendada por teóricas (cada tres meses, una invitada hace diez recomendaciones que se incorporan luego a la biblioteca)...

«Yo pienso que es importante hacerlo para el futuro, porque cambiarán los programas informáticos, pero para entonces nosotros tendremos todo ya organizado», añade Elena Roseras.

Los datos

Para hacernos una idea real sobre la masculinización del arte, también del vasco –según la historia oficial parece que en ciertas épocas no hubo más que hombres artistas– le pedimos datos. En la colección de arte del museo Artium, de los 1.328 artistas representados, 905 son hombres, 279 mujeres y 144 de género no definido.

Respecto a los fondos bibliográficos y documentales, Artium cuenta con 120.892 fondos catalogados, de los que los dedicados al feminismo son 478. Número de archivos documentales sobre Juncal Ballestín: 154 exactamente.

«Respecto a los porcentajes, en estos tres años han cambiado radicalmente. Lo que pretendemos es dar relevancia al trabajo de las artistas contemporáneas, y acabar con esta invisibilización», puntualiza Elena Roseras.

Esta mujer empieza a explicar proyectos y no termina. Ahora, nos avanza, tienen entre manos la organización y digitalización de la obra de Nestor Basterretxea, tras el acuerdo alcanzado con la familia.