Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

‘El estrangulador de Boston’; reivindicando a las periodistas Loretta McLaughlin y Jean Cole

Keira Knightley y Carrie Coon son las protagonistas de la nueva versión de ‘El estrangulador de Bostón’, una visión diferente a la que aportó el clásico del 68 y que tiene como objetivo destacar el papel que tuvieron las periodistas Loretta McLaughlin y Jean Cole en la captura del asesino en serie.

Keira Knightley y Carrie Coon encarnan a las periodistas  McLaughlin y Cole.
Keira Knightley y Carrie Coon encarnan a las periodistas McLaughlin y Cole. (THE WALT DISNEY COMPANY)

El obituario de Loretta McLaughlin que publicó el diario ‘Boston Globe’ el 23 de noviembre de 2018, subrayó el papel decisivo que tuvo la periodista en la captura del asesino en serie apodado ‘El estrangulador de Bostón’.

A través de sus artículos, McLaughlin –respaldada por su compañera de redacción Jean Cole– puso de manifiesto la errática investigación que estaba realizando la policía y fue gracias a la investigación que realizaron ambas y por su cuenta, lo que permitió encontrar el nexo común en la sucesión de los crímenes cometidos por el asesino.

McLaughlin y Cole no solo afrontaron el estudio del caso, sino que tuvieron que hacer frente al contexto machista de la época, los años 60, y el desprecio constante al que eran sometidas por parte de los diferentes estamentos dirigidos por hombres.

Entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964, 13 mujeres solteras entre 19 y 85 años de edad fueron asesinadas en el área de Boston; sus asesinatos fueron atribuidos al criminal bautizado con el nombre de ‘El Estrangulador de Boston’.

La mayoría de las mujeres fueron agredidas sexualmente en sus apartamentos, luego estranguladas con prendas de su propia ropa. La víctima más anciana murió de un ataque al corazón. Otras dos fueron apuñaladas hasta la muerte, una de ellas también fue golpeada.

Sin señales de haber forzado la entrada en sus viviendas, se asumió que las mujeres conocían a su asesino o lo dejaron entrar voluntariamente en sus casas. La policía no estaba convencida de que todos estos asesinatos fuesen obra de un solo individuo, especialmente debido a la gran diferencia de edad entre las víctimas; sin embargo, la mayoría de la gente, gracias a los artículos que publicaron Loretta McLaughlin y Jean Cole, creía que los crímenes habían sido cometidos por una sola persona.

Tras su detención, Albert DeSalvo –así se llamaba el criminal– fue sentenciado a cadena perpetua en 1967. En febrero del mismo año, escapó con dos compañeros de prisión del Bridgewater State Hospital, lo que provocó una persecución a gran escala. Se encontró una nota en su cama dirigida al superintendente. En ella, DeSalvo afirmaba que había escapado para centrar la atención sobre las condiciones en el hospital y su propia situación.

Tres días después de la fuga, llamó a su abogado para entregarse. Su abogado envió a la policía para que lo arrestasen nuevamente en Lynn, Massachusetts.​ Tras la fuga, fue trasladado a la prisión de máxima seguridad, conocida en aquella época como Walpole, donde más tarde se retractó de sus confesiones como el Estrangulador.

El 25 de noviembre de 1973, fue encontrado muerto apuñalado en la enfermería de la prisión y su caso se vio envuelto en una controversia relativa a quién lo asesinó y si, en realidad, él no fue el estrangulador.

Dos versiones muy diferentes

Keira Knightley y Carrie Coon son las actrices encargadas de meterse en la piel de Loretta McLaughlin y Jean Cole en una película que detalla sobre todo la lucha de ambas periodistas dentro de un entorno social y laboral hostil hacia ellas.

La dirección del filme corrió a cargo de Matt Ruskin y el reparto se completó con Alessandro Nivola, David Dastmalchian, Chris Cooper y Rory Cochrane.

En 1968, Richard Fleischer dirigió ‘El estrangulador de Bostón’, una visión diferente a la que podremos ver en la pantalla a partir del próximo 23 de marzo y en la que Tony Curtis encarnó al criminal. Henry Fonda y George Kennedy coprotagonizaron esta versión en la que se obvió por completo la investigación de las periodistas y se centró en la implacable cacería del asesino en serie.