Contra viento y marea. Después de dos años de parón por la pandemia, no hay temporal que frene a los y las donostiarras en sus ganas de celebrar San Sebastián, sin lugar a dudas su fiesta más querida, aquella que llega hasta el último recoveco, hasta los barrios más alejados del centro y fronterizos con las localidades vecinas.
El anuncio de frío y lluvia tampoco es que pille de sorpresa, no sería la primera vez. Por algo estamos en enero. En estas circunstancias, la ropa térmica y la petaca para calentar el estómago son complementos tan imprescindibles como los palillos o el gorro de cocinero.
Lo que estará en el filo de la navaja hasta el último momento será la tamborrada infantil. Si el agua arrecia se aplazará hasta el domingo.
Son 24 horas que duran mucho más. Y ello sin hablar de los ensayos que arrancaron hace semanas. Porque el programa oficial arranca la víspera con la entrega de las medallas al mérito ciudadanos. Este año se reconoce la labor de dos colectivos –el coro Easo y la Asociación Guipuzcoana de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental (Agifes)– y tres personas a título individual: la historiadora Lola Horcajo; el médico neurólogo y divulgador Gurutz Linazasoro; y Maite Sabadell, impulsora de diversas iniciativas y en especial por su aportación al Carnaval.
Pero el plato fuerte ha arrancado cuando las agujas han señalado la medianoche del jueves en el reloj que preside el edificio que antiguamente acogía el ayuntamiento, en la plaza de la Constitución. Al sonar las campanadas, los músicos comenzarán a interpretar los primeros compases de la Marcha de San Sebastián, mientras el pueblo, apiñado al pie del escenario o copando los balcones, cantará eso de «Bagera, gu ere bai, gu beti pozez, beti alai». Banderazo de salida a una tormenta imparable de golpes de tambor y barril al ritmo de las canciones compuestas por Raimundo Sarriegi (1838-1913).
Siete novedades y una baja
La izada, como siempre desde 1934, corre a cargo de la tamborrada de Gaztelubide, que comparte escenario con 117 representantes de otras tamborradas de toda la ciudad. El Coro Easo participará cantando la ‘Marcha’, ‘Diana’ e ‘Iriyarena’, mientras que dantzaris de Kresala volverán a ejecutar las coreografías creadas específicamente para estas partituras.
A partir de ahí, otras 156 agrupaciones han tomado las calles sin descanso. A última hora se ha caído Angulas Aguinagako Lagunak, por falta de participantes. Es la única baja, mientras que habrá siete novedades. Ieteam Lagunak, Itxaspe y Otsoaren Ulua debutarán en el Antiguo; Minaren Lagunak, Nordic Walking y Tambores Solidarios se estrenarán por la zona de Amara Berri, mientras que Lanberri será la primera compañía que desfile por el renovado y ampliado barrio de Txomin Enea.
El Ayuntamiento divide la ciudad en siete zonas. La más ‘poblada’ es el Centro, con 32 tamborradas, seguida del Antiguo (27) –gana una posición gracias a sus tres incorporaciones– y Gros (25).
Todas estas nuevas compañías son mixtas, al igual que otras 141. Solo quedan ocho tamborradas exclusivamente masculinas –seis en el Centro y dos en la Parte Vieja–, después de que la sociedad Ollagorra, una de las clásicas de lo Viejo, haya decidido convertirse en mixta, mientras que hay una solo para mujeres, la de Emakumeen Etxea, que recorre las calles del Centro.
Por encima de 20.000
Este año vuelve a batirse el récord de participación, con más de 20.000 personas, de las cuales un 45% son mujeres y un 55% hombres. Hace tres años, la diferencia entre géneros era casi del 15%.
Tras el punto álgido de la izada, la jornada tiene otros dos puntos calientes. Como ya se ha mencionado, si la lluvia lo permite al mediodía los jardines de Alderdi Eder acogerán a los cerca de 5.000 niños y niñas de la tamborrada infantil, repartidos en más de cuarenta compañías.
Y a renglón seguido se hará entrega en el salón de plenos municipal del Tambor de Oro, que este año le será concedido a Javier Cogorro, director general de la empresa Viralgen, especializada en la producción de vectores virales para terapia génica. El galardón se le concede «por su trayectoria y contribución a la promoción de San Sebastián como ciudad de ciencia y de conocimiento», según se indicó cuando se dio a conocer el fallo.
El punto y final llegará a la medianoche del viernes con la arriada, liderada por la Unión Artesana. La bandera que ondeará durante esas 24 horas será entregada a la tamborrada Artzak Ortzeok de Intxaurrondo, en conmemoración de los 75 años que cumplió en 2021, ya que entonces no no se pudo celebrar la fiesta.
Este año cumple tres cuartos de siglo la tamborrada del Club Deportivo Vasconia, en Amara Zaharra, mientras que la del Club Deportivo Donosti (Amara Berri) festeja sus bodas de oro.
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