Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

Estibaliz Urresola: «Participar en Berlín nos genera mucho vértigo e ilusión»

La 73ª edición de la Berlinale, que arrancará el próximo 16 de febrero, incluirá una producción vasca en su sección oficial a concurso, ‘20.000 especies de abejas’. Dirigida por la directora y guionista de Laudio Estibaliz Urresola (‘Cuerdas’), se trata de su primera apuesta en el formato largo.

Estibaliz Urresola durante el rodaje de 'Cuerdas'.
Estibaliz Urresola durante el rodaje de 'Cuerdas'. (DAVID CORBELLA)

​Todavía reciente el gran eco que alcanzó ​el quinto cortometraje de Estibaliz Urresola, titulado ‘Cuerdas’, la cineasta de Laudio debuta en el formato largo con ‘20.000 especies de abejas’. Una ópera prima que optará al Oso de Oro en la 73ª edición de la Berlinale, que arrancará el próximo 16 de febrero con 18 filmes en su sección oficial.

Urresola, que se encuentra en un laboratorio de Barcelona para ultimar la fase de etalonaje del filme, ha hecho un breve paréntesis en su trabajo para valorar a GARA lo que supone la presencia de ‘20.000 especies de abejas’ en Berlín.

Según la cineasta y guionista, «desde que recibimos la confirmación de la presencia a concurso de la película todo ha sido como un gran torbellino de emociones. Para nosotras es un sueño estar presentes a competición en un certamen de tanto prestigio internacional y con una primera película. Todo ello aporta un refuerzo a una película en la que hemos invertido mucha ilusión».

En su nota oficial, el director artístico del festival, Carlo Chatrian, recuerda que el proyecto de Urresola formó parte del programa de coproducciones de la propia Berlinale, razón por la cual «es una satisfacción poder mostrar el filme en el festival».

En su exposición, Chatrian subraya que «se trata de una película muy conmovedora, y lo es porque cuenta lo difícil que puede ser para algunos encontrar el nombre con el que nos gustaría que nos llamaran».

Sobre lo dicho por el director artístico del evento berlinés, Urresola explica que «es inevitable no sentir una gran satisfacción viendo cómo lo que fue un proyecto ha acabado siendo una obra que podrá ser visionada en un escaparate de tal magnitud. Siento orgullo, vértigo y una gran alegría y tengo muchas ganas de que sea disfrutada por la gente».

Transexualidad infantil

La trama de la película se concreta en la historia de Lucía, de ocho años, una niña transexual a la que sus compañeros siguen llamando por su antiguo nombre, Aitor.

Con ganas de escapar de ese ambiente, solo desea la llegada del verano para dejar atrás el infierno que sufre en el colegio. Pero su madre tratará de ocultar su situación en el pueblo para desconectar y poder estar tranquilas. Los deseos de ambas no tardarán en complicarse durante unos meses que cambiarán sus vidas.

‘20.000 especies de abejas’ se inscribe en un espacio temático que a la directora le genera gran interés, ya que «tiene como trasfondo la construcción de la identidad sexual. En este caso, es la crónica de una niña que aborda su personal despertar a la vida ante su espejo físico y emocional. Me interesaba mucho plantear este tema dentro de un entorno familiar y era necesario tratar la transexualidad infantil con total naturalidad».

El reparto está liderado por Patricia López Arnaiz, Ane Gabarain, Miguel Garcés, Itziar Lazkano, Martxelo Rubio y Sara Cózar.

‘Cuerdas’

Cabe recordar que el anterior título de Estibaliz Urresola, el cortometraje ‘Cuerdas’, se estrenó en la 61ª Semana de la Crítica del Festival de Cannes, que tuvo lugar el 17 y el 28 de mayo del pasado año. Un título que en su exitoso periplo por el circuito internacional de festivales, también ha sido nominado en su categoría a los Goya que tendrán lugar el próximo 11 de febrero.

Sobre ‘Cuerdas’, la directora recordó que «hace dos años, en unas jornadas de ecofeminismo celebradas en Bilbo, asistí a numerosos relatos de luchas medioambientales impulsados por colectivos de mujeres de todos los puntos del planeta. Entre ellos escuché con atención la ponencia de una médica de Muskiz que, durante décadas, había comprobado los efectos devastadores de la contaminación en la salud, no solo de las personas sino también del tejido social de su pueblo. Su relato contenía todo lo necesario para contar esta apasionante historia que me invitaba a reflexionar sobre la importancia de la cooperación, la sororidad, la salud y el cuidado de la vida».