Imanol Intziarte

«Solo quiero seguir pagando mi alquiler, como he venido haciendo religiosamente»

Este martes se cumplía el ultimátum dado por el «fondo buitre» Promontoria Coliseum a Miguel Ángel Medrano, un vecino de Irun de 80 años sobre el que pende una amenaza de desahucio. Una concentración en Donostia ha denunciado su situación.

Rosa García, micrófono en mano, y junto a ella Miguel Ángel Medrano.
Rosa García, micrófono en mano, y junto a ella Miguel Ángel Medrano. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Miguel Ángel Medrano tiene 80 años y reside en Irun. Lleva más de media vida en el piso en el que hace un año falleció su mujer. Como tantos otros padres y madres, hace un tiempo avaló con su vivienda a su hijo, para que este pudiera llevar adelante un negocio. Pero el estallido de la burbuja inmobiliaria le alcanzó de lleno y no pudo hacer frente a la deuda. La onda expansiva alcanzó a sus padres.

El préstamo era con el Banco Sabadell, con el que firmó una dación en pago y un contrato de alquiler social por tres años improrrogables, que venció en enero de 2021. En este tiempo la deuda pasó a manos de un «fondo buitre» con sede en Madrid, Promontoria Coliseum. Con la intermediación del Ayuntamiento de Irun se consiguió un año más, hasta enero de 2022, pero en julio pasado le llegó un requerimiento para que abandonara la vivienda hoy, 24 de enero de 2023.

Ni lo ha hecho ni lo va a hacer, al menos de forma voluntaria. «Solo quiero seguir pagando mi alquiler mes a mes, como he venido haciendo religiosamente», ha manifestado conteniendo a duras penas las lágrimas en la concentración que ha tenido lugar este martes ante la sede del Banco Sabadell en la donostiarra Avenida de la Libertad, con apoyo de diferentes partidos políticos, sindicatos y colectivos sociales.

Contraoferta sin respuesta

Rosa García, de Stop Desahucios, ha explicado que se ha realizado una contraoferta a Promontoria Coliseum para firmar un contrato de siete años pagando 600 euros al mes. Miguel Ángel Medrano, que cobra de pensión unos 1.100 euros mensuales y abona ahora 315 euros de alquiler, aportaría 400, mientras que los otros 200 serían ayuda social del Ayuntamiento de Irun, cuyo Gobierno municipal se ha comprometido a intermediar.

La respuesta ha sido el silencio. «Quieren echar a Miguel Ángel a la calle para especular con la vivienda y poner un alquiler de unos 800-850 euros», ha denunciado Rosa García.

La portavoz de Stop Desahucios ha alertado de otros dos casos similares en Donostia, lo de Marimar y Ramona, personas mayores que avalaron a familiares y cuyo banco –en este caso Kutxabank y Caixabank– ha vendido la deuda a fondos inmobiliarios como Zima Finances o Coral Home. Hace unos meses se produjo un caso parecido en Usurbil, que se resolvió sin desahucio gracias a la solidaridad vecinal.