Hasta entonces, la discografía de Led Zeppelin se regía por números romanos, pero la salida al mercado de ‘Houses of the Holy’ supuso toda una declaración de intenciones en la carrera del cuarteto británico y no solo por ser el primero que llevaba un título.

El quinto álbum de estudio, editado en 1973 por Atlantic Records, provocó múltiples expectativas debido a que en su cuarto trabajo asomaban dos temas tan apabullantes como ‘Stairway to Heaven’ y ‘Black Dog’.

En su esencia, ‘Houses of the Holy’ marcó cierto distanciamiento del blues y buscó nuevas vías sonoras en estilos como el reggae y el funk, en esta ruta el bajo de John Paul Jones y la batería John Bonham adquirieron una gran relevancia que se sumaba al talento compositivo y musical del guitarrista Jimmy Page y la poderosa voz de Robert Plant.

Bajo la producción del guitarrista Jimmy Page, fue mezclado por Eddie Kramer y la grabación se desarrolló en los Olympic Studios de Barnes, en los Electric Lady Studios de Nueva York, en Headley Grange y sobre todo en el Rolling Stones Mobile Studio, ubicado en Stargroves, la casa de Mick Jagger en el condado de Hampshire.

A pesar de que la recepción inicial por parte de la crítica fue bastante tibia, comercialmente el álbum fue todo un éxito, llegó al número uno en Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Australia y el top 10 en Japón y varios países europeos. Vendió más de 10 millones de copias en Estados Unidos solamente.

Finalmente, y con el paso del tiempo, este disco ha sido incluido en varias listas de lo mejor del rock, como la lista de los ‘200 mejores álbumes de la historia del Rock and Roll Hall of Fame’ –en el puesto 51– y entre los 500 mejores álbumes de todos los tiempos de ala revista ‘Rolling Stone’ de 2020 -en el puesto 278-.

Una portada impensable hoy en día

La propia portada de ‘Houses of Holy’ también mereció su propia leyenda, siendo considerada como una de las más hermosas de la historia del rock.

La idea que dio sentido a la partida -en la que unos niños escalan la formación rocosa conocida como ‘Calzada del Gigante’, en Irlanda del Norte- tuvo su origen en un libro de Arthur C. Clarke titulado ‘El fin de la infancia’, un título que había impactado notablemente al vocalista de Led Zeppelin, Robert Plant.

El encargado de llevarla a cabo fue el prestigioso colectivo Hipgnosis, fundado por Storm Thorgerson -autor de portadas de Pink Floyd tan míticas como la de ‘The Dark Side of the Moon’-.

Según Thorgerson, la historia de la portada giraba en torno a un grupo de niños que escogieron este lugar porque era especial para ellos y de ahí se iniciaba un proceso de desapego de lo terrenal para ir hacia algo más espiritual.

A Robert Plant le encantó la idea, por lo que se armó un plan de acción que comenzaba con obtener unas fotos de varios niños en un sector rocoso de Escocia. La imagen tenía que ser tomada al alba para obtener la luz requerida, por ello los niños que debían posar eran despertados en la madrugada para luego ser rociados con pintura oro y plata.

El artista gráfico Aubrey Powell sacó todas las fotos pensando que tendría que elaborar un montaje de las mismas -lo artesanal primaba en aquellos días-, aprovechando los bordes de las rocas. El proceso de impresión fue muy complejo porque los niños lucían una apariencia púrpura que provocaba rechazo.

Tras una nueva sesión de fotos, se hicieron modificaciones en el color y tan solo aparecieron dos niños en repetidas poses, los hermanos Samantha y Stefan Gates.

Fruto de todo ello es una obra basada en la concepción social de los setenta y centrado en mensajes sobre el amor, la paz y la expresión del ser espiritual con acciones que involucraban niños, cuerpos, formas y actitudes rupturistas. Una obra hoy en día impensable.